La Iglesia propone un cheque que financie la educación sea religiosa o laica

El objetivo es garantizar el acceso a un sistema educativo gratuito con independencia de la titularidad del centro, sea público o privado.

Sesión inaugural de la 121º Asamblea Plenaria de los obispos españoles
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El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella, ha propuesto este lunes que el Estado financie un cheque escolar para garantizar el acceso a un sistema educativo gratuito con independencia de la titularidad del centro, sea público o privado, religioso o laico.

Lo ha dicho durante el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la CEE, en el que ha reivindicado una educación gratuita con independencia de la titularidad privada o pública del centro y del modelo educativo.

"Las familias deben exigir el derecho a poder elegir la educación que prefieren para sus hijos, sin verse penalizadas por el modelo que escojan para sí", ha destacado Omella, que ha lamentado que el sistema de enseñanza concertada, aunque "podría ser una buena solución, está siempre en riesgo de ser recortado o de sufrir arbitrariedades por parte de los poderes públicos".

Por eso, el presidente de la CEE se ha preguntado si podría ser un cheque escolar "la verdadera neutralidad y libertad que pedimos a la administración competente".

A modo de ejemplo, se ha referido a algunos Estados europeos que financian completamente la educación de los niños y adolescentes en la escuela escogida por sus padres, "sea cual sea la titularidad de la misma –pública o privada-, el modelo educativo y la confesión, religiosa o laica, de las mismas".

Ha indicado Omella que la Iglesia católica tiene una propuesta educativa para la persona, la familia y la sociedad, una propuesta que "en ningún caso imponemos", pero "sí que exigimos el respeto a la libertad que tienen los padres de educar a sus hijos en conciencia según sus valores".

Y ha denunciado que el modelo educativo vigente no asegura adecuadamente la libertad de las familias y la neutralidad del Estado garantizadas por la Constitución española, que reconoce el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones morales y religiosas.

"El Estado no puede olvidar su deber de respetar el principio de subsidiariedad y evitar identificarse con un determinado modelo educativo, adscripción ideológica o titularidad de la escuela. De otro modo nuestro Estado estaría pasando a ser un Estado confesional laicista, discriminando a los ciudadanos y ciudadanas cristianos o de otras religiones", ha dicho.

Así, Omella ha presentado la apuesta de la Iglesia por una educación "que enseñe a amar" y que promueva una educación afectivo-sexual "alejada de toda cosificación de la persona, liberada de las ideologías de género, y que promueva un camino de aprendizaje en la sana integración de los instintos".

Se ha referido al "vertiginoso incremento de depresiones, ansiedades, angustias existenciales, trastornos alimentarios, adicciones, pensamientos y tentativas suicidas que están afectando no solo a adultos, sino particularmente a niños, adolescentes y jóvenes".

"Nuestro mundo contemporáneo necesita con urgencia que le ofrezcamos el encuentro con Jesucristo y su mensaje de esperanza y de vida. Por ello, apostamos por un modelo educativo que abra a los niños, adolescentes y jóvenes a este encuentro con Dios en la persona de Jesucristo", ha concluido.

En su discurso, Omella ha reiterado la oposición de los obispos al aborto y la eutanasia, al tiempo que ha llamado a cuidar a las personas migrantes y ha expresado su preocupación por "el alarmante aumento de suicidios", de manera especial entre los más jóvenes. 

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