el verano y sus pasiones / 5. santiago arranz

Santiago Arranz: “En verano es como si no necesitara ni ficción ni dramas en mi vida”

El artista expone hasta la primavera de 2022 en el Museo de Huesca una amplia selección de su obra

Santiago Arranz en su retrospectiva en el Museo de Huesca.
Santiago Arranz en su retrospectiva en el Museo de Huesca.
Rafael Gobantes.

Santiago Arranz (Sabiñánigo, Huesca, 1959) acaba de inaugurar en el Museo de Huesca una de sus exposiciones más ambiciosas y completas: 'Santiago Arranz. El artista en su laberinto', comisariada por su amigo y estudioso de su obra desde hace años, el historiador y crítico de arte Pablo J. Rico. Se trata de un recorrido por toda su obra, sus series, sus técnicas: la pintura, la escultura, el grabado, el dibujo o la instalación. Prepara diferentes proyectos, entre otros, una gran exposición sobre Federico García Lorca y su mundo, y trabaja sobre el gran escritor Robert Walser.

1. ¿Cómo será su verano tras la pandemia? ¿Tiene muchos viajes aplazados? 

Si es normal, ya será bueno de por sí. En cuanto a viajar, uff, ¡qué pereza...!

2. ¿Qué significa el verano para usted? 

Igual que para la naturaleza, una culminación: buen tiempo, luz, días largos y despreocupados, piscina, lo serio se vuelve informal... Todo esto y ver a los demás hacer lo mismo, me sube el ánimo. Estoy invadido por una cierta sensación de disfrutar de la vida que no tengo el resto del año, aunque no me mueva de casa.

3. ¿Dónde veranea? ¿Es de playa, de montaña, de ciudad o de pueblo?

Si lo puedo evitar, prefiero pasarlo siempre en Castejón de Sos, donde está mi taller y mi rutina. Hacer casi todos los días lo mismo es lo que más equilibrio me da, porque es una rutina de vida, productiva y, además, no me gusta nada nada viajar en verano. 

"Hacer casi todos los días lo mismo es lo que más equilibrio me da, porque es una rutina de vida, productiva y, además, no me gusta nada nada viajar en verano"

4. ¿Qué le dicen las piscinas? 

Las identifico con el verano. Si no hay piscina no hay verano. Soy un signo de fuego y necesito refrescarme, "ponerme cubitos". Voy a nadar y nunca a tomar el sol. En bañador, sin identidad y sin roles, uno se relaja mucho, y sumergidos en el agua nos reconciliamos con la vida antes de la vida. Es una sensación muy placentera,... ¡de placenta!

Santiago Arranz, muy joven. En la época en que era un gran ciclista.
Santiago Arranz, muy joven. En la época en que era un gran ciclista.
Archivo Arranz.

5. ¿Cuál ha sido el viaje de verano de su vida?

Siempre han sido viajes en moto: con mi amigo Nacho Castán salimos de Sabiñánigo hasta Odense, en Dinamarca, en 1981, y otro más reciente, el que hice con mi hijo cuando tenía 16 años, desde Castejón a Venecia para visitar la Bienal. Dos auténticos diarios de motocicleta.

6. El verano está asociado a la infancia y a la adolescencia. ¿Hay algo especial para recordar?

A la infancia, a la adolescencia y a la inconsciencia, también.  Fue otro viaje, éste en bicicleta, yo era ciclista, ¡campeón de Huesca!, y fui desde Sabiñánigo a Caspe atravesando el Monrepós de entonces y los Monegros de siempre, en pleno agosto, a visitar a unos parientes. Dormía en una alcoba con las gallinas cacareando encima y leía artículos antes de acostarme de ‘Reader'st Digest’. Pasé una temporada larga, y aún me dio tiempo, entre otras muchas cosas, de ponerme a trabajar en la construcción de la vía del tren Zaragoza - Barcelona. ¡Otra locura!

7. ¿Cuál es su mejor recuerdo de vacaciones?

Al final de un verano y de una mala racha económica, yo no sabía cómo encarar la temporada, y a finales de agosto se presentaron unos coleccionistas en mi taller y me compraron de golpe 4 cuadros. ¡Podía seguir siendo artista un año más!

8. ¿Qué tipo de lecturas u otras actividades realiza estos días?

