ESCRITOR

Javier Barreiro: "El masoquismo aragonés tendió a minusvalorar la jota"

"Un lenguaje propio es la forma más alta de independencia", apunta el escritor aragonés.

El escritor Javier Barreiro, esta semana, en Zaragoza.
Javier Barreiro: "El masoquismo aragonés tendió a minusvalorar la jota"
OLIVER DUCH

Barreiro siempre fue diferente.

Diferente, difuso, difícil y profundamente disperso.

Educador, escritor, provocador, vividor? ¿Qué perfil subrayaría?

Escritor y lector. Mi vida son los libros. Proporcionan felicidad y solo dan problemas de espacio. Leer es uno de los escasos placeres sin contraprestación. Comer, beber, dormir, amar? se pagan, al menos en salud. Leer ilustra, informa, entretiene, evade y, sobre todo, es un maravilloso placer gratuito.

Hablemos de poesía.

Si lo de alrededor no te gusta, la poesía es el último bastión de resistencia. Vivimos tiempos cercanos al despotismo ilustrado, pero tendiendo al analfabetismo social y a lo políticamente correcto, una forma solapada de censura. Padecemos la degradación de lo literario, de lo periodístico, de lo educativo... Cada vez queda menos gente comprometida con su independencia. Y un lenguaje propio es la forma más alta de independencia.

¿No estará censurando a ZP?

Ni el país ni la izquierda de este país merecen a Zapatero. Aunque puede venir algo peor. Algo así parece anunciar la televisión basura o la omnipresencia de Cristiano Ronaldo o la Pasarela Cibeles. La cultura es más divertida.

Demasiados sueños rotos.

Nos vendieron la moto de la Transición, de las autonomías? Un saco sin fondo de derroche. Eso sí, cualquier tiempo pasado fue peor. No dejo de ser un optimista histórico y un pesimista biológico.

El que canta su mal espanta: entiendo por qué le mola tanto la música.

Mi madre cantaba jota, zarzuela, canción española? Ahora está enferma y le canto yo.

Luego se dejó atrapar por Gardel, el ambiente porteño, los lupanares, el aroma de arrabal.

Gardel es un fenómeno irrepetible. Ninguno de sus admiradores admitiría que haya algo mejor que escucharlo. Tangos malos, en su voz, eran un festín.

También se entregó a la copla y al cuplé.

En los 60 y 70, el pop devoró estos estilos. En los 80, se empezó a recuperar. Es absurdo el olvido y la marginación que sufrieron.

Defiende con ardor la jota.

El masoquismo aragonés tendió a minusvalorarla.

Se ha acusado a la jota incluso de reaccionaria.

Lamentablemente, el aragonés es su peor enemigo. Aragón tiene mejor prensa fuera. Es cierto que el régimen anterior se la quiso apropiar. Pero también pasó con el fútbol y con todo fenómeno de masas. La jota siempre fue una de las voces del pueblo.

En su creación literaria también se ha aproximado a la canción. Por ejemplo, al fenómeno de Marisol.

Esa biografía fue un encargo de Manu Leguineche, personaje tan respetado como la propia Pepa Flores, de la que nadie habla mal. Y eso no es gratuito.

Regresó a la poesía con el libro 'Lobotomía'. ¿No querrá recordarnos, como Thomas Hobbes, que el hombre es un lobo para el hombre?

Somos una especie que nos devoramos sin pudor, pero mis lobos no son solo carniceros sino tan entrañables, patéticos y contradictorios como nosotros mismos. En el futuro querría volver a la poesía y la narración. 'Lobotomía' es un anticipo. He estado varios años centrado en el 'Diccionario de Autores Aragoneses', que aparecerá muy pronto.