Cena de Estrellas alrededor de la alta cocina aragonesa

El Espacio Ebro acogió a 500 invitados que disfrutaron de la gastronomía de los chefs de Lillas Pastia, Las Torres y El Batán.

A la cena asistieron alrededor de 500 invitados en el Espacio Ebro.
A la cena asistieron alrededor de 500 invitados en el Espacio Ebro.
Raquel Labodía

“Que se sepa que en Aragón tenemos alta cocina y grandes artistas que saben interpretarla”. Este fue uno de los argumentos que más se repitió en la Cena de las Estrellas que ayer se celebró en el Espacio Ebro de Zaragoza a la que asistieron alrededor de 500 comensales. Entre los fogones, los equipos de cocina de los restaurantes Lillas Pastia, Las Torres y Hospedería El Batán sumaron fuerzas para sacar adelante el ingente trabajo bajo la coordinación del servicio de El Cachirulo.


Desde el aparcamiento, los invitados llegaron guiados entre farolillos. Para amenizar la espera, el ´Tumbaíto` se arrancó a cantar jotas por alegría y ya a la mesa, la compañía de danza LaMov interpretó ´La lujuria`. En esos diez minutos, al equipo de Orlando Tobajas, de El Cachirulo, le dio tiempo a emplatar el primer entrante: Ensalada de cardo y perdiz escabechada en tres texturas.


El relevo lo tomó Carmelo Bosque, de Lillas Pastia, con su afamado hongo de patata trufada. Luego tocó viajar al Pirineo de la mano de Rafal Abadía, de Las Torres, para descubrir el esturión que se cría en las montañas. Y del ternasco de Aragón se ocupó María José Meda, de El Batán. Lingote de TA. a fuego lento. Un nombre que sobre el plato se transformó en geometría, cromatismo, desenfado y mucho trabajo de cocina.


El colofón lo puso Luis Tolosana ofreciendo Calante, un delicioso bizcocho con melocotón de Calanda. Pero la velada tuvo más detalles. Entre plato y plato, un actor ejerció de Francisco de Goya pintando un estupendo lienzo de sensaciones en forma de palabras.


De las copas que se ocupó Gin-za, mientras sobre el escenario aparecían Carmen París y los integrantes de B Vocal. Entre otros invitados, se dejaron ver el triatleta Rafael Solís; Lorenzo Villaeys, de Caviar Persé; el bodeguero Carlos Valero y Óscar Valenzuela, de Enate; los empresarios José Manuel Campo, de Lugosi, y Jorge Samper, del Grupo Samper, o Javier Carnicer, de Protocolo de la DGA.


El organizador del evento, José Manuel Pardo, estaba orgulloso de haber mostrado la rica despensa de Aragón bajo la batuta de algunos de los cocineros aragoneses que atesoran una estrella Michelín. Para él, que vive a caballo entre Estados Unidos y Aragón, el siguiente reto es “organizar esta misma Cena de las Estrellas al otro lado del charco”. En ello ya se ha puesto a trabajar.

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