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Severino de Llanza: "Lo único que cambia en la historia del mundo es la tecnología"


El pintor y grabador expone 62 puntas de plata en la galería A del Arte de Zaragoza, y resume su estética y sus pasiones: el mundo de la mujer, el Moncayo, la búsqueda de la belleza y los conflictos del mundo

Severino de Llanza.
El pintor y grabador Severino de Llanza ante un mosaico de rostros de puntas de plata.
Montse Navarro.

Fue una hace una década, en 2009, cuando Severino de Llanza (Borja, 1963) expuso por última vez en Zaragoza. En la galería que le lleva, A del Arte. Ahora presenta un nuevo proyecto: ‘Unidad en ella’, una colección de 62 cuadros de puntas de plata, una técnica antigua y sutil que emplearon artistas tan distintos como Leonardo Da Vinci, Alberto Durero o Rafael de Urbino, entre otros. Usaban varilla metálica, a modo de pincel, en busca de un desarrollo propio de la creación pictórica que apuesta por el refinamiento expresivo, ciertos tonos del negro y de la mudanza.

Entonces, en 2009, ‘El eco de los sueños’, era pintura. Ahora apuesta decididamente por esta técnica delicada…

Esa sería la palabra: delicada. Y laboriosa. A del Arte es la galería que me lleva mi obra y es quien pone en el mercado mi trabajo. Hablamos con Montse Navarro de la idea de hacer una exposición solo de puntas de planta. He trabajado durante cuatro años, muy centrado, con esa idea.

¿Qué le da esta técnica?

Me siento cómodo. Feliz. Me pasa como con el grabado: me engancha, y es como si tuviera mono. La punta de plata es como si estuviera viva. En la muestra veo las piezas de hace cuatro años y las de hoy, o del año pasado, y veo una evolución. La punta en contacto con el aire se va oxidando, y la de 2016 o 2017 adquiere un tono más aterciopelado, color tabaco o sepia.

Dicen que es una técnica muy exigente…

Sí, claro. Pide entrega, paciencia, búsqueda de la belleza, obsesión por los detalles y las líneas. Y de todo ello surge una de sus virtudes: la delicadeza.

Todas sus obras son mujeres. ¿Hay alguna razón?

No sabría decirle. Me gusta la mujer, me interesan su mundo, su misterio y su hermosura. Me siento más cómodo pintando mujeres que pintando hombres. Son un motivo de inspiración ante el papel o el óleo. El universo femenino está para mí, entre otras cosas, conectado con la búsqueda de la belleza y es una forma de conocimiento. Quizá debiera someterme al psicoanálisis para responder a la pregunta.

Severino de Llanza.
El artista ha trabajado cuatro años en la obra que presenta en A del Arte.
Montse Navarro.

¿Es usted surrealista, metafísico, mira hacia el renacimiento e incluso el gótico?

El movimiento al que me siento más próximo es a los prerrafaelitas, con Dante Gabriel Rossetti a la cabeza, pero también me interesan Vermeer, al que hecho homenajes, en particular a su cuadro ‘La joven de la perla’, Caravaggio, Piero della Francesca o Mantegna, entre otros.

Bueno, y le interesa el futurismo, la robótica.

Desde luego. Varias de mis obras se llaman ‘Robótica’, y creo que tiene su sentido. Para mí lo único que cambia en la historia del mundo y de la humanidad, no son las pasiones, las quimeras, las aventuras, las guerras, la creación o la economía sino que es la tecnología. Y me gusta que todo eso se perciba de formas muy distintas en mi obra.

Había pensado que era un usted un hombre nostálgico...

Severino de Llanza.
Una de las cabezas de mujer del pintor.
Severino de Llanza.

Me interesan mucho los problemas sociales, la crisis económica, la injusticia, y todo eso está en mi obra. Con mis mujeres. Hay un cuadro, ‘La mujer del cambista’, que alude a una obra clásica, pero también al paisaje que yo veo desde la ventana de mi taller: se ve una grúa, un edificio interrumpido, la soledad y el abandono que sobrevino a la crisis. Un drama que nos afecta a todos. Y eso pasa en otras obras.

Usted vive en Borja, donde tiene su estudio y donde imparte talleres. ¿Qué le da el Moncayo?

Mucho. Siempre está ahí. El Moncayo me dice muchas cosas: es Gustavo Adolfo Bécquer...

Ya que lo dice, le dedicó un libro de artista, donde ilustra sus leyendas, presente en la sala.

Sí. Lo Admiro mucho. El Moncayo es naturaleza, me interno por el Bosque de las Hayas, camino, pienso, evoco el mundo becqueriano de cuentos y de gnomos, me relajo, y luego todo ello aparece en mi obra, donde hay mujeres sí, idealizadas o reales, pero también naturaleza, arquitectura, ecos de lo invisible.

Por cierto, ¿por qué son tan impactantes los ojos de sus mujeres?

Quizá porque quiero que cuando el público entre en mis exposiciones sienta que mis criaturas le miran a los ojos y que le devuelven su mirada.

Severino de Llanza.
Una cabeza de la serie 'Robótica'.
Severino de Llanza.

LA ficha

‘Unidad en ella’. Severino de Llanza. Puntas de plata. A del Arte. Hasta el 2 de agosto.

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