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La Institución Fernando el Católico publica una edición de la primera vuelta al mundo de Pigafetta

Duró de 1519 a 1522, y José Eugenio Borao, profesor de cultura española en la Unversidad de Taiwán, firma el prólogo, la edición y las notas

José Eugenio Borao Mateo en la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale (Nueva York) consultando una de las copias de Pigafetta. solo se conservan cuatro.
Archivo J. E. Borao.

La Institución Fernando el Católico acaba de publicar ‘El primer viaje alrededor del mundo’ de Antonio Pigafetta, con traducción de José Toribio y edición, presentación, cartografía y notas de José Eugenio Borao Mateo, profesor de cultura española en la Universidad Nacional de Taiwán, que explica el volumen, la vida de Pigafetta y las circunstancias del viaje.

¿Cómo surge este viaje que duró tres años? 

Magallanes, como Cristóbal Colón, era una especie de iluminado. Colón estaba convencido de que podía llegar directamente a las Islas de las Especias (las Molucas, actualmente en Indonesia) a través del Atlántico, pero se encontró con América. Magallanes pensó que, si pudiera cruzar América por algún punto del sur del continente, él sería el primero en llegar allí donde no pudo Colón; tras dejar atrás América se encontró con un océano inmenso, pero logró su objetivo. Los dos ofrecieron su plan primero al rey de Portugal (Colón a Juan II y Magallanes a Don Manuel), pero los dos fueron rechazados por estos. Y los dos fueron a probar después suerte con los reyes de Castilla y estos les acogieron, Isabel la Católica a Colón y Carlos I a Magallanes.

El plan de Magallanes no era dar la vuelta al mundo, sino una vez llegado a dichas islas volverse por el mismo camino, pero al final Elcano (que sustituyó a Magallanes al mando de la expedición), vio más posible regresar por el cabo de Buena Esperanza, que ya era conocido en Europa, a pesar del riesgo de encontrarse con los portugueses, que podrían bloquearles el camino. El resultado de ello fue el primer viaje alrededor del mundo.

 ¿Puede decirse que es el primer viaje alrededor del mundo sin discusión?

Se discute si alguna de las expediciones que un siglo antes realizó alguno de los generales del almirante chino Zheng He tras haber pasado por la costa Oriental de África, pudo haber alcanzado después al estrecho de Magallanes y vuelto a China cruzando el Pacífico. Hay puntos sugerentes en esa teoría, pero hoy por hoy los académicos serios la consideran pura fantasía.

Dice en el libro que el viaje lo financia capital español. ¿Quién estaba detrás?

El tesoro de la corona financia la mayor parte del viaje, aunque no era lo habitual, ya que intuyó que habría grandes posibilidades comerciales al ver cómo el comerciante burgalés Cristóbal de Haro aportaba una quinta parte de los gastos previstos, aportación a la que también se sumaron otros banqueros burgaleses, así como los Fugger y los Welser. Lo cierto es que el valor del cargo de especias que trajo la nao Victoria a su regreso compensó con creces el dinero invertido.

"El tesoro de la corona financia la mayor parte del viaje, aunque no era lo habitual, ya que intuyó que habría grandes posibilidades comerciales al ver cómo el comerciante burgalés Cristóbal de Haro aportaba una quinta parte de los gastos previstos"

¿En qué sentido es esta una crónica de Indias, pues aquí se cita mucho a los navegantes Magallanes y Elcano?

Las crónicas de Indias, como su nombre indica, se refieren a la conquista de América. Pero la crónica del viaje transoceánico escrita por Pigafetta también la considero como otra crónica de Indias, no solo porque recorren las costas de los actuales países de Brasil, Argentina y Chile, sino porque está escrita con el mismo espíritu testimonial y de descubrimiento de dichas crónicas, e incluso cronológicamente sería de las primeras, si no la primera de ellas.

¿Quién es Antonio Pigafetta y qué vínculo tenía con Magallanes?

Pigafetta era un noble italiano de la ciudad de Vicenza, que en su juventud había estudiado geografía, cartografía, astronomía, es decir, un verdadero humanista. En 1518 se encontraba en la corte española con un papel muy secundario; era una especie de secretario del nuncio papal, pero la suerte, su intuición y su espíritu aventurero hicieron que acabara en la expedición de Magallanes. Sin embargo, no conoció a éste hasta 1521, poco antes de embarcarse.

