¿Qué nos diría de John Reed, autor de ‘México insurgente’?

Fue un reportero que, a pesar de fallecer muy joven, dejó una profunda huella en los sitios donde estuvo. Sobre todo, en México y Rusia, donde murió con 32 años.

¿Qué pensó cuando le encargaron la ilustración del libro?

Como era un tema, el de la Revolución mexicana, que solo conocía de una forma superficial, me pareció una responsabilidad y un reto afrontar el proyecto. Además, Nórdica Libros y Capitán Swing, ya publicaron otro libro de John Reed ilustrado excelentemente por Fernando Vicente.

¿Qué sucedió una vez que leyó el libro y halló un mundo tan poderoso: caciquismo, revueltas, sangre, interesantes mujeres...?

Que todo eso es muy sugerente para ilustrarlo. El libro habla de la guerra, pero también de la fiesta, de la amistad, y todo, a pesar de ser unas crónicas periodísticas, de un modo muy poético.

¿Qué tiene México que atrae y atrajo a tanta gente?

Aunque no he tenido la suerte de visitar México, entiendo que es esa forma tan intensa de vivirlo todo, esa celebración de la vida y de la muerte es muy atractiva.

¿Qué le debe tu trabajo al cómic y a los muralistas mexicanos: Rivera, Orozco, Siqueiros...?

Me he sentido muy cómodo ilustrando el libro, porque mi estilo siempre ha estado muy próximo al arte americano, como el muralismo y el arte precolombino.

¿Mientras ilustraba, pensaba en Buñuel y en su cine mexicano?

A Buñuel lo tengo muy presente. De hecho, la propuesta de este libro me pilló trabajando en un proyecto sobre Buñuel para Nórdica (todavía en preparación).

¿Qué ha aprendido de Pancho Villa, el gran protagonista?

El libro de John Reed me ha servido para salvar el prejuicio que hay sobre Villa. Esta misma semana oí a un político comparar a otro partido con «la banda de Pancho Villa». A pesar de que Villa fue un analfabeto casi toda su vida, valoraba mucho la educación. Llevaba apenas 30 días como gobernador de Chihuahua y ya había fundado 50 escuelas.

Alberto Gamón/Nórdica/Capitán Swing.

¿Quiere decirnos algo sobre ello en estos tiempos de pandemia?

Sí. Con la pandemia quedan al descubierto muchas cosas, entre ellas la falta de educación. No cumplir las medidas preventivas (tampoco nos piden tanto), más que un acto de rebeldía contra el Gobierno, es una falta de educación hacia la comunidad en la que vives. La verdadera pandemia del siglo XXI, como dijo un sociólogo, es el individualismo.

¿Por qué cree que España siempre da la nota?

No lo sé, en este caso, siendo la española una cultura tan social, está siendo complicado que entendamos que debemos reducir nuestro círculo de contactos.

¿Nos explica qué son esas fajas que hace para Nórdica?

Hace unos años, ante la queja de algunos libreros por las fajas, en Nórdica decidieron darles una vuelta, creando así las fajas de autor. El primer año las ilustró Kike de la Rubia y desde hace dos campañas yo. Lo más atractivo de la propuesta es que la imagen de la faja interactúe con la fotografía de cubierta, teniendo siempre presente el texto que ilustra.

Ha diseñado la cubierta de ‘Virtudes (y misterios)’ (Xordica) de Xesús Fraga, y ‘Mr. Witt en el Cantón’ (Contraseña) de Sender. ¿Qué busca en una portada?

Por un lado, que sea sugerente, que atraiga, y quiero pensar que, una vez leído el texto, genere una complicidad con el lector. Los que hacemos cubiertas, antes que ilustradores, somos lectores.

Trabaja en un proyecto en la Ribera Baja del Ebro llamado Rayuela. ¿Qué nos puede avanzar?

El Servicio de Cultura nos propuso a Sabina Blasco, Elisa Sancho, Vera Galindo, Pilar Serrano y a mí hacer intervenciones en calles de los diez municipios de la comarca. Jugar, dar un nuevo sentido a espacios comunes.

¿En qué momento está la ilustración en Aragón?

No tengo la distancia suficiente para valorarlo, aunque sigue habiendo mucha calidad, como se demostró en la exposición de la Lonja de 2018. Y hay gente como las ilustradoras que he nombrado antes que, a pesar de su juventud, ya tienen una voz propia.

¿Cómo les ataca la pandemia?

Como a todos los trabajadores. El foco mediático está puesto en algunos colectivos más que en otros, pero al sector cultural y al educativo, en los que me muevo, les ha afectado especialmente.

Da talleres a jóvenes. ¿Qué les enseña y qué aprende?

Son talleres para fomentar el uso de la imaginación. Les enseño algunos trucos para trabajarla, ellos siempre me sorprenden. Valoro mucho la frescura que suelen tener en sus trazos, algo que con los años he perdido.