TEATRO

Las visitas de Arturo Fernández al Teatro Principal de Zaragoza

El actor, fallecido anoche a los 90 años de edad, interpretó varios papeles en la capital aragonesa y pasó por el teatro Olimpia de Huesca

En el año 1991, Arturo Fernández interpretó una obra en el Teatro Principal de Zaragoza. Su nombre: 'Alta seducción', y su sinopsis: "la historia de una chica de costumbres ligeras que se enamora de un diputado maduro", según publicó HERALDO el 12 de septiembre de aquel año. Aquella fue una de tantas representaciones del actor asturiano en la capital aragonesa, pero simboliza la imagen que Fernández dejó en la memoria colectiva de los españoles: la de galán seductor a pesar de (o gracias a) su edad. Tanto, que la relación entre persona y personaje era muy estrecha.

"¿Qué hay de común entre Gabriel -su personaje en 'Alta seducción'- y Arturo Fernández?" se le preguntó entonces en este periódico. "No mucho teniendo en cuenta que el uno es un político y el otro es actor. Sin embargo, ambos somos asturianos, tenemos un carácter extrovertido, una gran simpatía y el poder de la seducción que proporciona la experiencia de un hombre maduro. En realidad, encajamos bastante", respondió él. La obra fue un éxito, tanto de público como de crítica.

En sus visitas a Zaragoza no faltaban las largas tertulias con su amigo Ángel Anadón, gerente del Teatro Principal desde 1948 hasta el año 2003, ni sus compras en la sastrería Gazo, una de las más reconocidas de la capital aragonesa. Con Anadón solía acudir a la terraza de la cafetería Las Vegas, uno de los locales con más solera de la ciudad.

En 1995 regresaría a la capital aragonesa con otra comedia bajo el brazo, 'Mejor en octubre', en la que compartía cartel con Amparo Pamplona, Belinda Washington, Leticia Sabater y Manuel Salguero. Fue en el mes de mayo, en una temporada especialmente brillante en la programación escénica zaragozana, ya que Fernández coincidió en el lapso de pocas semanas con Fernando Guillén, que interpretaba 'Llega un inspector', y con Tricicle, que vino con su espectáculo 'Manicomic'.

Con motivo de esta obra, Fernández volvió a responder a las preguntas de este periódico y se le cuestionó sobre lo que todos los lectores querían conocer.

- ¿Cuál es el secreto de Arturo Fernández para ser esta especie de gentleman eterno?

- Ja, ja... Si hubiera secreto, no te lo diría, porque el HERALDO lo lee mucha gente y me saldrían imitadores como setas.

'La maleta' fue la obra con la que el actor volvió a Zaragoza en 1997 y, en 2002, regresó con 'Esmoquin', la historia de dos hombres que se resistían al paso del tiempo porque no querían madurar, con Fabio León como coprotagonista. Cinco años tuvieron que pasar para su siguiente representación: 'Desconcierto'. Las tablas del teatro Olimpia de Huesca también vieron pasar a Arturo Fernández en 2010, cuando interpretó 'La montaña rusa'. 

"Chatín, espérame en el cielo"

Su última obra en Zaragoza fue 'Enfrentados', en mayo de 2016, que, de nuevo, era una comedia. Aunque en esta ocasión dejó el papel de seductor a un lado por necesidades del guión: interpretaba a un sacerdote, el padre José María. 

En la obra se enfrentaban dos visiones de la iglesia católica, la de un cura burgués más centrado en el vino y los boleros que en el sacerdocio y la de un joven seminarista favorable al ordenamiento de mujeres y homosexuales, interpretado este último por Bruno Ciorda. Aún así, Fernández no abandonó su elegancia. "No visto sotana, sino un clérimen hecho a medida. Creo que el Papa ha enviado a emisarios para ver cómo me sentaba y ponerlo de moda", bromeó entonces.

En la presentación de esta obra, que tuvo un gran éxito de público, dedicó unos momentos a recordar a Ángel Anadón, que había muerto un año antes precisamente con la misma edad con la que Fernández ha fallecido ahora: 90 años. De él dijo que "fue uno de los hombres que más ha querido a Zaragoza y al Teatro Principal", y añadió: "Chatín, espérame en el cielo".

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