Recuerda que ambos estuvieron en Zaragoza. ¿Qué buscaban, qué relación tuvieron con la Aljafería?

En esa época la corte era itinerante, es decir que estaba allí en donde estuviera el monarca, además no existía la figura de rey de España, el rey lo era de cada uno de sus territorios por separado. Por tanto, para ejercer como rey tenía que ser jurado formalmente en cada uno de sus territorios. Por eso, cuando Magallanes se dirige a Carlos I para ofrecerle su viaje, este se encuentra en Valladolid, recibiendo la adhesión de sus vasallos castellanos. Es por tanto que las capitulaciones (o acuerdos generales del viaje) se firmaron allí, en 1518. Pero estas capitulaciones eran insuficientes para el viaje. Magallanes tenía que estar cerca de la corte para seguir concretando otros aspectos del viaje, especialmente los económicos, la capitanía del viaje, etc. Antes de que esto se perfilara, el rey se trasladó a Aragón, para obtener la nueva adhesión de sus vasallos en este reino, por lo que residió en la Aljafería. Allí le siguió impaciente Magallanes. También Pigafetta, al igual que lo hiciera el resto de secretarios que seguían a sus embajadores. Pero no parece que Magallanes y Pigafetta se conocieran en dicha ocasión en Zaragoza. Zaragoza es importante, en cuanto que en esta ciudad Carlos I dio la orden del viaje, por lo que en esta ciudad Carlos envió a Magallanes a Sevilla para prepararlo. Carlos siguió hacia Cataluña, instalándose en Molins de Rei (Barcelona), en donde recibió la adhesión de los catalanes. Es en Barcelona en donde Carlos redacta las instrucciones detalladas para ser seguidas por Magallanes en el viaje y se las hace llegar a Sevilla. También en ese momento es cuando Pigafetta conoció en Barcelona el plan de viaje de Magallanes, sintiéndose atraído por el mismo. Inmediatamente buscó cartas de recomendación, pidió permiso al nuncio, y se fue a Sevilla para intentar conseguir una plaza en la expedición. Allí es donde tuvo su primer encuentro con Magallanes.

Retrato del ilustrado Antonio Pigafetta.
Archivo Heraldo.

En agosto de 1519 Antonio Pigafetta sale de Sevilla en la nao la Victoria. ¿Con qué afán, con qué sueños?

Pigafetta era un hombre del Renacimiento, es decir ávido de saberes, de noticias de lugares lejanos, y también de consecución de gloria. De hecho, también escribió un libro sobre el arte de la navegación. Este viaje colmaba perfectamente sus sueños. Más aún, no fue como soldado o marino, sino como 'sobresaliente', un tipo de posición indefinida, que en su caso equivalía a la de asistente de Magallanes y cronista del viaje. Su preparación humanista hizo que estuviera presente varias veces en las diversas entrevistas con los reyezuelos nativos con quienes se encontraban en el viaje. Muy interesado por las lenguas confeccionó varias listas de vocablos de los lugares por los que pasaban. Por ejemplo, cuando estuvieron en Cebú (en el centro del archipiélago filipino) hizo un extenso vocabulario de su lengua, que coincide bastante bien en general con el significado y pronunciación actual de la lengua cebuana.

"Diríamos que todos los viajeros se vuelven cosmógrafos, antropólogos, y narran todo lo que pueden de los nativos que van conociendo: los modos de ir vestidos, lo que comen, los vocablos que usan, sus prácticas sexuales, etc."

Salieron 255 marinos o navegantes y regresaron creo que 18.

Efectivamente, salen unos 255 navegantes en cinco naos. De estas naves solo vuelve una de ellas tres años después, la Victoria, cargada de especias, y solo con 18 tripulantes, entre ellos Elcano y Pigafetta. Eso no quiere decir que todos los demás murieran. Morirían un poco más de la mitad. Del resto de supervivientes hubo unos que llegaron más tarde en barcos portugueses, otros se quedaron en las islas o desertaron, hartos de un viaje tan largo. A su vez unos 55 navegantes volvieron a España en la nao San Antonio, después algo más de un año de viaje, cuando desertó mientras cruzaba el Estrecho de Magallanes. Esta nave consideró que, según las instrucciones de Barcelona, debían de volver a España a informar de lo que se sabía hasta el momento, pues la continuación del viaje ya no tenía garantías de éxito.

