Vuelta Aérea de España

La Vuelta Aérea de España comienza en el aeródromo de Santa Cilia con la participación de 14 aviones

El Real Aeroclub de España busca unir a los distintos aeroclubes participantes, durante varios días convivir y, a su vez, primar dos cuestiones; la deportiva y la asociativa.

Catorce aeronaves con motor han despegado este jueves desde el aeródromo de Santa Cilia para participar en la XLVI Vuelta Aérea de España y XXIX Trofeo de SM el Rey, que organiza el Real Aeroclub de España. Hasta el domingo, surcarán todo el norte de la península para llegar hasta Lugo, donde concluirá, tras haber pasado por Matilla de los Caños (Valladolid) y La Morgal (Oviedo).

Los pilotos “vuelan a la antigua”, es decir, sin GPS y utilizando una brújula, cronómetro y un mapa. La Vuelta Aérea se ha retomado este año, tras siete años de parón y se realiza con un sistema de navegación denominado ANR. Dependiendo de la velocidad, cada avión ha tardado entre 2 horas y 20 minutos y 2 horas 45 en llegar al primer destino, Matilla de los Caños. Han despegado desde el aeródromo de Santa Cilia y en el embalse de Yesa ha comenzado la competición, hasta Calahorra. Luego han volado por libre hasta el final de esta primera etapa. En cada avión viajan dos personas, el piloto y copiloto.

“Venimos de Castellón y llevamos mucho tiempo volando y nos hemos apuntado a esta Vuelta porque es fantástico poder viajar haciendo competición y disfrutando de lo que más nos gusta que es volar”, apuntaba Alicia Ortí, que viaja con su marido Yuri Rabasa, que lleva 25 años volando. Los participantes también proceden de aeroclubes de Barcelona-Sabadell, Alicante, Vitoria, Valencia o Sevilla.

Jesús Mas, director de la prueba ha explicado que no se trata de que los aviones lleven la máxima velocidad para llegar antes, “sino de precisión en la velocidad”. “No es un tipo de competición donde va a ganar el que más corra, es regularidad. Es como un pasillo sinuoso de unas 54 millas, con anchura de unos 850 metros y los aviones tienen que volar dentro de ese pasillo”, añade. Todos llevan un dispositivo a bordo que va retransmitiendo online y en el momento que los aviones salen de ese pasillo, tienen una penalización. Por lo tanto es una prueba que “va por puntos y tienen que regularse a la velocidad asignada dependiendo de la potencia de cada avión”.

El director de la prueba subraya que existen dos cuestiones, “la deportiva que es la de volar lo más cerca posible de ese pasillo y penalizar lo menos posible y la de relacionarse”. Y es que el Real Aeroclub de España busca unir a los distintos aeroclubes participantes durante varios días “y convivir, eso es lo más importante para nosotros, la competición es secundaria para nosotros, simplemente para darle un atractivo a la prueba”, asegura.

Jesús Más ha destacado el potencial del aeródromo de Santa Cilia, del que ha dicho que es “una auténtica maravilla”. “Se debe pelear para que no desaparezca, porque este aeródromo fundamental para la zona de Aragón y para la aviación general”, ha insistido. Es la primera vez que Santa Cilia acoge esta competición “y esperemos que no sea la única”.

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