Ismael Civiac: "En la magia nunca se pierde la capacidad de sorprender al público"

El ilusionista oscense, mejor ‘Mago de calle’ del mundo (2014), se encarga de la organización y dirección artística del festival Zaracadabra, que hoy comienza en la capital aragonesa.

El mago oscense Isamel Civiac, creador de la compañía Civi-Civiac
El mago oscense Isamel Civiac, creador de la compañía Civi-Civiac
Aránzazu Navarro

Esta edición de Zaracadabra cuenta con dos de sus espectáculos.

Hoy toca ‘Coctel de ilusiones’ en el Centro Cívico Universidad y el próximo sábado habrá dos funciones de ‘Magic Casting’ en Arbolé, aunque le aseguro que ninguna de estas dos actuaciones será igual. El público y las sensaciones serán diferentes en cada una de ellas. Es la magia que tienen los espectáculos en directo. Siempre comento en los festivales de teatro de calle que no solo realizamos juegos de magia, sino que estamos haciendo vivir una experiencia que el público no va a experimentar de otra manera.

Con tanto móvil, ¿resulta complicado captar la atención de los espectadores?

No puedes luchar contra eso pero tampoco hay que hacerse cruces. Es cierto que el público infantil se despista, incluso los padres, que a veces están más pendientes de sacar una foto o hacer un vídeo de su hijo con el móvil cuando participa en un número. Estas cosas se tienen que intentar evitar porque realmente el ambiente mágico que se crea se rompe. Ahora tienes que esforzarte por ser muy rápido e introducir y asimilar esta circunstancia en los números de la forma más natural. Si alguien está con un móvil no te puedes enfadar, obviamente. Hay que redirigir la situación, sacarle provecho. En cualquier caso, la magia nunca pierde la capacidad de sorprender al público.

Acaba de llegar de Las Vegas, donde se encontró con David Copperfield.

Por mucho que pasen los años hay magos que han querido emularle pero nadie, hasta el momento, ha logrado impactar de ese modo, con trucos como hacer desaparecer la Estatua de la Libertad, atravesar la Gran Muralla China, caminar por encima de las cataratas del Niágara... Le vi actuar en Zaragoza en el Príncipe Felipe, en los 90, pero en aquella ocasión no pude hablar con él. Tenía unas ganas tremendas de conocerle y llegó la oportunidad en Las Vegas. Es un maestro que sabe como nadie desarrollar el componente emocional en la magia.

Usted hace desaparecer cosas... y aparecer otras como la biografía del mago oscense José Florences Gili o un álbum ilustrado sobre la historia de Civi-Civiac.

Como amante de la magia me interesa divulgar este arte, y que se ponga en valor a magos aragoneses como Florences Gili. En varios de los festivales en los que participamos no solo nos dedicamos a representar espectáculos, sino que también organizamos conferencias sobre historia de la magia. He tenido la suerte de poder impartir una ‘masterclass’ en la Universidad de la Magia de El Escorial y hablar de cómo desarrollamos nuestra magia teatral, de calle y cómo creamos personajes para contar historias. Hace un año se publicó el álbum ilustrado ‘Civi-Civiac y su mundo mágico’, de Ana Rioja y Mamen Marcén, que cuenta la historia real de una familia de Pueyo deSanta Cruz, la mía, que ha podido llevar el ilusionismo por varios rincones del mundo.

¿Y suelen viajar a Asia y América?

Acudimos con frecuencia a varios países a lo largo del año pero 2019 ha sido especial. No es normal que un mismo mes –noviembre–, tengamos la posibilidad de participar en Pekín en un acto organizado por el Festival Internacional de Edimburgo y a los pocos días aterrizar en Estados Unidos, donde pudimos actuar en Las Vegas y visitar el Castillo Mágico de Hollywood –sede de la Academia de Artes Mágicas–, en Los Ángeles.

Pero también actúan en lugares más pequeños, dentro y fuera de Aragón.

Sé de dónde vengo y adónde quiero ir pero sin duda lo que me encanta es que todo el mundo pueda disfrutar de nuestro trabajo. Recuerdo que una vez hicimos un espectáculo en un pueblecito de la Jacetania, Mianos, al que solo acudieron tres personas. Lo representé por completo, durante una hora, y todos lo pasamos en grande. El año pasado me encontré con aquellos espectadores y todavía lo recordaban.

¿Cuál es el truco para que su compañía haya cumplido 20 años?

En realidad llevamos muchos más porque mi padre y mi madre ­–Eduardo y Estrella– comenzaron la trayectoria. Mi padre fundó la Asociación de Ilusionistas del Altoaragón y luego yo cogí el testigo porque me quería dedicar a esto. En 20 años hemos creado 22 espectáculos diferentes, basándonos en juegos de magia de toda la vida que hemos ido actualizando.

Huesca es una tierra mágica.

Sin duda. Varios oscenses destacan en la historia de la magia y las artes escénicas: el payaso Marcelino, el prestidigitador Florences Gili o el mago Rayers Sam (Rafael Ayerbe). Mi padre tuvo la suerte de que Ayerbe le llamara para ayudarle en sus números. Mi hermano David y yo, de muy pequeñitos, le acercábamos el material en sus espectáculos. De alguna manera, crecer en aquel ambiente motivó que yo siguiera ese legado y me interesase por este mundo mágico.

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