El Gobierno y el PSOE se movilizan en plena conmoción para evitar que Sánchez dimita

Los cargos socialistas alientan a las bases a manifestarse este sábado en Ferraz y generar un clamor que lleve al presidente a seguir.

Spain's Prime Minister Pedro Sanchez of the Socialist Workers' Party (PSOE) kisses his wife Begona Gomez while celebrating the result in Spain's general election in Madrid, Spain, April 29, 2019. REUTERS/Sergio Perez [[[REUTERS VOCENTO]]] SPAIN-ELECTION/SANCHEZ REAX
Pedro Sanchez y su esposa, Begoña Gómez, en la celebración de los resultados de las elecciones generales del 29 de abril de 2019.  
SERGIO PEREZ/Reuters

La posibilidad de que Pedro Sánchez opte por presentar la dimisión el próximo lunes, cuando concluyen los cinco días que ha decidido tomarse para "reflexionar" sobre tu futuro, tiene al conjunto del Gobierno y al PSOE conmocionados. Ni personas de tanta confianza como la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, a la que correspondería asumir la jefatura del Ejecutivo en funciones, o como el ministro de la Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, conocían el contenido de la carta en la que el presidente comunicó a la ciudadanía el miércoles la suspensión de su agenda pública hasta prácticamente el momento de su publicación, según afirmaron ambos este jueves. El anuncio cogió inicialmente a todo el mundo por sorpresa y luego ha generado entre los socialistas una enorme ola de solidaridad interna.

Es difícil encontrar en el PSOE una voz crítica con el movimiento realizado por su jefe de filas. También entre los socios de Gobierno, por más que algunos duden de si, al margen de padecer una genuina aflicción personal por lo que considera ataques desmedidos e injustificados de la derecha y la ultraderecha a su esposa, Begoña Gómez, Sánchez no está también perpetrando una operación para reforzarse políticamente y atar a sus sostenes parlamentarios -singularmente a ERC y Junts- con el argumento de la amenaza de un enemigo común, en vísperas de unas elecciones catalanas que amenazaban con agitar el tablero político.

El detonante de la reacción de Sánchez, o "la gota que colmó el vaso", según los suyos, fue la decisión del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid, de abrir diligencias previas contra su mujer a raíz de una querella por supuesto tráfico de influencias presentada por el pseudosindicato Manos Limpias, que ha admitido desconocer si existe en realidad base real para que el asunto prospere. "Saben que es una persona muy resiliente, pero lo que ha sobrepasado cualquier línea es que su mujer, profesional ,moderna, independiente, libre -adujo este jueves Montero en la Ser- tenga que verse sometida a esa campaña de acoso solo por ser la mujer de Sánchez. Él lo lleva con pesar porque se siente responsable".

Frente a las críticas del PP, que tilda de pataleta irresponsable la actuación del presidente y lo acusa generar un problema al país por una cuestión personal, en el Ejecutivo argumentan que Sánchez no ha dejado de trabajar, aunque haya suspendido su agenda pública; y piden respeto ante un sufrimiento que, alegan, es real. La vicepresidenta primera aseguró que ella le está dejando su espacio y no le ha llamado, pero también dejó constancia de una honda preocupación que es compartida en el conjunto del PSOE. Porque la eventual marcha de Sánchez, que desde que en 2017 recuperó la secretaría general ha llevado el partido de una manera que sus críticos consideran cesarista, abriría un abismo de dimensiones indescifrables. "Estamos conteniendo la respiración", dice una dirigente. "La incertidumbre siempre genera miedo", añade un ministro.

Ya en la noche del mismo miércoles, tras el impacto del anuncio, se reunieron para analizar la situación en la Moncloa todos los miembros del núcleo duro de Sánchez; entre ellos, la propia número dos del Gobierno, Bolaños, el ministro de Transportes, Óscar Puente; el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, o el director de gabinete del presidente, Óscar López. "No hablamos de escenarios ni especulaciones sino sobre cómo se encontraba el presidente y la forma en que podíamos ayudarlo", afirmó este jueves la vicepresidenta.

El relato emocional de 2016

De manera premeditada, como cree la oposición, o involuntaria, como defienden en su partido incluso quienes admiten que existe una clara similitud entre el modo en el que ha planteado esta crisis y el relato emocional que construyó en 2016 para vencer a todos los poderes fácticos del socialismo, lo que ya ha conseguido Sánchez es, en todo caso, que el PSOE y buena parte del progresismo se movilice para pedirle que no se vaya. En palabras de Bolaños, que "demuestre a la jauría que no han podido con él". Bildu o ERC ya han dejado caer que si plantea una cuestión de confianza, lo apoyarán. "No se puede dar la razón y ceder ante las presiones de poderes que en España no asumen la normalidad democrática", dijo también el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo.

A apenas dos semanas de los comicios catalanes, el foco no está ya en si cambiar su investidura por la amnistía al 'procés' -una decisión mal entendida por buena parte de sus votantes- ha resultado ser un acierto que pacificará Cataluña o no, o en el 'caso Koldo', que hace tan solo dos meses sumió a los socialistas en la zozobra más absoluta. Tampoco en si, legal o no, Gómez incurrió en comportamientos poco adecuados con su apoyo ocasional a empresas que optan a adjudicaciones públicas.

"A todos quienes quieren al PSOE y a quienes quieren un poco la democracia: hagamos algo de aquí al lunes, vamos a darle afecto al presidente, para que crezca la democracia del respeto, de los afectos, y se imponga a la democracia del odio", arengó Zapatero. También Bolaños en Radiocable defendió que, al margen de la reflexión personal de Sánchez, es toda la ciudadanía la que debe reflexionar sobre "qué democracia queremos".

Nadie duda de que el comité federal que este sábado se reúne en Ferraz para aprobar las listas de las elecciones europeas del 9 de junio se convertirá, sin estar él presente, en un acto de exaltación del presidente del Gobierno. Dentro -hasta el crítico entre los críticos, Emiliano García-Page, que ya el miércoles dio su apoyo a Sánchez, ha dicho que estará- y fuera. En todas las federaciones del PSOE circulan convocatorias para manifestarse al mediodía a las puertas de Ferraz. Algunas agrupaciones han puesto autobuses a disposición de los militantes. "Nadie quiere que se vaya, pero todos -sostiene un cargo municipal- entenderíamos que lo hiciera".

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