El soberanismo suma la amnistía a 45 años de exigencias ante el Gobierno

Todos los presidentes del Gobierno se han visto necesitados de las fuerzas vascas y catalanas para asegurar la gobernabilidad.

Jordi Pujol y José María Aznar, durante una reunión en la Moncloa.
Jordi Pujol y José María Aznar, durante una reunión en la Moncloa.
Paco Campos/EFE

Nacionalistas e independentistas han jugado un papel clave en el Congreso desde la restauración de la democracia salvo en las cinco legislaturas donde se dieron mayorías absolutas, tres de ellas de Felipe González y las otras dos de José María Aznar y Mariano Rajoy. En el resto, cada uno de los presidentes del Gobierno se vio obligado a realizar concesiones a cambio de votos en la Cámara baja. La clave está en el sistema electoral proporcional por el que se apostó en la Transición. A modo de ejemplo, Unión del Pueblo Navarro (UPN) obtuvo el 23-J un diputado con algo menos de 52.000 votos en Navarra, mientras que el Partido Animalista (PACMA) se quedó sin escaño pese a sus 165.000 apoyos a nivel nacional.

Suárez y Calvo Sotelo (1979-1982)

La Transición supuso un cruce de cesiones entre unas fuerzas políticas y otras una vez que Suárez legalizó los partidos opositores al franquismo. Sin mayoría absoluta durante su mandato, el primer presidente de la democracia se vio obligado a aceptar reivindicaciones nacionalistas. Suárez sentó las bases para la creación de un estado autonómico a mitad entre uno unitario como el francés y uno federal como el alemán. «Una «autonomía gradual para todas las comunidades, pero sin saltos en el vacío», resumió en 1980 el entonces jefe del Ejecutivo. Calvo Sotelo y González firmaron en 1981 el pacto que puso en marcha el desarrollo de los estatutos para la España autonómica. 

González (1982-1996)

Pese a sus tres primeras mayorías absolutas, Felipe González desarrolló la descentralización favoreciendo la aprobación de nuevos estatutos de autonomía. Fue en 1993 cuando los nacionalistas cobraron por primera vez un papel protagonista. González ganó las elecciones frente a José María Aznar con mayoría simple y apostó por pactar la investidura con PNV y CiU en vez de con la Izquierda Unida de Julio Anguita. El presidente catalán Jordi Pujol logró que Madrid cediese el 15% de la recaudación del IRPF.

Aznar (1996-2004)

Tras su pírrica victoria en las generales de 1996, José María Aznar llegó a reconocer que hablaba castellano en la intimidad. Lo hizo después de que durante la noche electoral sus simpatizantes le jalearan en la calle Génova al grito de «Pujol, enano, habla castellano». El líder del PP consiguió el apoyo de CiU y PNV para la investidura. A cambio, el PP se comprometió al desarrollo y consolidación del Estado de las autonomías, a un nuevo sistema de financiación, a la cesión de la recaudación del 30% del IRPF o la transferencia de las competencias de Tráfico a Cataluña, una medida que también autorizó Pedro Sánchez para Navarra en su anterior legislatura ante la indignación del PP. Para resguardar el acuerdo, los populares sostuvieron a Pujol en la Presidencia de la Generalitat después de que CIU perdiese la mayoría absoluta en los comicios autonómicos de 1999, en los que el PSC resultó la fuerza más votada. En las generales del 2000 Aznar obtuvo la mayoría absoluta y se desprendió de cualquier influencia nacionalista al no necesitar ya de sus apoyos.

Rodríguez Zapatero (2004-2011)

Ganó las generales contra pronóstico en medio del shock por los los atentados del 11-M. José Luis Rodríguez Zapatero no recibió el apoyo de investidura, pero sí cerró con el presidente catalán Artur Mas el acuerdo para un nuevo Estatuto de Cataluña que tras ser aprobado en referéndum por los catalanes fue a continuación invalidado en parte por el Tribunal Constitucional

Rajoy (2011-2018)

Durante sus primeros cuatro años de mayoría absoluta hizo oídos sordos a las exigencias nacionalistas y muy especialmente a la reclamación de Artur Mas de mejorar la financiación para Cataluña. La negativa de Rajoy dio el pistoletazo de salida al 'procés'. Tras las generales de 2015, Rajoy buscó el apoyo del PNV con los nacionalistas vascos obtuvieron promesas de mejora en los Presupuestos, pero a la postre el PNV votó, y de forma decisiva, en la moción de censura que defenestró a Rajoy.

Sánchez (2018)

Desde 2018 Sánchez se ha apoyado en nacionalistas e independentistas para sacar adelante en el Congreso cada ley. Ahora afronta una prueba de fuego que ha de superar si pretende revalidar el cargo. Las fuerzas independentistas han hablado claro. No habrá un nuevo Gobierno de coalición sin una amnistía y un reconocimiento del derecho a la autodeterminación. 

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