El Congreso aprueba las lenguas cooficiales con la mayoría que Sánchez busca en su investidura

El PP volvió a rechazar el uso de los pinganillos a modo de protesta y Vox se ausentó de la cámara cuando intervinieron en euskera PNV y EH Bildu.

MADRID, 21/09/2023.- El diputado de Sumar Jorge Pueyo interpela la intervención de la diputada de Vox María José Rodríguez (no aparece) durante el pleno de debate de las enmiendas presentadas por PP y Vox a la reforma del Reglamento que permitirá usar las lenguas cooficiales celebrada, este jueves, en el Congreso de los Diputados en Madrid. El Congreso zanja este jueves la implantación definitiva del uso de las lenguas cooficiales en toda la actividad parlamentaria al rechazar previsiblemente con mayoría absoluta las dos enmiendas a la totalidad, del PP y de Vox, que se debatirán en el pleno. EFE/ Juan Carlos Hidalgo
El diputado de Sumar, Jorge Pueyo.
Juan Carlos Hidalgo

El Congreso aprobó este jueves la reforma del Reglamento de la cámara para permitir el uso del catalán, euskera, gallego, aranés, asturiano y aragonés en la vida diaria de la institución. Una tramitación a toda velocidad del compromiso que el Gobierno adquirió con las formaciones independentistas para facilitar la presidencia de Francina Armengol y la mayoría de PSOE y Sumar en la Mesa de la institución y que ha tardado tan solo quince días en salir adelante después de que fuera registrada por el Ejecutivo y sus socios -sin la firma de Junts, que quería evitar ser señalado dentro de dicho bloque-.

Lo ha hecho, además, con la mayoría absoluta que Pedro Sánchez -que se incorporó al debate a última hora, recién llegado de Nueva York- ansía para su eventual investidura: 180 votos a favor (los de PSOE, Sumar, Esquerra, PNV, Junts, Bildu, BNG y Coalición Canaria, más el de la diputada del grupo popular por Ourense Rosa Quintana, que se equivocó al pulsar el botón del sí) y 170 en contra (PP, Vox y UPN).

Además, se aprobó una enmienda propuesta por el PNV con el fin de que las traducciones que se hagan del catalán, euskera y gallego tengan la misma validez jurídica que el castellano cuando se apliquen a las leyes y las resoluciones aprobadas en el Congreso.

El debate de las enmiendas, que precedió a la aprobación de la reforma del Reglamento, volvió a ser ácido y auguró otra legislatura tensa que, de no repetirse elecciones, obligará al Gobierno que surja a negociar cada norma con una aritmética parlamentaria más endiablada que la existente los últimos cuatro años y frente a una oposición que no le dará cuartel.

Vox comenzó el debate defendiendo una enmienda a la totalidad en la que pedían que los diputados empleen solo el español tanto en sus intervenciones orales como en los escritos. "Este debate solo se debe al afán desmedido de poder de Pedro Sánchez", afirmó su portavoz, Pepa Millán. Como sucedió el martes, los diputados del grupo parlamentario se ausentaron del hemiciclo durante el pleno, cuando intervenían en euskera Joseba Agirretxea, del PNV, y, posteriormente, Bel Pozueta, de EH Bildu. A modo de protesta, la bancada del PP volvió a no hacer uso de los pinganillos habilitados para la traducción simultánea cuando ambos diputados estaban en el uso de la palabra.

El parlamentario de los populares Borja Sémper se erigió de nuevo en portavoz de su grupo durante el debate previo a la votación. Si el lunes deslizó varias frases en euskera, que provocaron revuelo en su partido, esta vez se valió únicamente del español -más allá de un "egun on" ("buenos días") inicial- para criticar una reforma del Reglamento que definió como una "cesión" al independentismo. En esta ocasión estuvo menos conciliador y lanzó sus ataques directamente a la bancada del PSOE. "Aquí lo que se pretende es falsear la realidad y convertirnos a todos en parte de una escenificación. El año pasado votaron en contra de una modificación igual que la de hoy, el cambio está en Waterloo. Si las necesidades de Pedro Sánchez cambian, ustedes cambian", señaló mirando a los socialistas.

Sémper arrancó los aplausos de los suyos, incluido el de su antigua adversaria, Cayetana Álvarez de Toledo, que dos días antes había evitado ovacionarle. A la salida del pleno, el diputado irunés era felicitado por algunos compañeros de bancada -también por su intervención del martes- evidenciando que el malestar por su uso del euskera es "minoritario" dentro del partido.

La desconfianza de Junts

En la sesión también se estrenó el aragonés, de la mano del diputado de Sumar (que representa a la Chunta Aragonesista dentro de su grupo), Jorge Pueyo. "Se nos ha reprimido toda la vida. No he podido estudiar en mi lengua, y los aragoneses no tienen derecho. No hay una lengua común, hay muchas comunes", dijo.

Y si los socialistas escogieron el martes al parlamentario gallego José Ramón Gómez Besteiro, que se mostró "honrado" por estrenar el nuevo sistema de traducción, esta vez subió a la tribuna el diputado por Girona Marc Lamuá, que hizo una intervención bilingüe en español y catalán en la que acusó al PP de "tensar España".

Junts, por su parte, volvió a exhibir desconfianza hacia el Gobierno. Su diputada Pilar Calvo acusó a los socialistas de respaldar la medida "por necesidad, no por convicción" y señaló que "solo la independencia garantizará la supervivencia de nuestra lengua".

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