Ismael Beiro: "Hay políticos que me quieren de alcalde de Cádiz"

Mercedes Milá, su 'madre televisiva', lo considera listísimo. Y lo cierto que este gaditano de 46 años y eterno flequillo, ganador del primer 'Gran Hermano', actor y monologuista, es ingeniero naval y tiene tres másters.

Ismael Beiro, en una imagen de archivo
Ismael Beiro, en una imagen de archivo
Vocento

Mercedes Milá, su "madre televisiva", lo considera listísimo. Y lo cierto que este gaditano de 46 años y eterno flequillo, ganador del primer 'Gran Hermano', actor y monologuista, es ingeniero naval y tiene tres másters. Pero ahora lo que le pierde es la Bolsa. Lleva dos años pendiente de los mercados a través de seis pantallas. Y de momento ha logrado "no perder". Ismael Beiro relata su nueva pasión en un libro titulado 'La vida es trading'.

Menos mal que no es un friki...

Bueno, soy muy friki para algunas cosas. Por ejemplo, las supersticiones. Nunca paso por debajo de un andamio. Prefiero ir por la carretera y morir atropellado.

¿Y tiene algún talismán a la hora de invertir?

Sí, un llaverito con un toro de Wall Street. Me lo regaló uno de los mejores 'traders' del mundo, Rubén Vilela. Lo llevo siempre en el bolsillo y parece que me van mejor las cosas.

¿Cómo contrajo el vicio del 'trading'?

- La Bolsa siempre me ha atraído, pero me daba miedo. Todo cambió cuando me llamaron los Mainat para presentar 'Canal Trader' en YouTube. Les sugerí que me dieran algún curso sobre inversiones. Como ingeniero, las gráficas me apasionan. Por la noche me meto a ver cómo arranca Asia... Si esto se me diera bien, seguiría haciendo monólogos, porque encima de un escenario es donde me siento vivo, pero mejor a partir de las doce de la noche, que es cuando paran los mercados.

¿No estará cayendo en la adicción?

Pues es que yo ya soy adicto al trabajo. Cuando estaba de coordinador de playas en Cádiz tenía que trabajar seis horas y le echaba doce. Y en la tele igual. Soy un agonías del curro.

¿Y de olfato cómo anda? ¿No lo perdió en su accidente de moto?

Sí, padezco de anosmia, por eso tengo más intuición que olfato. Alguna vez me he mareado por no oler una fuga de gas butano.

¿Antes de jugar a la Bolsa iba al bingo?

Los mercados financieros pueden tener un sentido ludópata si no lo sabes controlar. Pero para eso está el 'psicotrading', que es la buena gestión del riesgo. Si tú un día has fallado una operación, no insistas. El problema es intentar recuperarlo. Al bingo voy poco pero no fallo un martes ni un viernes en echar el Euromillón. Sueño con que me toque.

Ya le tocaron 20 millones de pesetas en 'Gran Hermano'. ¿En qué los invirtió?

Ocho le di a Hacienda porque me daba pena, je, je... Y con el resto le compré una casa a mi madre, que es la mejor inversión que he hecho. No por tener la casa, sino por tener a mi madre contenta en una casa.

Con sus dotes de persuasión, ¿ha pensado en dedicarse a la política?

Tengo a conocidos que son grandes representantes políticos de este país que siempre me dicen: 'Te queremos de alcalde de Cádiz'. Quizás cuando me toque el Euromillón... Convertiría a Cádiz en la Miami de Europa. Le ganaría terreno al mar y haría hoteles, pantalanes, chiringuitos. Crearía 15.000 puestos de trabajo.

Y le quitaría parte de su encanto.

Si quieres encanto vete a la isla de la Graciosa. ¿Encanto y estar muerto de hambre o que tus hijos trabajen? Cádiz es la capital con más paro de España.

¿A usted le ha tratado mejor la Bolsa o la vida?

La vida, porque he podido continuar en ella después de un accidente de tráfico y mil follones. Yo sé lo que es despertar de un coma después de 42 días, o estar en 'La isla de los famosos' en un manglar y que unos traficantes me apunten con una metralleta. O enfrentarme a seis tíos en Nicaragua con un palo para defender a una niñas...

Eso lo da la calle.

Por supuesto, no hay nada mejor que criarse en un barrio. Hay que saber lo que es que te corten la luz, no tener un padre que se preocupe por ti... Eso te hace más fuerte y te da una sensibilidad especial. Yo quiero políticos de barrio. Y jueces que hayan tenido familias desestructuradas.

Usted la tuvo.

Sí, de ahí que quiera tanto a mi madre y que mi libro esté dedicado a mis hijos, Aurora y Rodrigo, los niños que siempre quise ser.

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