Ocio y Cultura

Las delicadas manos de una gigante

MÚSICA

La joven pianista Evgeniya Pupysheva, a quien Rusia considerada uno de sus talentos musicales más prodigiosos, actuará el viernes en la iglesia Santa María de Uncastillo, donde dará muestra de su virtuosismo

Las delicadas manos de una gigante
ESTHER CASAS

Aunque su aspecto es frágil y delicado, Evgeniya Pupysheva se transforma en cuanto se sienta frente a un piano. Entonces -no se sabe bien de dónde- esta joven rusa saca la rabia, la contundencia, la destreza y también la sensibilidad extrema que la han convertido en una virtuosa pianista. A Pupysheva, que el viernes (20.30) ofrecerá un concierto en la iglesia Santa María de Uncastillo, puede considerársela una niña prodigio porque desde los cuatro años buceaba entre corcheas, claves de sol y partituras.

 

Reconoce que recibió "una estricta educación musical, pero, a su vez, una formación humanística". Desde que a los doce entrara en el conservatorio de Nizhi Nóvgorod y participara en un festival moscovita de 'notoriedades', la joven no ha dejado de alimentar su pasión por la música clásica y, con al ayuda de Ismael Alterman, se enfrentó en la adolescencia a su mayor reto personal. "Adoro las piezas de Rachmaninov -relata-, pero tenía muchas dificultades para interpretarlas dado que sus manos eran de gigante y las mías son pequeñas. Las composiciones de Rachmaninov son muy complejas y yo no alcanzaba a coger las octavas". Tras mucho esfuerzo, dedicación y desarrollo de una técnica propia, Pupysheva consiguió lo que muchos decían que no lograría: ser una de las intérpretes de referencia del conocido maestro ruso.

 

"Fue un ejemplo de superación, una lección de amor propio", comentan quienes la conocen, al tiempo que citan a Scriabin, Metner, Schumman, Beethoven y Stravinski entre los autores que le vienen acompañando desde edad temprana. Parte de su repertorio preferido también lo integran compositores españoles como Granados, Manuel de Falla, Albéniz... "La música española es muy rica en matices y debería interpretarse más en Europa", asegura. De la precocidad artística de Pupysheva tiene parte de 'culpa' su madre, que fue su primera profesora y le inculcó el amor por la música. Sin embargo, ella es una amante de sus estudios -"el perfeccionamiento en Rusia es vital", asevera- y considera que "los pianistas no deben tener otra meta sino la de ampliar su formación, porque siempre se puede aprender y estudiar más".

 

Ahora, sin embargo, las tornas han cambiado y es ella quien ofrece su conocimiento a alumnos de corta edad. Pupysheva es profesora en la Academia Taneev de Moscú, después de haberse doctorado en el centro Gnesinyh, referencia de cualificados músicos. "La experiencia de profesora es fantástica -asegura-. Además de la disciplina que exige una dedicación como el piano, doy libertad a los alumnos para que cada cual encuentre y desarrolle su propia personalidad artística", afirma la pianista, cuya infancia estuvo plagada de días de ensayos y competiciones al más alto nivel. Sin embargo, ya en edad adulta, ha podido disfrutar de uno de sus sueños: se ha apuntado a una escuela de ballet y, "como mera aficionada", está haciendo sus pinitos en el mundo de la danza.

 

Pupysheva combina su verano de turismo por España -acaba de visitar las fiestas de Molina de Aragón-, con intensas horas de práctica. El viernes tocará en Uncastillo, dentro del II Festival de Música de las Cinco Villas que organiza la Fundación Fernando El Católico, pero también se le podrá ver en Zaragoza, el próximo día 27, celebrando en el 25 anivesario de Contazara en el Centro Cívico Teodoro Sanchez Punter de San José.

Después de su periplo por Aragón, Pupysheva tiene previsto actuar en septiembre en Barcelona antes de viajar a finales de año a Nueva York y Washington, donde le esperan varios conciertos.

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