Montserrat Caballé y sus lazos con Aragón

Miguel Ángel Tapia, María de Félix, José Luis Lasala, Sergio Castillo y Alejandro Martínez repasan la trayectoria de la soprano, que pidió que no la velasen en el Liceo

La cantante María de Félix.
La cantante María de Félix.
Oliver Duch.

“Extrañaba mucho que no se hubiese velado el cadáver de Montserrat Caballé, que ya es una mujer inmortal. El Teatro del Liceo parecía el lugar ideal. Le pregunté a Montserrat Martí Caballé, su hija, que actuaba mañana en el Auditorio de Zaragoza, y me dijo que era un expreso deseo de su madre. Le había dicho a la familia que no quería que la velasen de cuerpo presente, que no quería estar expuesta ante la gente. A partir de ahora empezará una serie de homenajes a la soprano. Y este mismo martes, en la Sala Mozart del Auditorio, se le rendirá uno de los primeros en el concierto de zarzuela. María de Félix reemplazará a Montserrar Martí”, explica el pianista y director-gerente del Auditorio Miguel Ángel Tapia, que estuvo este domingo en Barcelona, en el velatorio de la soprano Montserrat Caballé (1933-2018), que fallecía el pasado sábado a los 85 años. Montserrat Caballé estaba casada desde 1964 con el tenor aragonés Bernabé Martí, nacido en Villarroya de la Sierra (Zaragoza) en 1928.

“Se puede imaginar el ambiente. De infinita tristeza, de desolación. Montserrat, la hija, estaba destrozada. Y qué voy a decirle de Bernabé Martí, su marido. Estaba consternado. En noviembre cumplirá 90 años, usa muletas, está casi sordo y se le veía desamparado, muy afectado”, agrega Tapia, que suele realizar entre 10 o 12 recitales al año con Montserrat Martí, de zarzuela, de ópera, etc. En Barcelona, coincidió con Jorge y Eduardo Villarroya, de Industrias Químicas del Ebro, que fueron patrocinadores de las becas de canto. “A Montserrat Martí le encanta cantar algunas piezas que bordaba su madre. Ayer llevaba al cuello una cruz de madera que usaba su madre. Yo las escucho y trabajo sobre ellas. A veces, con humor y admiración, lo comentábamos. Llegábamos a la misma conclusión: 'No tenía comparación'”, dice Tapia, que está repasando y escuchando diversas grabaciones de Caballé, y se queda fascinado con la hondura y la calidad inefable de su voz.

Bernabé Martí y Montserrat Caballé se casaron en agosto de 1964 en el monasterio de Montserrat. Barajaron casarse en Villarroya de la Sierra. Heraldo/Familia Martí-Caballé

“Nadie era capaz de alcanzar sonidos que ella alcanzaba. En los años 70 y 80 consiguió un nivel excepcional. Era tremenda. Era la gran diva”, insiste. Miguel Ángel Tapia recuerda su amistad con la familia Martí-Caballé y aquel concierto de 1989, cuando Villarroya de la Sierra rindió homenaje al tenor, que había sido pastor de niño. “Los dos tenían un gran talento. Se enamoraron en la ópera, cantaron juntos, viajaron juntos durante algunos años, hubo un momento en que Bernabé, que tenía unos agudos magníficos, decidió quedarse en casa, atender la casa de Barcelona. Se dio cuenta de que la verdadera superdiva era ella. Para entonces, Montserrat Caballé ya cantaba con los mejores tenores del mundo”, resume Tapia, que ha estado ensayando con María de Félix para el concierto de mañana, en el que cantarán también Beatriz Gimeno y Nacho del Río. “María está espléndida de voz”, dice.

La zaragozana María Felix ganó una de las becas de canto Montserrat Caballé-Bernabé Martín. Oliver Duch.

María de Félix reside en Madrid desde hace años. Dice: “De Montserrat Caballé tengo un recuerdo entrañable. Era honesta con todos, sincera, transmitía su experiencia y poseía una intuición maravillosa con las voces y su potencial. La conocí en el Concurso de Canto, que tuve la inmensa fortuna de ganar en 2003. Creo que fue la primera vez que asistía a las pruebas. Impresionaba tenerla ahí delante. Éramos muy niñas, y te contagiaba su pasión por el canto. Te daba consejos sobre todo: la respiración, el color de la voz, la columna de aire”, dice. “¿Mi voz? Creo que sí, que estoy en un buen momento. Tengo 40 años, he sido madre por segunda vez hace seis meses, y tengo la sensación de que el instrumento, el conocimiento y el estudio, algo que nunca se interrumpe, se sienten en armonía, y eso me lleva a estar vocalmente serena, en plena madurez”, explica desde Madrid la intérprete zaragozana, que cantará zarzuela y jota con Beatriz Gimeno y Nacho del Río.

