en primera persona

Sére Skuld: "Cualquier artista vendería su alma al diablo por hacer una obra eterna"

Especialista en música ritualista, Skuld acaba de publicar ‘Hildegard von Bingen. Las estrellas extinguidas’ (Aurora Dorada, 2020), una ficción poética que ahonda en la figura de la Sibila del Rin

La cantante, música y artesana, retratada en un fondo boscoso
La cantante, música y artesana, retratada en un fondo boscoso
Tamara Íñigo

Ha pasado años estudiando a Hildegard von Bingen, ¿qué atractivo tiene una virtuosa del siglo XII?

Fue una mujer polifacética, movida por la curiosidad y la devoción. Cuando no estaba de acuerdo con una norma establecida, exponía sus argumentos y se salía con la suya. Se convirtió en el oráculo de las personalidades más influyentes de la época, incluyendo reyes, papas y emperadores.

¿Acaso la modernidad es algo que viene de antiguo?

Hildegard fue abadesa, profetisa, compositora, escritora, filósofa, Doctora de la Iglesia... Era capaz de tratar cualquier tema sin tapujos, hasta llegó a describir el orgasmo femenino. Creó la primera lengua artificial de la historia (Lingua Ignota) y compuso el drama litúrgico ‘Ordo virtutum’, que algunos estudiosos califican como auto sacramental musicalizado e incluso ópera incipiente.

¿Cómo y por qué contacta con Hildegard von Bingen? ¿No habrá echado mano de la ouija?

No, no, pero en medio de un naufragio personal, su figura emergió como una serendipia. Jamás había conocido a nadie que compaginara sus obras surgidas de la observación, del talento y del intelecto con sus obras reveladas, aquellas que plasman lo que se percibe con los ojos y los oídos de la mente.

Para los no iniciados… ¿A qué suena su música? ¿Es como el canto gregoriano o algo así?

No hay descripción que abarque su música. Para quienes todavía no la hayan escuchado, les recomiendo que busquen el disco de Catherine Schröeder ‘O Nobilissima Viriditas’ y se preparen para una experiencia mística.

Después de bucear en su legado, ¿le cuesta mucho volver al trap?

Soy más de metal. Hildegard compuso sus temas hace nueve siglos y todavía perduran en el tiempo, cualquier artista vendería su alma al diablo para conseguir lo mismo.

¿Hay alguna de sus melodías que recomiende especialmente?

‘O Cruor’ Sanguinis me acompaña y me remueve casi a diario.

¿Cómo está llevando el encierro?

¡Me faltan horas al día! Nunca había sido tan productiva a nivel artístico: estar en casa cuando surge la inspiración está suponiendo un lujo para mí. Ahora estoy haciendo una serie de ilustraciones con acuarela pintando los sueños lúcidos que he tenido. Creo que lo que voy a llevar mal es el desconfinamiento.…

¿Qué estaba haciendo cuando el mundo se paró?

El 12 de marzo tendría que haber presentado mi libro en Madrid, después en Barcelona, dos semanas después estaba previsto que realizara un taller en el CaixaForum en el marco de la exposición ‘Vampiros. La evolución del mito’. También se han pospuesto reuniones, actuaciones, colaboraciones, un curso de zanfona, otro de canto medieval…

¿Y qué será lo primero que haga cuando pueda viajar?

Visitar la tierra mágica de los Pirineos, que lo tenía previsto.

¿Desde cuándo le interesa el misterio y los temas ‘outsider’?

Desde siempre. No es que desprecie lo ‘mainstream’, pero me interesa lo que hay más allá de lo establecido. Por ejemplo, para mí el arte no es un mero entretenimiento, sino origen, principio y fin de la magia. Parafraseando al guionista y escritor Alan Moore en su libro ‘Ángeles fósiles’: "¿Qué ha reivindicado nunca la hechicería que el arte no haya conseguido ya de forma innegable?".

Da recitales, colabora en la radio publica libros... Es como una mujer del Renacimiento...

Son experiencias tan distintas que no se pueden comparar, tengo momentos que me acompañarán toda la vida.

¿Qué momentos son esos?

Por ejemplo, tengo grabados en mi memoria los segundos antes de salir al escenario del CCCB para hacer una ‘performance’ del ‘Tarot Toth’ de Aleister Crowley. También la charla sobre brujería que di en el Círculo de Bellas Artes de Madrid junto a la antropóloga Claudia Rodríguez-Ponga o el programa dedicado a Hildegard que hicimos en el podcast radiofónico ‘La escóbula de la brújula’.

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