La hora decisiva para la vicepresidenta

La líder gallega, Yolanda Díaz, será, por primera vez, cabeza de cartel.

Yolanda Díaz, en la pasada campaña electoral.
Yolanda Díaz, en la pasada campaña electoral.
H. A.

Cuando Yolanda Díaz lanzó el 2 de abril en el Magariños su carrera por convertirse en "la primera presidenta de la historia de España" nadie imaginaba que se enfrentaría a este desafío el 23 de julio, seis meses antes de lo previsto. Este lunes, inmediatamente después de que Pedro Sánchez anunciara el adelanto electoral, asumió "el reto" y telefoneó a los líderes de varios de los partidos -incluido Podemos, con los que mantiene tiranteces desde hace meses -llamados a formar parte de una coalición para las generales en las que la líder gallega será, por primera vez, cabeza de cartel.

Los plazos mandan y la vicepresidenta segunda se enfrenta ahora al mayor reto de su carrera política a contrarreloj, sin la posibilidad de construir su "proyecto de país" a fuego lento, "lejos de los tiempos que marcan las urnas", como se empeñaba en repetir cada vez que los morados insistían en que la hoja de ruta de su plataforma se movía "muy tarde".

Ese contador lo puso en marcha Pablo Iglesias en 2021, durante otra noche electoral aciaga para Podemos en el que su histórico líder morado fracasó encabezando la candidatura paran las autonómicas madrileñas. Tras dejar la política, y en una decisión no consensuada con la líder gallega, designó a Díaz como sucesora al frente de todo el espacio político. "Me sentó mal y se lo hice saber", desveló ella.

Ahora la vicepresidenta retoma las negociaciones con Podemos que dejó aparcada en Semana Santa, después de que los morados pusieran como condición para negociar una coalición la organización de primarias abiertas. Esa posibilidad sigue en el aire, ya que la Ley de Régimen Electoral es caprichosa y solo otorga diez días de plazo para presentar coaliciones. Pero el fracaso de las candidaturas de Unidas Podemos el 28-M podría llevar a estos a rebajar sus expectativas en pos del acuerdo.

Después de haber realizado un ejercicio de equilibrismo durante la campaña del 28-M, en la que apoyó al mismo tiempo a los de Ione Belarra y a las formaciones de la órbita de Sumar que competían contra estos, como Más Madrid o Compromís, ahora está obligada a tomar un rol protagonista, acaudillando a todo el espacio.

Para ello contará como principales aliados a los comunes, formación a la que Díaz siempre ha puesto de ejemplo de lo que quiere convertir a Sumar. El domingo, estos salieron muy tocados de la jornada electoral, después de que Ada Colau fuera superada por Junts y el PSC en su intento por reeditar la alcaldía de Barcelona, joya de la corona para En Comú Podem que llevaban gobernando desde 2015. Este lunes, se pusieron a disposición de la líder gallega y presionaron a Podemos. "Si hacemos lo de siempre, no ganaremos, necesitamos un nuevo proyecto de país", afirmó en rueda de prensa su portavoz, David Cid.

El reto más inmediato para Díaz será evitar que el ruido se lleve por delante las aspiraciones de su candidatura de unidad. Una vez sellado el pacto con todas las organizaciones, si se alcanza, tocará elaborar listas y un programa en común.

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