Si tuviera que resumir cómo fue el viaje, ¿qué diría? ¿Hubo aventuras, motines, muertes...?

Es imposible resumir en dos telegramas esta compleja historia. Hubo una rebelión en la costa de Argentina, porque los capitanes de las otras naos eran castellanos y miraban con recelo al portugués Magallanes. Magallanes quiso dejar claro desde el primer momento que él era el jefe. Esta relación fue explosiva cuando tienen que pasar el invierno en la Patagonia, con la duda de su estaban haciendo lo correcto, o no. Juan de Cartagena, que tenía el mismo rango que Magallanes, aunque en la navegación estaba supeditado a éste, llevó a cabo un motín. Magallanes, buen soldado, logró superarlo, aunque inicialmente se encontraba en minoría. Por eso, no tuvo más remedio que abandonar a Cartagena a su suerte en el desierto del sitio que llamaron puerto de San Julián.

Pero una vez en el Pacífico, Magallanes es líder indiscutible. Y tanto confía en sí mismo que, tras llegar a acuerdos con el rajá de Cebú, Humabon, se puso a liderar una batalla contra Lapu-Lapu, uno de los reyezuelos enemigos de Humabon, pero es allí donde perdió la vida. La situación se complicó aún más cuando Humabon, que se había convertido al cristianismo y aceptado la autoridad de Carlos I, decide traicionar al resto de la expedición. Allí murieron 26 españoles, y los que estaban en los tres barcos que quedaban tuvieron que salir huyendo. Tras quemar uno de los barcos, que ya no navegaba a satisfacción, y con dificultades varias llegaron a su destino, las Molucas o Islas de la especiería. Pero cuando iniciaron el viaje de vuelta, la nao Concepción no puede seguir. La Victoria no puede esperarla, e inicia el regreso, navegando hacia occidente. Tras un mes reparando la Concepción intentaron volver por el Pacífico, pero sin éxito. Las muertes en el barco se suceden, entre ellas la del aragonés Blas de Toledo, y solo unos pocos llegaron de vuelta y medio muertos a las Molucas, en donde se entregaron a los portugueses.

Después de todo esto, el telegrama que de vuelta en Sevilla Pigafetta “habría puesto” al Gran Maestre de la orden de Rodas, a la que poco después se consagró, podría haber sido: “Gracias a Dios he llegado sano y salvo. He visto y vivido más de lo que me esperaba. No tengo palabras. La relación del viaje ya la tengo empezada”.

¿Qué cuenta Pigafetta y cómo lo hace? Lo digo porque habla de un estilo aséptico.

Pigafetta intenta presentar solo sus observaciones, y no tomar parte en las disputas que había entre el grupo magallanista y el españolista. Aunque, de hecho, lo hace de forma indirecta, cuando a la muerte de Magallanes hace un encendido elogio de Magallanes y en su diario no menciona ni una sola vez a Elcano.

¿Por qué le interesaban tanto la antropología, las vidas indígenas?

El viaje tiene lugar solo treinta años después del descubrimiento de América, el cual había despertado en toda Europa un fuerte interés por describir nuevas culturas y razas. Diríamos que todos los viajeros se vuelven cosmógrafos, antropólogos, y narran todo lo que pueden de los nativos que van conociendo: los modos de ir vestidos, lo que comen, los vocablos que usan, sus prácticas sexuales, etc.

¿Sería este viaje el que confirmaría el vínculo entre España y Filipinas?

Podríamos decir que ese viaje fue el inicio del vínculo entre España y Filipinas, pues el rey de Cebú, Humabon, firmó un pacto de vasallaje con Carlos I, aunque fuera roto poco después. Se cumplen ahora cinco siglos. Y, aunque los españoles no volvieron allí con Legazpi hasta 40 años después, su memoria no había desaparecido. Incluso conservaban la imagen del Niño Jesús que Magallanes regaló a la reina de Cebú, y que todavía se conserva (la única reliquia existente del viaje) en un centro de peregrinación en Cebú, que atrae cada año a millones de filipinos.

