"Zaragoza es una ciudad muy especial para Sidonie"

Axel Pi, baterista de Sidonie, ofrece un concierto junto a su banda en la recta final de la gira 'Sierra y Canadá'. (Las Armas, 22.00)

Axel Pi, Jes Senra y Marc Ros (Sidonie)
Axel Pi, Jes Senra y Marc Ros (Sidonie)

La banda barcelonesa Sidonie actúa de nuevo en Zaragoza en la recta final de su gira 'Sierra y Canadá' en un concierto en Las Armas (22.00) que ha colgado el cartel de 'entradas agotadas'.


La fiesta continuará después del show con Sergio Vinadé (Tachenko) a los platos y Axel Pi, Marc Ros y Jes Senra, componentes de Sidonie, en un 'dj set' "muy especial".


El baterista del grupo Axel Pi (Barcelona, 1974) explica a Heraldo.es los lazos afectivos que unen a Sidonie con la capital aragonesa.


'Sierra y Canadá', su último álbum publicado hasta la fecha, es un trabajo que ha ido de menos a más...

Sin duda es un disco que nació gracias a un gesto arriesgado con la intención de dar un giro más al estilo musical del grupo y experimentar y pisar nuevos terrenos en lo que a sonido se refiere, con los riesgos que esto supone. Eso se tradujo en un comienzo de gira cargado de dudas por cómo conseguiríamos que estas canciones entrasen en el repertorio habitual y cómo las interpretaríamos en directo.


¿Y cómo suenan en directo?

Es un disco que ni se ensayó ni se preparó pensando en el directo. De ahí la libertad con la que lo grabamos. Ha sido un trayecto muy motivador en ese sentido y lo que hemos ido comprobando con mucha alegría es que ha ido calando en el público. Cada vez las canciones están mejor entendidas y mejor integradas en el repertorio. Lo que pensábamos que iba a terminar mucho antes nos ha sorprendido con un verano espectacular, tocando como nunca hemos tocado, y con una recepción del público al antiguo repertorio y al nuevo como nunca hubiésemos imaginado. De ahí que ahora queramos celebrar este momento tan dulce que vive el grupo terminando y despidiéndonos de la gira de 'Sierra y Canadá' como merece la ocasión, sin dejar de pasar por ciudades como Zaragoza, una ciudad muy importante para Sidonie por muchos motivos.


Aquí son casi una banda residente...

Hemos venidos un montón de veces y nos acordamos mucho de las primeras visitas a la ciudad. Fue en La Lata de Bombillas, un concierto que no olvidaremos nunca. Y lo bonito es que esa noche empezaron lazos con seguidores del grupo, músicos y promotores de la ciudad que a día de hoy siguen siendo muy fuertes. Cuando venimos nos reencontramos con amigos y seguimos echando de menos a otros grandes que nos dejaron como Rafa Angulo. Es muy especial visitar Zaragoza para nosotros. Además, en mi caso tengo vínculos familiares: mi abuela nació en Ejea de los Caballeros y tengo familia que vive en Zaragoza.


Sus influencias musicales van desde The Beatles a Joan Manuel Serrat. ¿Son parte del secreto de su éxito?

Creo que parte de nuestro éxito está en definirnos como siempre lo hemos hecho: fans apasionados de la música y sobre todo esponjas musicales. Nunca le hemos dado la espalda a ningún estilo y hemos pensado que cualquier canción, aquí también cabe un película o un libro, es susceptible de inspirarnos. Por ese motivo el grupo, a lo largo de los años, ha mostrado evoluciones tan distintas o tan llenas de cambios.


Empezaron sus carreras haciendo versiones de otros grupos que todavía se cuelan en el 'setlist' de sus conciertos...

Esa primera época fue muy importante para el grupo porque la intención que teníamos ya entonces, cada vez que las interpretábamos, era la de darles un toque distinto. Fue en ese trayecto cuando descubrimos realmente nuestra personalidad y nuestro estilo musical y eso nos permitió empezar a componer canciones nuevas. Por ese motivo nunca dejamos de tocar y recordar aquella etapa de versiones. En cada gira hay una versión como mínimo. Estoy casi seguro de que vamos a interpretar 'My Generation', de The Who, porque es la que en estos últimos conciertos hemos decidido para esa parte, pero quién sabe si cambiaremos y nos atreveremos con otra. Ahí esta es la gracia.


