historia

Teruel antes de la batalla

Un libro del historiador Serafín Aldecoa repasa la historia de la capital durante la Guerra Civil antes de la ofensiva republicana para conquistarla.

El Ovalo de Teruel tras la batalla librada entre finales de 1937 y principios de 1938.
El Ovalo de Teruel tras la batalla librada entre finales de 1937 y principios de 1938.
Serafín Aldecoa.

El fulgor de la batalla de Teruel, uno de los capítulos decisivos de la Guerra Civil, ha eclipsado los hechos ocurridos durante el resto de la contienda en la capital turolense, marcados por una dura represión contra las autoridades del Frente Popular, los sindicatos y las organizaciones de izquierdas y por unos acontecimientos bélicos que quedaron en un segundo plano respecto a la batalla librada por el control de la ciudad desde finales de 1937 a febrero de 1938. El historiador Serafín Aldecoa se ha empeñado en sacar de la penumbra el periodo comprendido entre el estallido de la guerra hasta diciembre de 1937 en el libro ‘De la sublevación a la Batalla de Teruel: represión, muerte y destrucción’, editado por Prames y que hoy, jueves, firmará en la librería Senda a partir de las 18.30. La presentación, prevista para el pasado 15 de abril y suspendida a causa de la epidemia de la covid-19, tendrá que esperar y sigue sin fecha.

Aldecoa explica que en el lapso comprendido entre el 18 de julio y mediados de diciembre de 1937, cuando el ejército republicano se lanza a la conquista de la ciudad, Teruel se ve inmersa en "una guerra ‘light’" que se concreta, principalmente, en los frecuentes bombardeos de la aviación republicana. La ciudad se militariza y también aparece el espectro del hambre.

Pero si una circunstancia marca trágicamente este periodo es "la represión de las autoridades republicanas, que son fusiladas y encarceladas". Uno de los hechos más trágicos dentro de este proceso represivo es la ejecución en agosto de 1936 de 13 republicanos en la plaza del Torico a pleno día y seguida de la actuación de una banda de música. El historiador recuerda que los sublevados obligaron a los viandantes a presenciar las ejecuciones, que quedaron reflejadas para siempre en el libro ‘Concierto al atardecer’, de Ildefonso Manuel Gil, testigo de lo ocurrido. En aquellos momentos, todos los aspectos de la vida local están controlados por el emergente falangismo, los militares sublevados y la Iglesia.

Serafín Aldecoa cuenta que en los primeros compases de la Guerra Civil parece que la ciudad está al margen del conflicto al formar parte de un frente secundario y relativamente alejada de la primera línea. Hasta que el 23 de julio de 1936, hace exactamente 84 años, los aviones republicanos dejan caer las primeras bombas sobre la capital dejando un herido. "Los turolenses vieron que la guerra iba en serio", señala Aldecoa. La respuesta ciudadana ante aquel peligro fue la excavación de refugios subterráneos o el aprovechamiento de bodegas para esta función. Se configura así una auténtica ciudad "bajo tierra".

Las bombas siguen cayendo sobre la población y el 28 de agosto de 1936 impactan en la catedral y causan la muerte de dos religiosos. El libro ‘De la sublevación a la Batalla de Teruel’ repasa estos hechos y otros muchos que marcaron aquel periodo trágico porque, como explica su autor, "un año y medio de guerra antes de la batalla dan para mucho". 

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