Agricultura y las organizaciones del sector enfilan un acuerdo con las medidas para ayudar al campo

Ambas partes intentan aterrizar las propuestas de Planas para aliviar la situación del sector primario, a la espera del permiso de Bruselas

Los tractores toman el centro de Madrid
Varios agricultores protestan a las puertas del Ministerio de Agricultura de Madrid
E. P.

El Ministerio de Agricultura y las asociaciones con representación sectorial (COAG, UPA y Asaja) están avanzando en las negociaciones para llegar a un acuerdo con el que plasmar las medidas que el Gobierno pueda tomar a corto y medio plazo y calmar así la crisis que vive el campo. Las conversaciones entre ambas partes están "avanzando" durante estas jornadas, aunque lo hacen lentamente y sin visos de que esas mismas organizaciones -las que cuentan con el apoyo elegido, como los sindicatos en el ámbito laboral- desconvoquen su propia movilización: la que protagonizarán el próximo lunes día 26 de febrero, con su tractorada en Madrid.

Las buenas perspectivas se han instalado en esas negociaciones, que se están desarrollando con mucho sigilo aunque con la mirada puesta en las manifestaciones convocadas por otras plataformas gestadas en las redes, como la de ayer en Madrid, la de Unión de Uniones, que bloqueó el centro de la ciudad con 500 tractores de los 1.500 movilizados. Las organizaciones agrarias presentes en las conversaciones con el ministerio son "optimistas", según apuntan a este diario fuentes de la negociación. De hecho, las reuniones "avanzan", según indican, para cerrar un acuerdo definitivo.

Cualquier pacto pivotará sobra la base del paquete de actuaciones que el ministro de Agricultura, Luis Planas, les presentó a estas organizaciones la semana pasada. Entre otras cuestiones, Planas puso sobre la mesa la voluntariedad del uso del cuaderno digital para acceder a las ayudas de la PAC (Política Agraria Común); un reforzamiento de la ley de la cadena alimentaria para que los agricultores no vendan a pérdidas sus productos; o el compromiso de defender ante Bruselas la simplificación de los trámites y la defensa del sector frente a las importaciones de terceros países, como Marruecos, Sudáfrica o varios de América Latina.

Hasta la próxima semana

Por eso, sea cual sea el resultado, no habrá fumata blanca al menos hasta bien entrada la próxima semana. Antes de presentarlo y rubricarlo, Luis Planas tiene que asistir al consejo de ministros de agricultura de la Unión Europea, que se celebra el próximo lunes en Bruselas. Será una cita crucial para los 27. Tanto es así que está previsto que a esa cita acuda la misma presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en lo que constituirá un gesto de compromiso con el sector primario, levantado en manifestaciones desde que a principios de año los agricultores franceses encendieran la mecha de sus protestas por todo el país.

En ese cónclave, el ministro de Agricultura tiene la intención de presentar algunas de las propuestas que ha comunicado a las organizaciones del sector, pero cuya aplicación final depende exclusivamente de lo que acuerden los Estados miembro de la UE.

Con sus propuestas, y sobre todo con la relacionada con la digitalización de las labores en el campo, Planas ha optado por seguir el camino que comenzó a recorrer Bruselas, cuando anunció la semana pasada la retirada del proyecto para reducir el uso de pesticidas, herbicidas e insecticidas químicos que se usan en la UE hasta 2030.

Protestas con impacto social

Era otro de los puntos de fricción con los agricultores -sobre todo los franceses, que paralizaron buena parte del país a finales de enero- ante los que Bruselas ha decidido replegar velas. No se trata tanto de una marcha atrás sino de un cambio de orientación y tiempos en todo lo que implican las políticas climáticas vinculadas a la agricultura. En la Comisión son conscientes del impacto que están teniendo muchos partidos políticos en toda Europa con estas cuestiones, y el respaldo que reciben de los agricultores.

La duda que ronda al Ejecutivo, en general, y a Agricultura, en particular, es el devenir de las movilizaciones de los agricultores una vez se pueda llegar a un acuerdo con las asociaciones representativas ante el Ministerio. Porque buena parte de las protestas están convocadas por movimientos sociales generados en las redes sociales, aunque su efectividad de cara a la opinión pública y sus apoyos sociales están siendo importantes, como ayer demostraron en Madrid y llevan protagonizando el último mes.

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