Las españolas sacrifican su carrera profesional por los hijos seis veces más que los hombres

Solo el 4,5% de ellos está dispuesto a usar permisos para cuidados aunque pierda dinero o a asumir adaptaciones laborales "costosas" y de riesgo.

Las españolas sacrifican su carrera profesional por los hijos seis veces más que los hombres
Las españolas sacrifican su carrera profesional por los hijos seis veces más que los hombres
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Era algo más que una intuición, pero ahora es una certeza. Los españoles no están dispuestos a sacrificar ni sus ingresos ni su carrera profesional por dedicar más tiempo y esfuerzos a la crianza de sus hijos. Si alguien tiene que hacerlo, siguen pensando que sean ellas quienes se sacrifiquen. Los hombres concilian algo más que en el pasado reciente, pero solo porque aprovechan las facilidades que les dan los poderes públicos con la aprobación de nuevos derechos y permisos laborales, la mayor parte retribuidos. Así lo demuestra el estudio realizado en 31 países europeos y liderado por profesores de sociología y economía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

El punto central del informe demuestra que las madres españolas sacrifican buena parte de su carrera profesional y de su bienestar económico por los hijos hasta seis veces más que los progenitores masculinos. En el caso de ellas, el 26% ha protagonizado y asumido cambios laborales "costosos", que incluso ponían en riesgo la continuidad de su empleo, para poder dedicar más horas al cuidado de los menores de 15 años. Por contra, los padres que asumen un grado de compromiso de cuidados semejante no llegan ni al 5% (4,5%). Nada menos que 21 puntos y medio de diferencia entre ambos sexos.

Pero a qué llama "cambios laborales costosos" para mejorar la conciliación el estudio 'Padres cuidadores en Europa: ¿Hacia familias cuidadoras universales?', incluido en el proyecto europeo 'Men in care'. A adaptaciones laborales que suelen conllevar merma de salario además de riesgo de precarización, de perder las oportunidades de mejora e, incluso, de peligro de acabar parado. En la lista de sacrificios que están dispuestas a asumir la cuarta parte de las madres trabajadoras y ni cinco de cada cien padres hay decisiones como reducir jornada, trabajar a tiempo parcial, coger permisos sin sueldo o excedencias, conformarse con llevar a cabo tareas profesionales menos exigentes o, incluso, cambiar de trabajo para facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar.

La cosa en España está mal, pero no mucho peor que en la mayoría de Europa. La brecha de género en la conciliación en el resto del continente es equivalente a la española. La media de la UE más Islandia, Noruega, Suiza y Reino Unido dice que el 34% de las europeas asumen sacrificios laborales importantes para atender a sus hijos mientras solo el 6% de ellos lo hacen. España tiene menos de brecha de género que Alemania, donde las que se sacrifican son diez veces más que ellos (54% a 5,7%), y bastante más que Dinamarca, donde la proporción es solo del doble.

¿Quiénes son este puñado de padres cuidadores? El trabajo liderado por las profesoras Teresa Jurado y Cristina Castellanos dice que son profesionales con alto nivel educativo, que trabajan con contratos temporales o son autónomos, que tienen una ocupación no manual, pero no tareas directivas, que viven en pareja con mujeres que tienen empleos de 40 o más horas a la semana, y que suelen trabajar en empresas con sensibilidad para fomentar la conciliación familiar.

Pocos avances

El estudio refleja que han aumentado ligeramente los españoles que se sacuden la tradición machista y se comprometen con el concepto de que el cuidado de los hijos no tiene sexo, pero también aclara que la inmensa mayoría las administraciones públicas o empresas se lo tienen que poner muy fácil para que den el paso. La casi totalidad de padres no acepta coger permisos de cuidados que les hagan perder dinero (solo los usan si la retribución llega al menos al 80%) y tampoco están dispuestos a asumir adaptaciones laborales que sean "costosas", y menos si ponen en riesgo su empleo o su carrera.

Castellanos tiene claro, a la vista de los resultados de su investigación, que la situación solo cambiará en España si a los padres les empujan y motivan los propios poderes públicos o empresas. Como cuando el Gobierno actual les concedió un permiso por paternidad de 16 semanas retribuido, pero intransferible, que usan mayoritariamente.

No ven más solución que ampliar las normativas e incentivos públicos y privados favorables a aumentar el tiempo de conciliación y cuidados, con medidas como la semana laboral de 30 a 35 horas sin reducción de sueldo o la subida de los salarios mínimos. "La evidencia muestra la necesidad de soluciones colectivas para conseguir dos bienes también colectivos: una infancia bien cuidada y relaciones familiares igualitarias entre hombres y mujeres", resume Castellanos.

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