Desde entonces han surgido nuevas bandas que están pegando fuerte. ¿Hay que seguir trabajando duro para mantenerse?

No hay nada que motive y que inspire más que sentir que a tu alrededor hay talento y una pretensión profesional para hacer mejor las cosas, para componer mejores canciones, para grabar mejores discos... y ver que a tu alrededor esta intención hace que tú también trabajes cada día más fuerte para estar al nivel que queremos que esté la escena musical de este país. Si años atrás podíamos ser críticos con la profesionalidad de nuestra escena y nos lamentábamos por lo pequeños que nos sentíamos a veces respecto a los grupos extranjeros creo que ahora empezamos a sacar pecho y a mirar a los ojos a aquellas bandas que vienen de fuera y que en un festival tocan antes o después que las españolas y no parecen más grandes. Este momento tan dulce de tantas bandas que están surgiendo o que vienen trabajando desde hace años también es una gran noticia que a nosotros nos encanta, nos ayuda y nos motiva.


Para el videoclip de ‘Un día de mierda’ lanzaron un concurso y, además, contaron en él con muchos de sus amigos...

La canción nace de una experiencia muy personal vivida por el protagonista, en este caso Marc, como compositor de la letra, teniendo en cuenta que además es muy autobiográfica. Ese discurso termina siendo universal porque mucha gente ha vivido una situación parecida. Lo que nos gustó comprobar en los conciertos es que la gente la hace suya .Para el videoclip de esta canción pensamos que lo mejor sería compartir los particulares días de mierda de amigos, familiares y seguidores, y recibir lo que ellos podían cantar y grabar al respecto.


¿Recibieron muchas grabaciones?

Fue increíble porque llegó un montón de material: grabaciones afinadas, desafinadas, bien grabadas, mal grabadas, superbién montadas y filmadas, auténticas maravillas, auténticas joyas y auténticas piezas aparentemente descartables pero que al final, en su conjunto, conforman el que puede que se haya convertido en uno de los vídeos más especiales del grupo, justamente por el hecho de que los protagonistas no seamos nosotros sino ellos. Fue un trabajo muy personal, la revisión de todo el material fue un proceso muy largo en el que hicimos la selección de cada momento. Una auténtica locura. Pasamos horas y horas los tres junto Albert Manau, el realizador de esta pieza.


¿Sigue haciendo sus equilibrios sobre la batería en la parte final del concierto?

No negaré que realizar estas posturas no solo me da placer en la musculatura sino que además resulta un momento por el que me he identificado durante tiempo, aunque a veces uno sufre por la idea de la repetición. Así que hago otras cosas, igual que Jesús y Marc. Cuando uno toca percibe que ha habido algo que ha hecho, un gesto o un sonido, que sabes ha funcionado. Entonces, cuando lo descubres, lo repites porque te gusta que eso haya gustado, pero también está bien buscar otros recursos.


¿Qué pasará después de esta gira?

Tras el último concierto el 19 de diciembre en Granada, imagine el suspiro y la dosis de cansancio que nos embargará. Teniendo en cuenta que en muy breve tiempo llegarán las fiestas de Navidad, será una excusa para estar en familia, en casa, o donde sea, celebrar las fiestas y encarar el mes de enero con una tranquilidad y una necesidad de descanso. Los tres vamos a buscar la desconexión y la inspiración. Viajar, relajarse, ir mogollón al cine, mucho más de lo que hemos podido ir, leer mucho más de lo que hemos podido leer, escuchar mucha más música de la que hemos podido escuchar... y con esa búsqueda de relajación, descanso e inspiración volver a encontrarnos en febrero los tres para empezar a preparar el siguiente disco.


¿Cuánto tiempo llevan sin parar?

Dos años. Lo cierto es que esperábamos que la gira de este disco pudiese terminar incluso antes de la llegada de este último verano pero aparecieron muchos festivales y conciertos para esos meses y eso hizo que decidiéramos alargarlo. Si ahora nos paramos a pensar que hace dos años que salió el disco, te das cuenta del ritmo y cansancio que llevamos encima. Ojalá toda la dosis de cansancio que uno pudiese llevar encima en su vida fuera motivada o provocada por algo que nos gusta tanto como es tocar.

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