Emotivo adiós a Joaquín Carbonell en la capilla ardiente del Pablo Serrano

Familiares, amigos y admiradores despidieron al cantautor y escritor turolense

Aragón despidió ayer al cantautor Joaquín Carbonell, fallecido el sábado víctima del coronavirus. Su capilla ardiente, instalada en el museo Pablo Serrano de Zaragoza, permitió que muchos ciudadanos se acercasen a dar el último adiós al popular músico turolense. Por allí pasaron tanto representantes de la cultura, la política y la sociedad como amigos y admiradores. El vestíbulo del centro de arte contemporáneo, un lugar querido para Carbonell, acogió durante unas horas el féretro para la despedida.

Antes de la apertura al público, el presidente de Aragón, Javier Lambán, junto con la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, el consejero de Cultura del Gobierno de Aragón, Felipe Faci, y los familiares de Carbonell guardaron unos minutos de silencio, acompañados únicamente por un fondo musical con el repertorio del cantautor.

A primera hora de la mañana acudieron también, entre otros, el presidente de las Cortes de Aragón, Javier Sada; la delegada del Gobierno en Aragón, Pilar Alegría; el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón; la vicealcaldesa y consejera municipal de Cultura y Proyección Exterior del Ayuntamiento de Zaragoza, Sara Fernández; el Justicia de Aragón, Ángel Dolado; el alcalde de Alloza –localidad natal de Carbonell–, Miguel Ángel Aranda, y la presidenta de la comarca Sierra de Arcos, Marta Sancho.

El goteo de visitas para despedir al cantautor turolense es continuo, tanto de representantes políticos como de amigos y admiradores.

Lambán recordó que Carbonell, desde los años 70, «se convirtió en un referente del aragonesismo que emergía al aire de la movilizaciones contra el franquismo y la lucha por la autonomía aragonesa. Su obra es importante desde el punto de vista musical, pero también lo es su obra literaria. Fue un gran periodista, de una gran vitalidad, que no dejaba de alumbrar y generar proyectos».

«Aragón pierde a un hombre muy importante de su historia reciente y a lo largo de los próximos años se irá abriendo camino la figura de un gran ciudadano aragonés que con su palabra, su voz, su talento musical y poético abrió el camino del autogobierno, del Estatuto de Autonomía de Aragón, ensanchó el camino del aragonesismo, y por todo ello estará siempre en nuestra memoria, en nuestro corazón», añadió.

Pilar Alegría ensalzó asimismo la figura de «un aragonés de pro, un orgulloso turolense que a través de sus canciones y de su música abrió paso a la justicia social y la libertad»

Javier Sada remarcó que el cantautor «supo siempre dar voz, a través de las canciones, de sus artículos o de sus libros, tanto a las sensibilidades sociales como a la sensibilidad vital de una generación desde la reivindicación, hasta una forma de ver el paisaje de Aragón y el amor», y señaló que «Carbonell ha contribuido al Aragón que hoy somos».

Ángel Dolado expresó que «todos lo tenemos como un referente». De él y de grupos y cantautores de su generación, como La Bullonera y Labordeta, apuntó que «nos forjaron también como ciudadanos».

"La voz de Aragón"

El alcalde de su localidad natal destacó que «Carbonell ha sido muy importante tanto para Alloza como para el conjunto de la sociedad aragonesa porque durante mucho tiempo, junto con Labordeta, fue la voz de Aragón con la que expresaba el sentir de la gente». Junto a Miguel Ángel Aranda, la presidenta de la Comarca Sierra de Arcos lamentaba la marcha de «un comarcano ilustre que presumía de su pueblo y su comarca allá donde iba».

Jorge Azcón afirmó que «hoy es un día triste para el mundo de la cultura porque es indudable que Joaquín Carbonell era un referente global de la cultura en nuestra tierra y lo vamos a echar de menos».

La vicealcaldesa y consejera de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza se sumó a las palabras del alcalde: «Nuestro cariño y nuestro pésame a la familia, los amigos y a todos los aragoneses, porque al fin y al cabo Joaquín es parte de cada uno de nosotros».

Por la capilla ardiente pasaron diferentes representantes políticos aragoneses, entre ellos los coordinadores de Podemos y de Izquierda Unida en Aragón, Maru Díaz y Álvaro Sanz, respectivamente; el portavoz de Ciudadanos en las Cortes, Daniel Pérez, o el presidente del PP de Zaragoza, Javier Campoy.

También acudieron a despedirse de Carbonell el profesor universitario y músico Gabriel Sopeña y el historiador Julián Casanova, así como algunos de sus compañeros de escenario, los músicos José Luis Arrazola y Richi Martínez, entre otros. Evaristo Solsona, estudioso de la música popular aragonesa, recordó cuando coincidió con el cantautor en el homenaje al Pastor de Andorra en la celebración de sus 100 años: «Le tenía mucho cariño a Carbonell».

A lo largo del día, amigos y admiradores del cantautor acudieron al Pablo Serrano para despedirse: «Ha sido uno de los grandes hombres que ha defendido mucho a Aragón», decía Cipriano Ivars.

«Joaquín es un amigo entrañable. El último abrazo que me di con él me dijo: “Me has llegado a emocionar”. Ahora me ha emocionado él a mí», confesó Félix Tabernero.

El Ayuntamiento de Alloza declaró ayer día de luto oficial en la localidad turolense por el fallecimiento de su vecino más ilustre y el presidente de la Diputación de Teruel, Manuel Rando, anunció, tras asistir a la capilla ardiente, la concesión al cantautor y escritor de su máxima distinción, la Cruz de San Jorge a título póstumo.

Carbonell había celebrado a finales de 2019, en el Teatro Principal, sus 50 años en el mundo de la música. Unos meses antes, el 23 de abril, recibió la Medalla al Mérito Cultural de Aragón e interpretó la canción ‘De Teruel no es cualquiera’. Nadie como él para cantar y demostrar tal afirmación. Nadie como Carbonell.

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