El pintor José Luis Lasala, ex responsable de la Obra Social de Ibercaja, convivió durante muchos años con Montserrat Caballé y Bernabé Martí, con motivo de las Becas de Canto y con un ciclo de conciertos que le organizó la entidad bancaria a la soprano por varias ciudades. “Tengo buenos recuerdos de los dos. Muy buenos, aunque Montserrat también podía ser incierta. Algunas veces tuvimos alguna discusión, pero siempre reaparecía la amistad. Recuerdo que cuando cantó en el Olimpia enmoquetaron el techo y cuando ella lo vio, y percibió que no rebotaba la voz, nos pidió que se arrancase. En un concierto de Lérida también lo pasó mal. Allí la gente fue muy impuntual y entraba una vez iniciada el concierto. Tuvo que hacer dos interrupciones. Se descentró”, recuerda, y confiesa que mantuvo muchas charlas con Bernabé Martí, “genial, divertido, gran conversador”, que le contó un sinfín de experiencias y recuerdos de su pueblo, de sus años en Zaragoza o de su mecenas Calixto Martínez.

“José Luis Martínez Candial, ex presidente de Ibercaja, recordaba cómo su padre, Calixto Martínez, con comercio en la ciudad y nacido en Villarroya, le ayudó en sus inicios, y desde entonces habían tenido una relación muy especial”, concluye José Luis Lasala.

Reuniones en el Concurso de las becas de canto en el Patio de la Infanta. Con Bernabé y Montserrat, José Luis Martínez Candial y José Luis Lasala. María Torres-Solanot.

Óperas en el Principal en los 60 y 70

Los vínculos con Zaragoza y con Aragón de la soprano son incuestionables. Sergio Castillo, co-comisario de la muestra de Miguel Fleta en el museo Pablo Serrano y miembro de Asociación Aragonesa de la Ópera 'Miguel Fleta', recuerda que Montserrat Caballé cantó en Zaragoza, con su marido, en el Teatro Principal en ‘La Bohéme’ en 1966, y la pareja cobró entonces 200.000 pesetas de la época (1.200 euros). “En Zaragoza hubo ópera entre 1964 y 1978. Y ella tras esa actuación, cantó aquí antes que en Madrid y Bilbao, regresó en varias ocasiones en los 70 con ‘Aida’, ‘El trovador’, 'Adrian Lecouvreur'  y ‘Manon’. En mayo del 74, durante un descanso de ‘Manon Lescaut’, de Puccini, el alcalde de Zaragoza Mariano Horno Liria le entregó la Medalla de Oro de la ciudad”, dice Castillo, y recuerda que en aquellas temporadas de los años 70 se reivindicó la figura de Miguel Fleta y se habló de hacerle un momento. Ella, incrédula, preguntó en HERALDO y 'El Noticiero' en 1976: “¿Aún no lo tiene?”m, y dijo: "En poco años dio lo que otros en muchos, fue un artista único". “Ese es un vínculo entre los dos, pero yo creo que hay otro puramente artístico: Miguel Fleta tenía unos filados tan largos y tan extensos como los que harían famosa a Montserrat Caballé”, señala Sergio Castillo, y recuerda que la exposición del tenor Miguel Fleta, en la planta 0 del Pablo Serrano, acaba este domingo 14.

Alejandro Martínez Rodríguez, presidente de la Asociación Aragonesa de la Ópera 'Miguel Fleta', dice: “Montserrat Caballé está asociada a mi memoria como uno de los primeros testimonios de mi afición por la lírica. Fue mi primera ‘Aida’, en una mítica grabación que devoré con fruición. Inolvidable era también su risa a carcajadas cada vez que visitaba Zaragoza con su concurso de canto, ya extinto. Lo cierto es que Caballé fue un fenómeno vocal único. Verdaderamente me atrevo a decir que fue la única soprano de talla histórica en la era post-Callas". Ofrece una visión técnica y humana. "Con un mecanismo y una técnica apabullantes, al servicio de un timbre cristalino y terso, penetrante y etéreo, Caballé dejó una imponente trayectoria a sus espaldas, dentro de una generación dorada de artistas líricos españoles, junto a Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Jaime Aragall o José Carreras, entre otros”, señala.

Montserrat Caballé, en un masterclass que impartió en Zaragoza en 2013. Asier Alcorta.

El colaborador de la revista ‘Platea Magazine’ añade esta valoración: “Caballé fue también el rostro más popular de la ópera en España, junto a Plácido Domingo, todavía hoy el más universal de los embajadores líricos de nuestro país. El ya mítico dúo con Freddie Mercury, para las Olimpiadas de Barcelona 92, es el mejor testimonio de un arte, el de Caballé, que traspasó todas las fronteras. Su carrera resuena hoy con la misma grandeza que lo hacían sus carcajadas. Incomparable”, sentencia Alejandro Martínez.

LA FICHA DEL CONCIERTO

['ANTOLOGÍA DE LA ZARZUELA'. Auditorio de Zaragoza. Sala Mozart. Martes, 8 de octubre, a las 21.30. Con María de Félix, soprano; Beatriz Gimeno, mezzosoprano; Nacho del Río, tenor; Coro Amici Musicae del Auditorio de Zaragoza; Igor Tantos, director; Noelia Gracia, violín; Josué Barrés, percusión; Toño Bernal, bajo; Miguel Ángel Tapia, piano y dirección. Con la colaboración especial de: Miguel Ángel Berna, Grupo de Baile Raíces de Aragón, Ángel Martínez, director. Sala Mozart.]

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