Cruz Roja duplica la atención por problemas de salud derivados de las olas de frío y calor

Advierte de que las olas de calor y frío representan una amenaza significativa para la salud y el bienestar de las personas.

Termómetro en Zaragoza marcando 54 grados, pero la medición oficial fue de 44,5 grados como temperatura máxima.
Foto de archivo de un termómetro en Zaragoza marcando 54 grados, pero la medición oficial fue de 44,5 grados como temperatura máxima.
Oliver Duch

Cruz Roja ha alertado del impacto del cambio climático sobre la salud de las personas vulnerables y explica que en 2023 tuvo que duplicar la atención por casos de olas de calor y frío.

Con motivo del Día Mundial de la Salud -el 7 de abril-, Cruz Roja advierte de que las olas de calor y frío representan una amenaza significativa para la salud y el bienestar de las personas.

En concreto, ante estas situaciones extremas en 2023 registró un aumento del 101 % de la atención de casos por olas de frío y un 67 % por olas de calor.

Las personas en situación de vulnerabilidad económica o social son particularmente susceptibles a sus efectos adversos; tienen mayor riesgo al no disponer de recursos para mantener la vivienda a una temperatura adecuada (bien por calor extremo o frío), mayor prevalencia de enfermedades crónicas y por el aislamiento social (que también redunda en su salud mental).

La organización humanitaria ha registrado en el último año un importante aumento de número de personas atendidas desde el área de salud en relación con esta problemática: si en 2022 eran cerca de 43.000 las personas que necesitaron ayuda para combatir las olas de calor, en 2023 han sido 71.702.

Respecto a las olas de frío, tuvo que atender a más del doble que el año anterior, pasando de 21.676 a 43.672.

Las temperaturas extremas pueden llevar a situaciones de soledad y aislamiento que puede repercutir negativamente en la salud de las personas por problemas de mala adherencia terapéutica, pudiendo provocar un peor control de la enfermedad, dificultar el desarrollo de actividad física, asumir patrones menos saludables de la alimentación, empeorar el ciclo de sueño, y deteriorar claramente su salud emocional, explica.

Ante estos periodos de olas de calor y frío, Cruz Roja contacta con estas personas para intentar detectar precozmente los problemas que puedan aparecer.

Recuerda que esta población se ve muy afectada por el impacto de los determinantes sociales de la salud (las características de su vivienda, la economía, la soledad no deseada) y es importante valorar las necesidades a las que se enfrentan antes de que se genere un problema mayor, intentando dar la mejor respuesta posible en cada situación.

En muchos casos, las actuaciones que precisan son ayudarles a recoger la medicación crónica en su farmacia, acompañarles al centro de salud, darles recomendaciones preventivas para mitigar el efecto de las temperaturas extremas o realizar visitas domiciliarias.

En los casos más críticos, las dificultades económicas asociadas al uso de sistemas de calefacción o enfriamiento pueden llevar a las personas en situación de vulnerabilidad a tener que elegir entre gastar en necesidades básicas, como alimentos y medicamentos, o en mantener un ambiente seguro y saludable en el hogar, concluye.

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