La primera bicicleta echó a correr en Huesca

Hace ahora 150 años sucedió algo tan insólito como excepcional: el herrero Mariano Catalán y el administrativo Gregorio Barrio, ambos oscenses, realizaron el primer viaje en bicicleta del que se tiene constancia en España. Fue un 20 de marzo, e hicieron el trayecto Huesca-Zaragoza-Huesca, algo que fue recordado por el Club Ciclista oscense con una pequeña muestra en el vestíbulo de la Diputación de Huesca en diciembre de 2017. Por otra parte, estos días, ambos han sido recordados y homenajeados por el Ayuntamiento de Huesca.

La historia es realmente bonita y tiene un primer protagonista: Joaquín Costa (Monzón, 1846-Graus, 1911), que acudió a la Exposición Universal de París de 1867 como uno de los doce “artesanos discípulos observadores”, que había invitado el Gobierno de España, gracias a los oficios del cacique local Manuel Camo. Fue allí como albañil con una pensión de 175 pesetas, poco más de un euro de ahora.

En el pabellón de los nuevos inventos, Costa vio la bicicleta que había concebido Pierre Michaux en 1860, que era la primera bicicleta a pedales, conocida como la michaulina. Costa, nada más verla, cogió papel de fumar y realizó un dibujo de la máquina. Y no se le ocurrió mejor idea que enviársela a sus amigos del Casino de Huesca, entre ellos el ingeniero Vicente Cajal. Agustín Sánchez Vidal, editor de las novelas de Costa en Guara, escribió: “La noticia del diseño del velocípedo (antecedente de la bicicleta), que Costa envió a unos amigos oscenses, la recoge Vicente Cajal, en su libro ‘Un oscense’”.

Los amigos de Costa contactaron con “el herrador” (así lo han definido algunos; en realidad, poseía la herrería más importante de la ciudad) Mariano Catalán, que años después sería brigada del Cuerpo de Bomberos de Huesca, y sus hermanos José y Nicomedes. Los Navarro hicieron una primera prueba en madera, toda de madera. La máquina pesaba alrededor de 30 kilos. Se dice que Mariano, que debía ser el hermano más afanoso, probó el invento en secreto con la ayuda de uno de sus criados. Lo hizo con nocturnidad y alevosía, por si todo le salía mal. Logró dar las primeras pedaladas. No deja de ser curioso que la primera bicicleta que hubo en España fuese de madera.

Poco después, Mariano Catalán decidió construir dos nuevos prototipos, ahora ya de hierro. Halló complicidad con Gregorio Barrio Crespo (al parecer salían a entrenar por las afueras de la ciudad) y el 20 de marzo de 1868, hace 150 años, realizaron un histórico paseo en bicicleta. María José Calvo Salillas, en el libro ‘El Círculo oscense y el modernismo. La historia de un siglo’, recuerda que los dos amigos salieron a las cuatro de la mañana. Agrega: “Los excursionistas llegan hasta la plaza de Santa Engracia, regresando a las cinco de la tarde”. Y recuerda que Domingo del Cacho, cuñado de Barrio, les fue a dar la despedida como si se fueran al fin del mundo. Paraban de tanto en tanto, pero consta que al mediodía andaban por Villanueva de Gállego. Los zaragozanos recibieron con “sorpresa y admiración” a sus vecinos, según escribió el ingeniero Vicente Cajal.

Ya se ve que invirtieron algunas horas. ¿De qué hablarían los dos amigos? ¿Serían conscientes de lo importante que iba a ser la bicicleta en nuestras vidas, en cualquier continente? Muy pronto la ciudad de Huesca contaría con un equipo especializado en ciclismo, el Club Velocipedista Oscense, que presidió Juan Antonio Palá, y desde 1896 publicó la revista ‘El pedal’, que dio acogida, entre otros asuntos, a la correspondencia de Joaquín Costa a los ciclistas de la capital del Altoaragón y de Barbastro, que también fueron pioneros en el arte de pedalear.