CINE

El verano en que King Vidor rodó en Valdespartera "Salomón y la reina de Saba"

Interpretado por Gina Lollobrígida y Tyrone Power, que moriría durante el rodaje del film, se cumplen cincuenta años de aquel acontecimiento cinematográfico.

El fotógrafo Fred Young había estado localizando exteriores en los desiertos de Israel donde se supone que discurrieron los verdaderos encuentros entre Salomon y Saba. Pero en cuanto vio los llanos de Valdespartera exclamó:


- ¡Estos son más auténticos!


Así que el rodaje de las batallas "Salomón y la reina de Saba" se hizo ahí, en el desierto próximo a Zaragoza, un lugar utilizado para maniobras militares y donde, realmente, el rodaje fue como otra maniobra militar más, salvo que los soldados de verdad se vistieron de romanos y de egipcios para simular una batalla en tierras bíblicas.


- El asesor militar era Martín de Pozuelo, que era el que daba las órdenes a las tropas de los movimientos marcados en el guión, y las tropas pertenecían al Ejército español.


Me cuenta estas incidencias José Pérez Gállego, entonces crítico cinematográfico del HERALDO, que acudió a Valdespartera como periodista e informó ampliamente de aquel acontecimiento cinematográfico como no ha habido par en tierras aragonesas.


- ¿Qué recuerdos guardas de aquellos días de rodaje? -le pregunto a Pepe.


Y Pepe, como siempre, en vez de hablarme de Gina, de Tyrone Power, o de King Vidor, el legendario director, me habla de…


- Había un actor genial, Georges Sanders, que era ruso y hablaba ocho idiomas. Entre ellos el español, un español perfecto. Era un tipo singular, muy culto, que incluso escribía libros. En una recepción en el Gran Hotel le llevé un libro suyo, una novela policiaca que se había publicado en Austral (Argentina), "Crimen en mis manos". Se quedó asombrado, y muy contento. No tenía conocimiento de la existencia de esa edición. Me lo dedicó, incluso con un pequeño dibujo relativo a "Salomón y Saba".


- ¿Y qué pasó en aquella recepción?


- De lo que mejor me acuerdo es que estaba por allí Nena Guillén, fantástica, con sus veinte años, y Georges Sanders no le quitaba ojo. Nena era una preciosidad e incluso se dice que don Juan Carlos, eran sus tiempos de cadete, estaba encaprichado con ella. Se veían en guateques. Pero el caso es que Nena tenía novio. Al novio le llamaban "El marqués del real agrado".


- Y los rodajes en Valdespartera, ¿qué tal?


- Llevé a Manuel Derqui, que hizo muchas fotos, sobre todo a Nena Guillén.


- ¿Pero otra vez Nena Guillén?


- Es que no sabes cómo era…


- Pues lo raro es que no le quitase el papel a Gina.


- Porque no la vio King Vidor… Porque has de saber que Gina era un retaco, pequeñísima, solo se le veían pechos…


- Sigue, sigue…


- Un día me invitaron al cine Rex a ver lo rodado. Porque lo que se rodaba en Zaragoza por la mañana se llevaba a Madrid para que lo revelaran y al día siguiente ya estaba de vuelta aquí para que lo viera el director y los técnicos. Y se proyectaba en el cine Rex. Allí ví a Gina, que llegó a Zaragoza más tarde que los demás. Si el rodaje se inició a mediados de septiembre, ella vino a primeros de octubre. A Gina la tenían un tanto apartada, en plan diva, y nos dijeron que no le habláramos. Felipe Sanz, que era muy dicharachero, se la presentó a Bruned como "la señora Skofic", porque ya sabes que estaba casada con un médico llamado Milko Skofic.


- ¿Alguna otra anécdota del rodaje?


- Pues sí, que allí se presentó José María Zaldívar, ya sabes, el Vigía de la Torre Nueva, pero no le dejaron entrar al camerino de Gina y montó un número. Incluso un guardaespaldas le dio un empujón. Luego, en su programa de Radio Zaragoza protestó contra Gina. "El Vigía no pide permiso para entrar en ninguna parte…", comentaba todo enfadado. El rodaje duró unos quince o veinte días. Había un run-run en el equipo americano de si allí, en Valdespartera, se habían producido fusilamientos durante la Guerra Civil.


- ¿Y Tyrone Power?


- Era un hombre elegante, muy profesional, que mantenía las distancias.


- ¿Algún recuerdo de King Vidor?


- King Vídor era tejano y le gustaba, en los descansos, hacer demostraciones con el látigo. Ponía una piedra de pie, extendía el látigo en el suelo, y luego lo agitaba en el aire y con la punta le daba al pedrusco. Tenía mucha habilidad. Decía que quería dar a las batallas de "Salomón y Saba" el mismo sentido bélico y trágico de las batallas de "Guerra y Paz", que acababa de rodar. El jefe de fotografía llevaba un libro de Ricardo Aguilar y se interesó por él. Se lo prestamos. Pero lo perdió. ¿Y sabes quien estaba de director de la segunda unidad? Anthony Mann, sí, el que fue marido de Sara Montiel. Era un hombre taciturno, que no hablaba con nadie. Estaba siempre muy concentrado en el trabajo. Las escenas de acción las hacía él. En las batallas, se rodaban las escenas generales, y luego, detalles parciales que se insertaban en el montaje. De estas escenas se encargaba Anthony Mann. "Esto es tan fácil como meter planos de relleno en una película del oeste", decía.


- ¿Algún otro personaje que recuerdes?


- A Leo Fuch, un judío, que era foto-fija. Lo veía por las noches en el Tubo, con un sombrero mejicano. Lo que más le gustaba era lo bien que limpiaban los zapatos los Domingo, un establecimiento frente a Pascualillo.


Un colofón obligado


"Salomon y Saba", tras las escenas rodadas en Valdespartera, se siguió realizando en Madrid, en los estudios Sevilla Films. Allí, inesperadamente, Tyrone Power, sufrió un ataque al corazón, que acabó con su vida. Los productores decidieron volver a rodar todas las escenas en que salía el fallecido actor. Para sustituirlo se llamó a Yul Brinner, el actor que se hizo famoso por su cabeza afeitada, aunque como Salomón lució cabellera. Con "Ty" dentro, el film hubiera resultado aún mejor.