El rey emérito se sometió este lunes a una "revisión rutinaria" en la clínica dental del doctor Eduardo Anitua, prolongando de esta forma su estancia en España antes de regresar a la mansión de Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) en la que reside desde agosto de 2020. Juan Carlos I había aterrizado -de forma sorpresiva- este pasado domingo por la tarde en un jet privado en el aeropuerto de la capital vasca tras pasar cinco días en Sanxenxo (Pontevedra), su segundo viaje de vuelta a España en tres años. El monarca ha permanecido la totalidad del tiempo que ha pasado en Vitoria en el interior de la clínica, tanto el domingo, cuando durmió en una habitación privada, como hoy lunes. 

Anitua y el traumatólogo Mikel Sánchez -a quien Juan Carlos I también visitó-, son amigos personales del monarca a raíz de los tratamientos que ha ido recibiendo. Ambos atesoran un reconocido prestigio como doctores e investigadores, premiados internacionalmente por su descubrimiento del plasma rico en factores de crecimiento y sus aportaciones a la medicina regenerativa.

Así, la de Vitoria será, previsiblemente, la última parada de un viaje en el que la actitud que ha mantenido Juan Carlos I dista mucho de la que protagonizó en su anterior visita en agosto de 2021 -en plena temporada alta y con cerca de 200 medios acreditados-. En esta ocasión, el padre de Felipe VI no se ha salido del guion previsto y ha tratado en todo momento de evitar el ruido y no llamar la atención, saludando a los periodistas y al gentío cuando se trasladaba a la casa de su amigo Pedro Campos -uno de los amigos que compone su círculo de confianza en España- pero sin más gestos en público.

Algo con lo que Juan Carlos I ha cumplido con lo que prometió al Rey en su última visita a España hace once meses. Espera de esta forma, con ese perfil más discreto, normalizar las visitas a España tras el 'exilio' a Abu Dhabi por sus problemas judiciales.