"Sueño con que, algún día, a Dan Brown lo llamen el Javier Sierra norteamerican"

Pasado mañana sale a la venta la última novela del creador turolense, Javier Sierra, titulada ‘La pirámide inmortal’, que recupera las misteriosas vivencias de Napoleón en Egipto

El escritor turolense Javier Sierra.
"Sueño con que, algún día, a Dan Brown lo llamen el Javier Sierra norteamerican"
José Ramón Ladra

Publica el miércoles ‘La pirámide inmortal’. ¿Es éste con el que iba a ganar el Planeta? Siempre está en las quinielas... 

(Risas). Lo que confío es que este libro sea el antídoto para que este año nadie me nomine al Planeta. Si publico en agosto y el Planeta se falla en octubre, no me da tiempo a presentar manuscrito. 


Es el eterno ganador. 

Llevo seis años apareciendo en las quinielas y desde entonces me dedico a coleccionar titulares de prensa del día anterior al fallo del Planeta donde me dan por ganador. Es muy divertido; algún día publicaré algo sobre eso.  


Esta vez Napoleón es su protagonista, ¿tiene usted algo de él? 

Sí. Los dos somos Leo (nacimos en agosto), nos encanta conquistar mundos y los dos pasamos una noche en la gran pirámide. 


Pero usted para conquistar el mundo no usa armas ni la fuerza.

Simplemente con la fuerza de la pluma que, como dice la vieja frase, es más fuerte que una espada. 


¿Cómo lleva que le apoden el Dan Brown español? 

Lo llevo bien, pero sueño con que, algún día, a Dan Brown lo llamen el Javier Sierra norteamericano. 


Yo lo veo más como el Indiana Jones español.

Soy una mezcla de Indiana Jones y de su padre, el doctor Henry Jones. Me gusta la aventura, pero también el reposo, los cuadernos llenos de notas, las deducciones a lo Sherlock Holmes y, por supuesto, el sentido del humor.  


¿Cree más en los políticos o en los poderes paranormales? 

¡Por supuesto en los poderes paranormales! Los políticos con los que nos ha tocado convivir han perdido toda credibilidad. 


¿En ambos mundos hay muchos fantasmas sueltos?  

Sí, pero mientras que a los fantasmas del más allá puedes obviarlos, los del más acá terminan metiendo la mano en tu cuenta corriente y en tu vida, y eso es mucho más doloroso. 


 ¿Ha pensado en la corrupción como tema? Los papeles de Bárcenas tienen su misterio... 

Sí, pero a mí me gusta escribir novelas que eleven el espíritu y que tengan moraleja positiva. Y en la corrupción no se la encuentro. 


¿La crisis es un gran misterio? 

La crisis es un gran misterio para la mayoría, pero es un gran negocio para la minoría. 


Teruel existe, ¿y Dios? 

Dios también, pero con certeza es muy distinto a como todos nos lo imaginamos. Para mí Dios es física cuántica. 


De pequeño fue monaguillo, ¿llegó a rezar para experimentar algún fenómeno paranormal? 

Fui monaguillo y es verdad que recé buscando iluminación, pero no la encontré dentro de las iglesias, siempre la encontré fuera.  


Lo mismo por eso de sus rezos no topa con la Iglesia como otros...  

No, hasta ahora no he topado con la Iglesia, pero deme tiempo. 


Su contrato americano tiene unas cláusulas muy curiosas. 

Sí, permite la venta de mis libros en submarinos nucleares y en futuras bases lunares. ¡Me encanta!


¿Se imagina vendiendo su libro en Marte y la Luna? 

Me encantaría y, sobre todo, me gustaría ser el primero en comprar uno de mis libros en esos lugares. Además, tengo la sensación de que algún vuelo orbital terminaré haciendo tarde o temprano.


Desbancó de lo más vendido a ‘Cincuenta sombras de Grey’. ¿Lo ha leído? ¿Ha aprendido mucho? 

Sí, lo leí y he aprendido tanto que en ‘La pirámide inmortal’ hay una serie de capítulos con fuerte carga erótica, lo que va a ser toda una sorpresa para mis lectores.  


¿En el sexo hay misterio? 

Sin duda. Eros y Tánatos, el amor y la muerte, son las dos energías que mueven el Universo. 


¿Para qué es vago? 

Para la burocracia. Me horroriza todo lo que tiene que ver con formularios, papeleos... 


Ahí hay mucho expediente X.

Pues sí... y también hay mucho chamarilero, gente que nos birla el dinero simplemente porque te equivocas en marcar una casilla. 


Ana María Matute decía que todos los escritores le daban al frasco, ¿y usted? 

Mi único frasco es la Coca Cola. Creo que esa frase de Matute era para otra generación. Los escritores de mi quinta son bastante abstemios.