Este verano leo los ‘Microgramas’ de Robert Walser, para un próximo proyecto artístico, vinculado a este autor suizo que tanto me enamora. También pinto, nado y corto la hierba del campo donde está mi taller, entretanto organizo el depósito de obra y monto mi segunda exposición de verano en mi estudio de las Maigüalas, una finca cercana a Castejón de Sos. El programa para este verano, como hice el anterior, estará abierto al público con cita previa, y mostraré series de dibujos que han quedado fuera de mi gran exposición antológica de 40 años en el Museo de Huesca, todo un homenaje a mi trayectoria que me ha dedicado el Gobierno de Aragón. También organizaremos en el Centro Cultural de Castejón de Sos una conferencia de Pablo J. Rico, comisario de mi exposición antológica que hablará sobre el laberinto que ha ideado para narrar mi obra en su brillante montaje. En otro momento de su estancia también presentará su primera novela que acaba de editar, ‘Pau, el hombre que mira lejos’, dentro del marco Cultura de jardín, que queremos desarrollar en mi estudio.

"Al final de un verano y de una mala racha económica, yo no sabía cómo encarar la temporada, y a finales de agosto se presentaron unos coleccionistas en mi taller y me compraron de golpe 4 cuadros. ¡Podía seguir siendo artista un año más!"
Una muestra de Arranz de 'Las ciudades invisibles' en Huesca. 2004.
Una muestra de Arranz de 'Las ciudades invisibles' en Huesca. 2004.
Rafael Gobantes.

9. ¿Qué película está asociada a un verano inolvidable?

En verano es como si no necesitara ni ficción, ni dramas en mi vida, que diría Alaska...

10. ¿El disco o la canción o las canciones de verano?

En verano siempre estoy en la mina, trabajando y preparando las exposiciones de cada temporada. No hay canción de verano. Sólo recuerdo el ‘repeat’ de mi tocadiscos mientras pintaba cuadros en Sabiñánigo, escuchando una y otra vez a Bowie, Dylan, Génesis, Lou Reed, J. J. Cale, Robert Wyatt, Pink Floyd, Nina Simone.... Ahora ya ni escucho música ni fumo cigarrillos.

11. ¿Cuál ha sido el gran personaje de esta época del año?

Pues me veo a mí mismo persiguiendo más sueños que nunca, sin distracciones.

12. ¿Internet y los móviles han hecho mejores las vacaciones? ¿Las han cambiado de alguna manera?

Por desgracia la bulimia informativa que padecemos ha terminado con esa tranquilidad que era lo habitual en estas fechas. De alguna manera esta enfermedad de la 'hiperconexión' ha igualado todo el año.  

Una visión general de una muestra de Arranz en Toulouse en 2013.
Una visión general de una muestra de Arranz en Toulouse en 2013.
Archivo Arranz.

13. ¿Cuáles serían los conciertos de su vida?

No me gustan las multitudes y sólo recuerdo haber asistido una vez a un concierto de Bob Dylan en Zaragoza, porque me animó mucho un amigo que sabía lo importante que había sido para mí este músico.

14. ¿Cuál es la más extraña o sorprendente anécdota veraniega vinculada a su profesión?  

El director de una gran galería de Paris, Jeanne Bucher, había visitado mi taller en Fontainebleau y quedamos que pasaría a recoger los cuadros que yo había pintado antes del verano. Trinidad, mi mujer, y yo vinimos a veranear a España. Llamaron por teléfono a la guardiana del inmueble que era una portuguesa y les dijo que los cuadros no se los daba si yo no estaba allí. Por entonces no había móviles, y ni siquiera habíamos dado el teléfono de nuestras familias, pues nosotros no teníamos casa en España. Así que regresaron a París sin los cuadros, y ya nunca pudimos arreglar aquella embarazosa situación, que seguramente hubiera cambiado el rumbo de mi vida profesional, aunque ahora sé bien que no acabó conmigo. Al contrario; fue una gran lección de vida.

"No me gustan las multitudes y sólo recuerdo haber asistido una vez a un concierto de Bob Dylan en Zaragoza, porque me animó mucho un amigo que sabía lo importante que había sido para mí este músico"

15. ¿Cuál es la más bella o inverosímil aventura de sus veranos?

Muy simple: disfrutar de mis paseos, mi trabajo, mis lecturas y recibir las visitas de nuestros amigos cómplices y puntuales a la cita cada verano en Castejón de Sos.

INVITADO DE MAÑANA: ANA PALACIOS. FOTÓGRAFA.

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