"Enseñar cine es lo que realmente me satisface"

La directora de la escuela de cine Un perro andaluz recibe este domingo un homenaje en la Muestra de Cortometrajes Aragoneses de Delicias.

Leonor Bruna.
Leonor Bruna.
P. Z. D.

La Muestra de Cortometrajes Aragoneses concluye este domingo (Teatro de las Esquinas, 19.00) y la hace con broche de oro: el homenaje a Leonor Bruna (Zaragoza, 1963), fundadora de la escuela de cine Un perro andaluz, que desde 2007 desarrolla su actividad formativa en la capital aragonesa en torno al séptimo arte. Actriz, guionista, directora, profesora... Bruna se autodefine, ante todo, como una "inconformista".


Usted tiene mucho de Indiana Jones: una arqueóloga con una vida de película...

Siempre me han interesado cosas muy diferentes. Primero quise ser bailarina, cosa que no fui; luego, actriz. Algo que conseguí muchos años después. La historia siempre me encantó, creo que la la veo como un guión de cine porque de pequeña me gustaba mucho el cine. Dentro de estudiar Geografía e Historia, sin saber, porque entonces no existía Indiana Jones, sí que me atrajo la parte más aventurera de la historia, que es la arqueología. De hecho estuve tres campañas excavando en Bílbilis. Después de muchos siglos, fui la primera persona que vio las termas de Bílbilis, tal como se conocen hoy en día, porque en aquel instante me tocó a suertes estar encargada cuando levantaron la tierra. Por eso pude contemplar la primera hornacina que salió.


Aun así tuvo otras inquietudes.

Lo cierto es que siempre he sido una inconformista. En el mundo de la historia nunca me ha servido que me dijeran “esto es así porque es así”. De alguna manera, la arqueología me ofreció la posibilidad de rascar detrás de los libros, de ir en persona, ver e interpretar los objetos encontrados.


¿Y cómo pasó a ser actriz?

No sé que es pasar de una cosa a otra porque, en realidad, ya antes había querido ser actriz. Mi vida siempre ha sido un acercamiento, a ver qué hay detrás de lo que me cuentan, detrás de una película... no quedarme solo con el actor que lo interpreta sino ver cómo ha hecho su trabajo, cómo se ha escrito. Creo que el 'leitmotiv' que me ha acompañado siempre ha sido un poco ese, la sensación de querer comprobar las cosas por mí misma, de alguna forma.


¿Qué le llevó a desarrollar una parte de su carrera artística en Alemania?

En 1992, me hicieron un castin en Barcelona. Buscaban actrices que hablaran alemán y me cogieron para presentar un programa de la televisión alemana que se rodaba precisamente en Barcelona y Sevilla. Luego hice otra prueba para trabajar en Alemania y me volvieron a contratar para el rodaje de una serie durante ocho meses. Esa fue la razón por la que me fui a trabajar allí, aunque luego me quedé 13 años. Eso se llama flexibilidad mental y lo demás tonterías (risas).


Además de trabajar, continuó formándose...

Volví con todo un bagaje como actriz, también en idiomas, porque rodé en inglés y alemán, y realicé estudios de guión en la Escuela de Cine de Berlín. Después de aquella etapa solo me faltaba dirigir, y más tarde tuve la oportunidad de hacerlo, en 2009, con 'Pasionaria', un cortometraje que tuvo casi 40 nominaciones nacionales e internacionales. Esa curiosidad, esa inquietud, esas ganas y ese interés por muchas cosas es lo que me ha llevado siempre a no quedarme conforme. Incluso en la escuela de cine, cada año necesito meter algo nuevo. Siempre necesito nuevos alicientes.


¿Más todavía?

No he hecho muchas cosas. Lo que más me gustaría, si bien es cierto que vivo la realidad, sería dirigir un largometraje.


'Un Perro Andaluz' ha sido una escuela de cine pionera...

Hace ocho años, cuando la creé, no existía en España un centro que contemplase de forma continuada la formación durante un curso escolar. Ahora hay otras que ya lo hacen. Entonces, fue pionera en ese sentido, en que plantear como un curso escolar y como algo que se convierta en un hábito y en una actitud vital: venir a clase para aprender cine, aunque sabemos que además se aprende de la vida a través del cine.


En ella vuelca toda su experiencia...

Vuelco, sobre todo, mi inquietud vital. Creo que lo que se aprende a lo largo de la vida, incluso cuando aprendes una profesión, va mucho más allá de la profesión en sí misma. Es decir, para mí el cine ha sido siempre un elemento cargado de posibilidades de desarrollo de muchas habilidades. No es solo que acabes en una película como actor, actriz, o dirigiendo, y que te vayas a festivales. Esa es la parte de la industria que menos me ha interesado siempre. He pertenecido a la industria, pero no me he quedado en ella. Y no creo que sea casualidad, dicho sea de paso. Por eso, enseñar cine se ha convertido en un proyecto de vida. Me he dado cuenta de que esto es lo que realmente me satisface, transmitir lo que he aprendido a lo largo de mi vida: unas veces ha sido cine y otras aspectos relacionadas o no con el séptimo arte.


