El Gobierno y Junts se retan en una negociación exprés de la amnistía de la que pende la legislatura

El PSOE urge a recapacitar a los independentistas y estos amenazan con dejar de apoyar a Sánchez si la ley no exonera todo el terrorismo.

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, durante la proposición de ley orgánica de amnistía.
La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, durante la proposición de ley orgánica de amnistía.
E. P.

La legislatura se encuentra en su momento más crítico en su breve vigencia después de que Junts cumpliera su amenaza y votara el martes en contra de la tramitación de la ley de amnistía al considerar que el texto que se presentó ante el Congreso no protegía a todos los encausados por el 'procès'. La cuestión es delicada porque si no hay acuerdo entre ambas partes la ruptura llevará al Gobierno al borde del bloqueo en su acción ejecutiva. Leyes clave como los Presupuestos Generales del Estado dependen de los de Carles Puigdemont, que en el último pleno dieron muestras de hasta dónde son capaces de llegar. Por el momento, las negociaciones de la medida de gracia tendrán una segunda vuelta y regresarán a la Comisión de Justicia la semana que viene. Desde ahí, el nuevo dictamen debe volver a la Cámara baja en un plazo de 15 días -el mes previsto en el Reglamento se acorta al tener la norma carácter urgente- para una nueva votación, que probablemente se celebrará tras las elecciones gallegas del 18-F.

En este escenario, los socialistas piden a Junts que "recapaciten" y apoyen una medida que, defienden, "ya estaba negociada". El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños -que este miércoles se encontraba en Bruselas en la reunión el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, para la renovación del Consejo General del Poder Judicial-, no llegó, sin embargo, a descartar nuevos cambios en proposición legislativa pese a mostrarse tajante al afirmar que "es una ley que se va a mantener así y va a salir impecable. Se va a aprobar".

Bolaños no pudo ocultar el enfado del Gobierno por la estrategia de Junts. El ministro, pieza clave en las negociaciones de Moncloa, aseguró que el 'no' de los independentistas catalanes les "sorprendió" y que lo conocieron "a última hora", cerca del cierre del plazo para la votación. También trató de restar importancia al nuevo proceso abierto para volver a llevar la amnistía que definió como "un trámite parlamentario más" a pesar de lo insólito del caso. "La ley está muy trabajada, no se puede improvisar a cada minuto", quiso zanjar.

En el Gobierno no quieren ni oír hablar de la posibilidad de un adelanto electoral -"La duración de la legislatura solo la decide el presidente", insisten-, que no podría consumarse hasta finales de mayo, cuando se cumple un año desde que Sánchez disolviera las Cortes por última vez. Ante el sobreesfuerzo que viene exigiendo el pacto con Junts, incluso antes del revés del martes, el Ejecutivo ya había optado por ralentizar la negociación de los Presupuestos, con cuya prórroga ya está gobernando. Este miércoles, la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no quiso anticipar escenarios si la amnistía se frustra. "Cada cosa a su tiempo", esquivó.

Nuevo ultimátum

Junts, por su parte, mantiene el pulso y lanza un nuevo ultimátum al Gobierno. Si en 15 días Moncloa no acepta sus enmiendas o ambas partes no son capaces de consensuar un nuevo texto que consiga una amnistía "integral" y de aplicación inmediata, los postconvergentes darán por incumplido el acuerdo de investidura. Sin la medida de gracia, pieza clave para los de Puigdemont, decae la legislatura, insinuó en RAC-1 el secretario general de Junts, Jordi Turull: "Se pensaban que íbamos de farol".

Junts insiste en que si el PSOE no se mueve, no puede votar a favor de la ley tal y como está por el temor que les provocan las últimas imputaciones contra Puigdemont y otros emblemas del independentismo en la causa abierta a Tsunami Domocràtic por terrorismo y en el 'caso Voloh' sobre la conexión con Rusia. "No había vías de agua, pero las han abierto a golpe de martillo", afirmó Turull. Los secesionistas buscan reducir al máximo el efecto de "las injerencias judiciales" y reclaman al PSOE que acepte sus enmiendas para exonerar todo terrorismo y la traición al Estado. Las últimas conversaciones de Turull con su interlocutor habitual, Santos Cerdán, no han fructificado a tenor de la sentencia de la presidenta de los junteros, Laura Borràs: "Junts dio sus votos para la investidura, no para la legislatura".

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