imágenes de la capital del cierzo/3. 'artes & letras'

La calle Torre Nueva, de Zaragoza, hacia 1930

Anteayer Fotográfico Zaragozano publica una fotografía de un lugar un tanto insólito de la ciudad

Imágenes de la capital del cierzo/3
La calle Torre Nueva hacia 1930.
Manuel Ordóñez/Anteayer Fotográfico Zaragozano.

Calle Torre Nueva. Colección Manuel Ordóñez, hacia 1930.

Inédita visual de uno de los lugares menos fotografiados de nuestra ciudad, a pesar de su céntrica ubicación. En la imagen, aparece la fachada de la desaparecida Cooperativa de funcionarios públicos, situada en la calle Torre Nueva, en el antiguo número 37, duplicado.

Un joven ataviado con traje y gabardina posa apoyado en la fachada del número 37, uno de los locales con mayor tradición en la venta de comestibles de la ciudad. Propiedad a principios del siglo XX de Navarro Pérez e hijo, y dedicado a almacén de frutos coloniales y del país, su especialidad era la venta del azafrán. Posteriormente sería adquirida en 1919 por don Jacinto Montal, quien estableció allí su negocio de ultramarinos La Madrileña, primera generación de un comercio que sigue en nuestros días, hoy con el nombre de Montal, ahora al cargo de la cuarta generación de la familia, y reorientado al negocio de la restauración.

En el año 1936, la casa que ocupaba el edificio sede de la cooperativa fue derribada y en su lugar se construyó el bloque que hoy pervive y que fue renumerado como número 31, perdiendo varios metros de profundidad en su fachada, que ganó la acera.

Fotografía llena de contrastes, centrada en el despreocupado joven protagonista de la toma, cuya elegante vestimenta destaca frente a la más modesta de las dos señoras quienes, ajenas al fotógrafo, se dirigen hacia el Torreón Fortea y la calle del Temple, sin fijarse en el variado género que ofrece La Madrileña a través de los cristales de su fachada bellamente adornada con molduras talladas en madera. En ese mismo momento, dos trabajadores de la cooperativa emergen de las sombras vestidos con su ropa de trabajo. El niño de la derecha parece absorto en quién sabe qué pensamientos, recubierto con su gran bufanda, abrigo y gorro, en la que parece una fría tarde invernal.

Nada que ver con el aspecto actual de una Plaza de San Felipe convertida en una gran terraza llena de mesas y sillas por la que es casi imposible transitar.

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