¿Qué enseña además de cine?

Todo tipo de habilidades, el desarrollo personal, el sentido de aprender cosas y algo tan obvio, pero que los niños de hoy en día están perdiendo, como es la capacidad de entender que para llegar a un resultado necesitas un proceso. Ahora, nuestros hijos nos piden algo y se lo compramos hoy, mañana o dentro de una semana. Utilizamos el cine para que ellos vean que, como en una película, para llegar al clímax final primero tienes que desarrollar una serie de facetas y una serie de habilidades, entre ellas, la paciencia. Otro de los elementos es el desarrollo de la capacidad de frustración. Por ejemplo, un alumno tiene una idea buenísima, viene a clase y se comenta y se valora. A lo mejor es estupenda pero tal vez no es la que funciona para un determinado guión. Esa capacidad de poder asimilar que hay ideas que están bien pero hay otras que funcionan mejor es algo que trabajamos mucho con niños y adolescentes.


Algunos de sus discípulos ya despuntan detrás y delante de la cámara...

Sí, hay varios: Sara Vidorreta es una joven actriz de 16 años que ya está haciendo pruebas de castin en Madrid. Comenzó en la escuela cuando tenía ocho años; el director de cine Miguel Casanova también comenzó aquí, igual que el director Ferrán Queralt, o Aitor Fernández, productor del corto 'Felicidad'. También destacan actores como Ánchel Pablo, Álvaro Baumann y Carmela del Campo, que debutan en la película 'La novia', de Paula Ortiz.


¿Cuántos alumnos pasan anualmente por la escuela?

En el anterior curso hemos tenido 80 y en los ocho años que llevamos han pasado por aquí 800 alumnos. Esto se debe a mucho esfuerzo personal y a la confianza que han puesto los padres en las escuela con sus cuotas. Que un proyecto de estas características no tenga un apoyo institucional dice mucho de lo que es esta tierra. Pero ya no me quejo. Siempre he ido por libre y estoy acostumbrada a buscarme la vida por mi cuenta.


Su escuela también ha sido precursora en la enseñanza de idiomas a través de técnicas cinematogra?ficas…

Nuestro eslogan dice 'Porque el cine es más que cine'. Es cultura y, además, es una herramienta para muchas cosas, un medio de expresión muy potente. Partiendo de mi experiencia personal, que ha ido ligada a los idiomas y el cine, un buen día, hace tres años empezamos en Tarazona con unos talleres de inglés y cine; y en institutos de Bachillerato, con alemán y cine para motivar a los alumnos a ver películas en versión original, que es algo que apoya el servicio de educación del Ayuntamiento de Zaragoza y también el Goethe Institut de Barcelona. Con el alemán nos lanzamos este año en la escuela. Ya había dado un taller en el Colegio Alemán durante dos años y ahora vamos a potenciarlo también en la escuela. De hecho, hemos terminado uno con chicos del Eliseo Godoy, entre 6 y 10 años. Los idiomas en 'Un Perro Andaluz' han sido una consecuencia lógica de lo que también es mi vida.


Con su bagaje, ¿es posible disfrutar de una película sin intentar analizar cada uno de sus detalles?

Lo que me pasa es que cuando una película me aburre empiezo a fijarme en esas cosas. Si la película es buena, no. Entonces, hago 'a posteriori' mis propios análisis de la película. En esa línea, uno de los proyectos estrella, o que vamos a sacar este año es 'Todo lo que ni Mary Poppins ni Supernanny te contaron sobre cómo educar', precisamente para enseñar a los padres a ver cine. Porque, por ejemplo, la mayoría no sabe que detrás de una película como 'Crepúsculo' lo que hay es una historia de maltrato. Queremos enseñar a padres y educadores a ver cine. Para ello, contamos con la Asociación Aragonesa para la Investigación Psíquica del Niño y el Adolescente (AAPIPNA).


¿Qué supone para usted el reconocimiento de la Muestra de Cortometrajes Aragoneses de Delicias?

Me hace mucha ilusión que me hagan un homenaje por trabajar mucho. Se lo tendrían que dar a tantos millones de personas que lo hacen y no se les reconoce... Me encanta que sea la Muestra de Cortometrajes de Delicias porque nos han apoyado desde el minuto uno, cuando conocí a su director Jesús Marco. Siempre hemos tenido apoyo de ellos para pasar nuestros cortos. Es un trato de muchísimo cariño hacia nuestros alumnos, hacia mí. Estoy muy agradecida. En Aragón hay mucho talento, muchas ganas, y mucha gente que trabaja muchísimo por amor al arte. Por eso, el reconocimiento a mí y a mi escuela pone de manifiesto que el barrio de Delicias valora el trabajo que estamos haciendo con el cine.

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