Pintura moderna representando la batalla de Mactán (pequeña isla al lado de Cebú) en donde Magallanes perdió la vida luchando contra los guerreros de Lapu-Lapu. La pintura está localizada en un edificio conmemorativo en el lugar donde supuestamente fue la batalla
J. E. Borao.

Habla de un diario que Pigafetta le entregó a Carlos I...

El diario de viaje que Pigafetta llevaba es el que entregaría a Carlos I en Valladolid nada más volver del viaje, al menos es lo que dice el propio Pigafetta al final de su diario. Sin embargo, este diario está perdido, pues no se conoce su paradero.

¿En qué idiomas se redactó la crónica? ¿Qué manuscritos se conservan?

El diario supuestamente estaría escrito en castellano, pero las crónicas que nos han llegado, corresponden a manuscritos escritos de nuevo por Pigafetta poco después del viaje. Son cuatro las crónicas que se conservan, tres de ellas en francés (dos en la Biblioteca Nacional de Francia y una en la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale, cerca de Nueva York), la cuarta está en italiano, y se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Todas ellas tienen un contenido muy parecido, y son la base para reconstruir el viaje. Todavía los filólogos discuten la filiación entre ellas.

"Ciertamente la crónica de Pigafetta fue una lectura de moda entre los humanistas, que, si no llegó a publicarse completa en ese primer momento, debió de ser porque pronto se vio en competencia con las nuevas noticias que iban llegando sin parar desde América"

¿Cuál fue el eco del viaje?

Lo que acabo de decir ya indica el eco del viaje. Pero lo que debieron de circular por las cortes europeas fueron textos manuscritos, siendo uno de ellos resumido y publicado pronto en francés. Ciertamente la crónica de Pigafetta fue una lectura de moda entre los humanistas, que, si no llegó a publicarse completa en ese primer momento, debió de ser porque pronto se vio en competencia con las nuevas noticias que iban llegando sin parar desde América.

¿Cuál es la importancia real e histórica de este libro?

Además de lo dicho, así como en otros documentos paralelos que salieron del viaje, se narró por vez primera con cierta precisión el recorrido, teniendo así una idea más concreta del tamaño del globo terráqueo; y esto fue posible gracias a los nuevos sistemas de orientación por estrellas, cosa imposible de registrar, por ejemplo, en los diarios de viaje de las citadas expediciones de Zheng He, ochenta años antes. Por otro lado, el libro convenció a la corte hispana de que era posible obtener especias sin depender de los intermediarios del Indico, Oriente Medio y Mediterráneo. Y, lo más importante del libro es que testimonió el inicio de la globalización.

¿Podría explicarnos qué es el Tratado de Zaragoza?

Ciertamente el viaje contribuía a aclarar, aunque no definitivamente, el problema de por dónde debía pasar el antemeridiano de la línea establecida en el Tratado de Tordesillas, por la que Portugal y España, bajo el arbitrio del Papa, se dividían el área de influencia en el globo. Más en concreto, se quería resolver la cuestión de en qué zona de influencia caían las Molucas y las Filipinas. Por ello en los años siguientes al viaje hubo varias reuniones a ambos lados de la frontera de Portugal y España entre cosmógrafos de ambos países para resolver esta cuestión. No fue posible que se pusieran de acuerdo, tampoco iban a hacer una guerra por eso, por lo que lo resolvieron por la vía diplomática: Molucas para Portugal, Filipinas para España. ¿Por qué se llamó Tratado de Zaragoza? Nuevamente por un azar de los itinerarios de la corte. En el año 1529, en el momento de llegada a la decisión final, Carlos I estaba en Zaragoza, camino de Cataluña, para embarcarse hacia Roma, en donde sería coronado Rey de Romanos, condición necesaria, para poder recibir el título imperial. El asunto se acordó por tanto en Zaragoza, aunque, como dice la Gran Enciclopedia Aragonesa, la firma se estampó ya en Lérida.