Sostiene que un país no investiga porque es rico, sino que es rico porque investiga.Son varios los mantras que repito en mis conferencias y programas de radio, también en mi último libro de memorias. Además de que sin ciencia no hay futuro. Hay que leer ciencia, hay que escuchar ciencia, hay que vivir ciencia...

...como ha sido su caso.Me dedico a la comunicación de la ciencia casi al mismo tiempo de ser científico: llevo 40 años como virólogo y 30 divulgando ciencia.

¿Y cuál es el secreto para que la ciencia llegue a la sociedad?Lo importante es tener autoridad de lo que se está hablando. Y luego, algo que muchos científicos olvidan, es que hay que dejar el narcisismo intelectual y tener una capacidad de empatía muy alta para saber a qué público va dirigida la charla. Yo he hablado tanto a residencias de ancianos como a niños de 7 años.

¿Durante la pandemia hubo un exceso de información?Muchos dicen que lo que hubo fue una ‘infodemia’, una pandemia de información: se mezcló mucha desinformación, por intereses creados, gente que tenía ganas de su momento de gloria. Surgieron como champiñones después de la lluvia expertos en virología, epidemiología, todólogos, como se acabó diciendo, mucho pseudodivulgador, antivacunas, también catastrofistas.

Se jugó también con el miedo.Veían que obtenían más fama y se hacían más virales si sus mensajes eran negativos. El primer mensaje es que no se tienen todas las respuestas, si ya no habría nada que investigar, la ciencia es siempre una búsqueda. Y no dudo en cambiar de opinión a medida que los nuevos datos apuntan en diferentes direcciones.

La vacunación contra la covid no ha tenido precedentes.Si uno de los principales hitos de la humanidad ha sido la vacunación, junto con la potabilización del agua o la revolución verde, la vacuna contra la covid ha sido un hito dentro del hito. Yo mismo, en septiembre de 2020, cuestionaba que pudiera haber una vacuna contrastada, eficaz y segura. Fui el primero que me alegré de haberme equivocado y disfrutar de vacunas ya en diciembre de 2020.

Pero hay quien la rechaza.Hay dos tipos. Están los sistémicos, que niegan la evolución de la ciencia. Hay un proverbio ruso: no trates de enseñar a cantar a un cerdo, porque perderás tu tiempo y fastidiarás al cerdo. Contra ellos no se puede hacer nada. Y luego están los negacionistas por la desinformación que han recibido, que han tenido recelo de ponerse la vacuna. A estos se puede llegar.

¿Vacunas o antivacunas?No estamos ante el dilema del huevo o la gallina, lógicamente antes de las vacunas ya había potenciales antivacunas, porque ya había anticientíficos, tecnofóbicos, personas que sistemáticamente rechazaban cualquier adelanto científico.

Y de esto hablará en el Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza.Será un honor dar la charla dentro del ciclo de los 125 años. Antes de las vacunas, la gente moría de viruela, sarampión... La poliomelitis arrasó el mundo hace escasamente 50 años.

¿Ha terminado realmente la pandemia de covid?El concepto de pandemia global ha decaído, pero no significa que el virus no esté. Pasará a ser un virus de temporada otoño-invierno, parecido a la gripe, competirán. Podría ser bueno y malo.

¿Vendrán otras?Puedo decir categóricamente, y no quiero ser catastrofista, que sí. Deberíamos haber aprendido algo, pero no parece que haya sido el caso porque tan pronto se decide su fin hemos mirado para otro lado en inversión pública en investigación, sanidad, educación.

¿Cuántos virus mortales actualmente no tienen vacuna?No puedo afirmar cuántos, potencialmente cualquier virus puede ser mortal. Una simple infección por herpes, si va al cerebro y produce encefalitis, en un momento determinado puede ser mortal.