Últimos trabajos para instalar las puertas del retablo de la iglesia de San Pablo

La intervención, que comenzó en septiembre de 2013, llega ahora a un «momento crítico»
Los bastidores sobre los que se colocarán los lienzos se están montando en la nave

Batientes de madera. Se prepararon en un taller y, a mediados de mes, se trasladaron desarmados a la iglesia, donde estos días se están montando en una nave.
Últimos trabajos para instalar las puertas del retablo de la iglesia de San Pablo

«Es la primera vez que se intenta llevar a cabo en nuestra época la construcción de este tipo de puertas, que en su mayor parte se hicieron entre los siglos XVI y XVII». Y eso implica actuar con precisión y no dejar nada al azar. Ana Carrassón, técnica de conservación y restauración del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), organismo del que dependen las obras para recuperar las puertas originales del retablo mayor de la iglesia de San Pablo de Zaragoza, explicó que esta ambiciosa actuación se encuentra ahora en un «momento delicado y crítico».


Carrassón, que dirige el proyecto junto a Rocío Bruquetas y Cristina Salas, adelantó que la intervención, que comenzó en septiembre de 2013 y se prolongará hasta febrero de 2015, con un presupuesto de adudicación de 336.380 euros (financiado por el Ministerio de Cultura), podría terminar el próximo mes de febrero. En estos momentos se trabaja en el armado de los batientes de madera que conforman las puertas del retablo y en la instalación de unos pilares en el muro donde se anclarán las estructuras. Además, se sigue trabajando en la restauración de los ocho grandes lienzos (cuatro interiores al óleo y cuatro exteriores al temple) que ocultaban la obra de Damián Forment. «Hemos dado una solución adecuada a la conservación de las pinturas». 


Las puertas fueron desmontadas en los años 80 del siglo pasado y los paneles se dividieron en cuadros:los de color quedaron expuestos en las naves de la iglesia, mientras que se desconocía el paradero de las grisallas. «Cuando se localizaron estaban en muy mal estado y no había espacio físico en la iglesia para su exposición». Ante este problema, y para evitar que pudieran quedar sine díe almacenadas o descontextualizadas, el IPCE propuso la reconstrucción de las puertas y su colocación, cumpliendo la función que tuvieron en origen. Esta obra patrimonial supondrá recuperar «el único ejemplo en la capital zaragozana de un sistema relativamente común en los retablos aragoneses», adelantó.Una tarea delicada

Los bastidores de madera se prepararon en un taller y, a mitad de julio, se trasladaron desarmados hasta el templo, donde estos días los tableros se están uniendo en la nave. «El montaje de las puertas es delicado», por lo que está prevista la instalación provisional de los batientes, sin las pinturas, para verificar su correcta colocación y el funcionamiento de apertura y cierre. La estructura se dejará instalada durante agosto para «corregir posibles fallos si fuera necesario», adelantó la conservadora del IPCE. En septiembre, se desmontará una, se incorporarán los lienzos y se volverá a colocar junto al retablo. Y, a continuación, se hará lo mismo con la segunda, dijo.


 Los momentos más críticos de esta actuación serán cuando se levanten los bastidores, por el riesgo de rotura de algún madero, así como su colocación en el muro. También será una tarea compleja la «disposición y tensado de los lienzos sobre los bastidores, por su gran tamaño y porque van dispuestos por las dos caras de las puertas». «De estas tres fases –indicó Ana Carrassón– depende el éxito de este proyecto».


Los sábados y domingos del 2 de agosto al 26 de octubre se organizarán visitas guiadas para contemplar el retablo mayor y conocer, al mismo tiempo, los trabajos que se están realizando para montar las puertas. Los participantes en esta iniciativa que impulsa el Ministerio de Cultura podrán observar los andamios, los anclajes construidos en el muro y la estructura de madera de los batientes. Hasta septiembre u octubre no se podrán ver los lienzos. Hay que recordar que sobre estos grandes paneles trabaja un equipo compuesto por seis restauradores y un jefe de obra, que se ha encargado de fijar el color de las pinturas y unir y reparar las roturas y desgarros que presentaban.