A quién no se le ha olvidado un café con leche calentito al que apenas le había dado un sorbo y, cuando por fin se ha acordado de él, se ha encontrado con un helado potingue que pide a gritos ser recalentado en el micro. Que no cunda el pánico. Una vez más la tecnología llega al rescate de los despistados y encuentra la forma de resolver uno de esos ‘problemas del primer mundo’ con los que llevamos lidiando desde los albores de la humanidad.

Esta vez, el milagro tiene forma de taza y se llama Ember . Se trata de un recipiente inteligente, dotado de múltiples sensores y capaz de comunicarse con el ‘smartphone’ para mostrar sus sensaciones y aguardar a la espera de órdenes sobre qué hacer con los líquidos que el usuario vierta en su interior.

Un robot que limpia, brilla y da esplendor

Ember tiene una batería que se recarga en hora y media sobre su base y que es capaz de mantener cualquier líquido a una temperatura exacta durante aproximadamente una hora.

La taza, a simple vista, parece una taza normal y corriente. Solo un indicador led en la base la delata. Su tacto es agradable y muy prémium, pesa algo más que un tazón tradicional y solo tiene un gran botón en la parte inferior que sirve para encenderla y emparejarla con el teléfono.

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Todas sus funciones se han de controlar a través de la ‘app’ para dispositivos móviles, disponible tanto para Android como para iOS. Desde la aplicación, el usuario puede elegir la temperatura a la que desea que se mantenga su ‘cappuccino’ y comprobar cuan caliente está cuando lo vertemos en su interior. También podremos escoger el color del indicador led y que la taza nos avise cuando la bolsita de té -sea este verde, negro o de desayuno- ha estado el tiempo óptimo sumergida para adquirir todo el sabor y las propiedades.

En definitiva, Ember es una pijada muy ‘cool’ que hará las delicias de los más cafeteros dispuestos a dejarse 99 euros en una taza.

Un móvil ultrarrápido y con cámara oculta