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El minimalismo barroco de Ángel Olgoso

El escritor granadino, uno de los maestros de la fantasía y el microcuento en España, publica una edición ilustrada de su libro 'Astrolabio'

'Astrolabio'. Ángel Olgoso y Marina Tapia.
Una de las ilustraciones de la chilena Marina Tapia.
Marina Tapia / Reino de Cordelia.

Ángel Olgoso (Granada, 1961) es un fervoroso cultivador del género fantástico, y un devoto investigador que siempre nos ha acercado al mundo del terror como constata su amplia producción narrativa breve y que, una vez más, explora en estas miniaturas de 'Astrolabio' (2020), una nueva edición que Reino de Cordelia rescata con ilustraciones de Marina Tapia. 

La mayoría de estos textos, un número suficiente, pertenecen al género fantástico, y en sus páginas se suceden los monstruos, las criaturas mitológicas, los misterios por descubrir, entes de ficción y personajes increíbles, sortilegios, filtros de amor y males de ojo, aunque Olgoso no plantea sus relatos en el exclusivo ámbito de lo fantástico sino que la temática de su literatura queda caracterizada por una curiosa forma de abordarlos, de presentarlos al lector con el fin de acrecentar su estupor, su miedo o su aversión, y para subrayar su intención se aleja del compromiso de un realismo conventual.

Olgoso reivindica, en un primer cuento, 'Espacio', el formato a que recurrirá en el resto del libro, el relato y microrrelato. No hacen falta muchas páginas para contar una historia, y el granadino ofrece textos variopintos que se desbordan en una increíble imaginación que ensaya con una prosa opulenta, lírica cuya fantasía queda plasmada en 'Historia del rey y el cosmógrafo' y 'Si mi cabeza cae', o sacude nuestra conciencia, 'Será como si no hubieras existido'. Dioses, mitos, sirenas en 'Los bajíos', e incluso Medusa y Perseo protagonizan una historia policíaca, 'En el lagar'. Para otros relatos cogemos aire, están salpicados de comas, sin apenas puntuación cuando debiera tenerla, salvo cuando termina el relato, solo al final, y el autor nos sorprende, y afirma categóricamente, 'Pero es tarde', entonces acaba el cuento 'Venablos'. El otro mundo, el más allá, tan cercano y contiguo, reverso y divisa de nuestra existencia: la muerte, que nos regala textos como 'Tributo', 'El espejo' o 'Los despeñaderos'.

'Astrolabio'. Ángel Olgoso y Marina Tapia.
Retrato del escritor Ángel Olgoso.
Reino de Cordelia.

Lo que ofrece, 'Astrolabio', en su conjunto,  sin olvidarnos de la plasticidad de las ilustraciones de Marina Tapia, es una suerte de sorpresas y alegrías literarias que se confunden con la fantasía y la imaginación, y si un astrolabio nos orienta para realizar una segura navegación, en esta ocasión conviene perderse y abundar en esta colección surcando sus páginas para encontrarnos con la magia veraz y la literatura a cuenta del Quijote, de Avellaneda, y las teorías que apuntan cómo este singular hidalgo fue obra del propio Cervantes como leemos en 'El incidente Avellaneda'. Algunos de los objetos más cotidianos tienen voz propia, despiertan el interés y la mirada del autor, un reloj de pulsera, 'Todas hieren', o un ventilador, 'Artículo genuino'.

Ángel Olgoso plantea prodigiosos momentos en su forma, su expresión es milimétrica, tiene un estilo depurado y así logra un efecto concreto y curioso porque la mayoría de estos relatos provocan una emoción, un sentimiento, y con esa facilidad que solo es capaz la pluma de los escritores verdaderamente grandes.

LA FICHA

Ástrolabio’. Ángel Olgoso. lustraciones de Marina Tapia. Reino de Cordelia, Madrid, 2020. 117 Páginas.

*Pedro M. Domene es profesor, crítico literario y escritor. Su último libro es ‘Las ratas del Titanic’ (2019).

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