NARRATIVA NORTEAMERICANA. ARTES & LETRAS

El juego de espejos de Anne Tyler

Una nueva novela de una de las grandes voces femeninas contemporáneas: 'Una sala llena de corazones rotos'

Anne Tyler publica 'Una sala llena de corazones rotos'.
Anne Tyler, la autora de 'El turista accidental', cumple 80 años en 2021.
Archivo Lumen.

"Es inevitable preguntarse qué le pasa por la cabeza a un hombre como Micah Mortimer", dice el narrador de esta historia nada más empezar. Mortimer es un hombre gris y anodino, bastante hermético, al que no se le conocen amigos ni aficiones. Podría ser ese vecino que un día sale en las noticias y del que todo el mundo dice que era educado y ayudaba a las ancianas con las bolsas de la compra: ningún rasgo destacable, amable sin llegar a ser afectuoso y reservado en extremo.

Mortimer trabaja como portero de un edificio de apartamentos, en el que se encarga de sacar la basura, de las pequeñas reparaciones, etc., y a cambio vive en un minipiso en el sótano. Por otro lado, completa sus ingresos con un trabajo como autónomo que arregla ordenadores y problemas informáticos a domicilio –se anuncia como el Tecnoermitaño–, lo que se traduce en que ayuda a las abuelitas del barrio a reiniciar su módem para poder seguir comprando ‘online’, a desatascar la impresora o a recuperar su contraseña olvidada.

Su vida no es precisamente excitante, pero ese es su triunfo: refugiado en sus rutinas, maniático sin ser obsesivo del todo, Micah Mortimer ha construido una vida en torno a sí mismo a base de establecer unas normas que cumple a rajatabla, ya sea fregar el suelo de la cocina todos los lunes, pasar la aspiradora los viernes, salir a correr todas las mañanas a la misma hora… Incluso las citas con su novia siguen una especie de agenda prefijada. El hecho de cumplir tan fielmente sus propias normas –particularmente graciosas en lo referente a conducir como si le observara «el Dios del tráfico», que juzga cada una de sus maniobras de conducción– le hace sentirse victorioso, como si fuera el ganador de un concurso en el que es el único competidor.

Pero esta vida, tan segura en apariencia, se tambalea un día cualquiera en el que suceden dos acontecimientos extraordinarios: su novia probablemente tendrá que dejar el piso en el que vive de alquiler y un chaval se presenta en la puerta de su casa y le anuncia que es su hijo. Y el seguro Micah Mortimer, el hombre que lo tiene todo previsto y anotado en su agenda, no sabe cómo gestionar estos dos imprevistos.

"En definitiva, Anne Tyler nos hace mirarnos en un espejo al que nos acercamos pensando que es uno de esos deformantes de las ferias, y, para nuestra sorpresa, la imagen que encontramos no se diferencia tanto de nosotros mismos"

Si a Anne Tyler (Mineápolis, 1941) en ocasiones se le había acusado de crear personajes masculinos poco reales, también ha creado algunos memorables, como los protagonistas de ‘El turista accidental’ o de ‘Reunión en el restaurante Nostalgia’. Micah Mortimer recupera la fuerza y la complejidad de estos últimos. Uno de los méritos de la autora es partir de la grisura absoluta y convertir a su protagonista en alguien más humano, con menos certezas y más luces y sombras, y, sobre todo, que este proceso sea creíble y no se convierta en un cuento de hadas nada real. Tyler cuenta –como acostumbra a hacer en sus novelas– unos días poco relevantes de la vida de un hombre poco relevante, y consigue que esa historia nos interese y se arme una vez terminada para contarnos cosas que van mucho más allá de la simple historia de este hombre.

Revelación de lo frágil

Que alguien no tenga razones para ser infeliz no significa que su vida esté llena de felicidad. Micah Mortimer tendrá una epifanía, despertará de su falsa –ahora lo sabe– vida feliz y descubrirá una parte de la vida que él mismo no se permitía vivir. Y esa revelación tiene el mismo efecto que un soplo de aire sobre un castillo de naipes: tan frágil era lo que había construido para sentir seguridad. Pero una vez que los naipes han caído, no pueden volver a levantarse sin tener la certeza de que son endebles, ligeros, nada sólidos y –desde luego– nada que pueda servirle de protección ante la adversidad.

El corazón de la novela plantea hasta donde puede llegar un hombre para convencerse de que es feliz, hasta dónde debe engañarse a sí mismo para no sentir la desdicha de una vida vacía.

Al fin y al cabo, este mecanismo de autoprotección es algo que utilizamos todos a diario para creernos un poco del éxito que proyectamos, y ese es otro de los méritos de esta novela: nos reconocemos en un hombre que no podría ser más diferente a nosotros, al que le pasan cosas completamente alejadas de nuestra vida, y, sin embargo… En definitiva, Anne Tyler nos hace mirarnos en un espejo al que nos acercamos pensando que es uno de esos deformantes de las ferias, y, para nuestra sorpresa, la imagen que encontramos no se diferencia tanto de nosotros mismos. Quizás eso, lo que nos ofrece Anne Tyler en esta novela, sea lo mas exigente que puede ofrecernos la buena literatura.

NARRATIVA NORTEAMERICANA

'Una sala llena de corazones rotos'. Anne Tyler. Traducción de Ana Mata Buil. Lumen. Barcelona, 2021.198 Páginas. 

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