Un detective ilustrado en Las Fuentes

Jorge Sanz Barajas publica una novela policial, ‘Las hadas muertas’, en Sibirana.

El escritor Jorge Sanz
Un detective ilustrado en Las Fuentes

Jorge Sanz Barajas (Zaragoza, 1967) es, ante todo, un hiperactivo forjado en Las Fuentes. Allí coincidió, entre otros muchos, con el escritor Félix Romeo Pescador (1968-2011) y con los músicos de Las Novias; de descampado en descampado, de bar en bar, entre amigos, alimentó su pasión por la literatura. Y por el atletismo: hace carreras de media distancia y maratón, e incluso participó en pruebas largas, superiores a cien kilómetros.


Desde hace años imparte clases en el Colegio del Salvador, coordina en el Centro Pignatelli el taller de lectura de novela ‘Libros para entender el mundo’ y es un especialista en la obra de José Bergamín, a quien le ha dedicado el estudio biográfico ‘José Bergamín, la paradoja en la revolución’ (Libertarias, 1998). Fue finalista del premio Ínsula del Ebro con ‘Balada del ahorcado’ y ahora publica ‘Las hadas muertas’, una narración que pertenece al género policial y que transcurre en su barrio de la niñez y adolescencia.


Quizá porque Jorge Sanz Barajas piensa que algunas calles y ambientes de ese barrio “sobrecogen a cualquiera” y porque ha querido crear una atmósfera mítica, ha elegido ese escenario: los protagonistas se mueven por calles por Rodrigo Rebolledo, por Florentino Ballesteros o entre esas viviendas de protección oficial, no muy altas. Allí reside un personaje más bien raro, Fernando Merencio, que es traductor de inglés y trabaja en la versión al español de un libro del poeta Wallace Stevens. Divorciado desde hace algunos años, de repente recibe la visita de un viejo amigo, Roque Moisés, del que no sabía demasiado desde algún tiempo (“serás una carga siempre, mientras no te busques la vida”, le dirá luego), y este lo primero que hace es subir a casa a una joven, probablemente prostituta, que fallece durante el sexo.


El comisario Cazón es el responsable del caso y contará con la ayuda del propio Merencio, que piensa que todas las respuestas a cualquier infamia están en los libros, su especialidad. Con su intuición y su conocimiento, él ha logrado resolver algunos casos. Merencio despierta suspicacias, menos en Cazón que en otros policías, pero tampoco se deciden a prescindir de él y, a su modo, entre la calma y la indolencia, con la rara certeza de que encontrará un hilo definitivo que llevará al asesino, avanza la narración.


Aquí, el traductor que colabora con la policía va más allá: sospecha que las hadas existen y que todo se encierra en los cuentos infantiles (‘La Cenicienta’, el cuento de las habichuelas mágicas, ‘La bella y la bestia’...), incluso la resolución del primer crimen. Además de ser enamorado de los libros e incluso un profesor exigente, siempre lleva una cita en los labios; Merencio se retrata así: “Somos hijos del destape, nietos de la represión y padres del libertinaje”. Jorge Sanz Barajas dice que Merencio “cree en las hadas porque tiene la cabeza llena de duendes”.


Tras la primera muerte –¿fue un asesinato, una sobredosis, un parón cardíaco durante un coito salvaje?- se producen algunas más: la de la profesora Pilar Montaner, la de Nati (“Se casó, se separó, tiene un hijo, trabaja...”), por la que Merencio sentía alguna debilidad...


La novela, que tiene un poso intelectual y erudito, se desarrolla en distintas direcciones y tiene casi todos los ingredientes del género: un clima de bajos fondos y vidas más o menos humildes, personajes secundarios admirables como el propio padre de Merencio, situaciones especulativas, mucha ironía y humor, y la tensión generada por los crímenes en serio pero también por un policía hostil como Maduro. También puede decirse que hay una partitura de homenajes y de citas, donde destaca Chesterton, el autor del Padre Brown. “Creo que la novela policial debe dejar más preguntas que respuestas. Por otra parte, la novela policial, como la negra, deben servir para denunciar las corruptelas del sistema”. Jorge Sanz Barajas, a su modo, lo hace en ‘Las hadas muertas’.


'Las hadas muertas'. Jorge Sanz Barajas. Sibirana: colección Las ínsulas extrañas. Zaragoza, 2014. 245 páginas. [Presentación, este lunes, a las 20.00, en Cálamo, con el escritor y político Chesús Yuste.]