EXPOSICIÓN

'El esplendor del Renacimiento en Aragón' espera a los visitantes en el Museo de Zaragoza

Escultura, pintura y orfebrería permiten admirar el trabajo de artistas como Damián Forment o Jerónimo Cósida.

La Corona de Aragón era un reino fuerte (primero bajo el mando de Fernando el Católico, luego de Carlos I), los árabes cristianizados como moriscos se ocupaban bien de los campos y el comercio prosperaba. Las ciudades se llenaban de bellos palacios y los artistas atendían tanto encargos religiosos como profanos. Corría el siglo XVI y un Aragón vinculado con Italia y Flandes florecía dejando para la posteridad magníficos ejemplos de su esplendor.

 

De ello da fe la exposición que acaba de inaugurarse en el Museo de Zaragoza y que hasta el 20 de mayo permitirá descubrir y apreciar joyas del patrimonio artístico aragonés de aquella época. La catedrática Carmen Morte, de la Universidad de Zaragoza (institución que nació precisamente en el siglo XVI), es la comisaria de 'El esplendor del Renacimiento en Aragón', una muestra que ya han visto más de 70.000 personas en Bilbao y Valencia, donde fue exhibida antes de cerrar su periplo en Zaragoza.

 

Morte ha reunido 117 piezas que ahora ocupan varias salas de la planta baja del Museo de Zaragoza, con su contenido estructurado en varios apartados. Comienza con varias obras góticas, precursoras del estilo renacentista, se detiene en figuras como las del escultor Damián Forment (autor del retablo del altar mayor del Pilar) o la del pintor Jerónimo Cósida (entre cuyas obras están las tablas del retablo mayor de la Cartuja de Aula Dei), repasa las aportaciones de artistas italianos y flamencos que enriquecieron el patrimonio aragonés, y cierra con ricas piezas de orfebrería religiosa y profana.

 

Como señalaba ayer el director del Museo de Zaragoza, Miguel Beltrán, cabe destacar que el 90% de las obras expuestas han sido restauradas, lo que permite apreciar mejor su calidad.

La belleza del alabastro

Si hay un material característico de la escultura en Aragón, es el alabastro. "Es mucho más dúctil, no tan duro como el mármol -explicaba ayer Morte-, pero las herramientas con las que se trabajaba eran parecidas. Además, aquí el alabastro se policromaba, el mármol no".

 

Nada más entrar a la exposición, da la bienvenida al visitante una talla gótica en alabastro del ángel custodio de Zaragoza, obra de Pere Joan. Pero a lo largo de la muestra, van apareciendo otras muchas esculturas admirables, desde una lápida sepulcral a columnas labradas por Gil Morlanes hijo, pasando por figuras de Damián Forment como una delicada Virgen de las Nieves procedente de Salvatierra de Escá o un curioso San Onofre, además de alguna de coetáneos como el francés Gabriel Joly. De este y de Juan de Moreto se exponen no menos remarcables esculturas en madera, salidas de iglesias de Tauste, Bolea, Villafeliche o Albarracín, entre otros lugares.

En cuanto a la pintura, la hay sobre tabla, lienzo y hasta cobre, al óleo y al temple, pequeña e íntima como los retratos pintados por Lavinia Fontana o enorme y teatral como las sorprendentes 'puertas' del retablo mayor de lo que fue la catedral de Roda de Isábena. Se incluye incluso un dibujo cedido por la Biblioteca Nacional, atribuido a Daniel Martínez.

 

En la orfebrería, sobresale el magnífico busto-relicario de San Blas, en plata, procedente de la iglesia zaragozana de San Pablo.

 

Con un coste de casi 440.000 euros, 'El esplendor del Renacimiento en Aragón' ha contado con el respaldo del Gobierno de Aragón, el patronato del Museo de Bellas Artes de Bilbao y el consorcio de museos de la Comunidad Valenciana. La entrada a la exposición es gratuita y se puede visitar de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 20.00. Existen visitas guiadas de martes a domingo (se pueden concertar en el teléfono 976 222 181).