El Goya que inspiró a los realizadores

Francisco Javier Lázaro y Fernando Sanz catalogan más de 220 obras audiovisuales dedicadas el pintor de Fuendetodos: películas, documentales, series y proyectos inacabados. El libro, editado por Prensas Universitarias, se presentará el jueves próximo en un seminario internacional sobre el artista.

Bigas Luna convirtió a Jorge Perugorría en Goya y a Aitana Sánchez Gijón, en la duquesa de Alba.
Bigas Luna convirtió a Jorge Perugorría en Goya y a Aitana Sánchez Gijón, en la duquesa de Alba.
Heraldo

Francisco de Goya (1746-1828) es uno de los pintores capitales de la historia del arte. Fue esencialmente el cronista de su tiempo y, según las lecciones de la historia y las percepciones subjetivas, era el día y la noche, el fuego y el infierno, el clasicismo y el romanticismo. Y, esencialmente, tal como explica Fernando Sanz Ferreruela –coautor con Francisco Javier Lázaro de ‘Goya en el audiovisual. Aproximación a sus constantes narrativas y estéticas en el ámbito cinematográfico y televisivo’ de Prensas Universitarias de Zaragoza (PUZ)–, podía ser emblema de la raza y de la disidencia.

Buñuel, Neville, Camus

Fernando Sanz y Francisco Javier Lázaro empezaron a realizar este trabajo como un artículo para un monográfico de ‘Artigrama’ sobre Goya. La investigación fue becada por la Fundación Goya, que intentó publicarlo sin éxito, y más tarde se integró en un proyecto de I+D que dirige la profesora Amparo Martínez Herranz; finalmente sus más de 300 páginas hallaron acomodo en las PUZ.

Los autores en su exhaustivo rastreo han encontrado 220 piezas entre películas, series de televisión, documentales y videoarte. "Hemos ordenado nuestro trabajo por orden cronológico y atendiendo a la diversidad", dice Fernando Sanz. Si empezamos por los descartes, o por lo que no se pudo hacer, hay varios proyectos truncados: Luis Buñuel, auspiciado por la Junta del Homenaje al pintor, en 1926 redactó un guión e intentó rodarlo. "Hubiera sido su primera película. Lo intentó en 1928 y, de manera más inconsistente aún, en 1937 cuando estaba en Hollywood. No había dinero para asumir una tarea así –dice Sanz–. Florián Rey también quiso rodar una película sobre Goya, pero tuvo problemas semejantes, y esos materiales los integró en su película sobre Agustina de Aragón, que se perdió. ¿Cuáles son los títulos claves, de ficción, en la posguerra? Sanz y Lázaro destacan dos: ‘Goyescas’ de Benito Perojo, de 1942, basada en la ópera de Enrique Granados, donde se recrea el ambiente del pintor, y ‘Domingo de carnaval’ de Edgar Neville, 1945, que elabora la atmósfera goyesca mediante las máscaras de Gutiérrez Solana y ‘El entierro de la sardina’ de Goya.

Ya en la democracia, rescatan un documental: ‘Goya, perro infinito’, 1977, donde su director Antonio Pérez Olea realizaba "una inmersión psicológica en la mente del artista en el que Goya dejaba de ser el pintor de la raza. La obra se basaba en las dicotomías de D’Ors sobre el pintor: antiguo y moderno, clásico y romántico, loco o cuerdo".

Hay otras piezas interesantes. Una de las mejores es ‘Los desastres de la guerra’ de Pedro Camus, 1983, ya en televisión, una serie de un piloto y seis capítulos con Paco Rabal. Dice Francisco Javier Lázaro: "El personaje de Goya estaba encarnado por Paco Rabal, que ya lo había hecho en la película ‘Goya, historia de una soledad’, de Nino Quevedo. Cada capítulo comenzaba con un interesante soliloquio del pintor en que se mostraba desesperanzado por unos acontecimientos en el terreno político y social que le superaban".

Dos años después, también en TVE, el buen artesano José Ramón Larraz rodó ‘Goya’, con Enric Majó haciendo del pintor de Fuendetodos. Dice Lázaro: "Destacaría cómo se trata la infancia y juventud de Goya en Fuendetodos y Zaragoza (el joven Goya, Jorge Sanz), con sus primeras clases en el taller de José Luzán. Un tema este, el de la primera formación del pintor, que tan apenas ha sido tratada tanto en trabajos de ficción como en documentales", dice Francisco Javier Lázaro.

Maestros Bigas y Saura

Para Sanz las grandes películas son ‘La hora de los valientes’, (1998), de Antonio Mercero; ‘Goya en Burdeos’, (1999), de Carlos Saura; ‘Volavérunt’ (1999), de Bigas Luna, y ‘Los fantasmas de Goya’, (2006), de Milos Forman. "La de Bigas Luna es la más comercial, la de las intrigas, pasiones y algunos desnudos. A mí la que más me gusta es ‘Goya en Burdeos’, 1999, de Carlos Saura. Es la que mejor recrea el mundo plástico del pintor, mayor pero lúcido, la soledad del exilio, y ahonda en el vínculo de Saura con Buñuel", concluye Fernando Sanz, que no quiere olvidarse del proyecto de videoarte ‘Pintar hasta perder la cabeza’ de Emilio Casanova.

Esto solo es un pequeño aperitivo de lo se que puede hallar en ‘Goya en el audiovisual’.

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