El 'sí es sí' parte en dos al Gobierno y a sus socios y lleva la división a la víspera del 8-M

El PSOE, apoyado por PP y PNV, fracasa en su intento de acelerar la reforma de la ley en el Congreso por la oposición de Podemos, ERC y Bildu.

La ministra de Igualdad, Irene Montero
La ministra de Igualdad, Irene Montero
EP

La crisis por la reforma de la ley del 'solo sí es sí' escaló este martes un nivel más, y de relevancia, al extenderse a la cohesión de las fuerzas del Gobierno con respecto al bloque de la investidura. Lo hizo, además, en un escaparate tan sensible como el Congreso de los Diputados, donde, por una parte, se escenificó la quiebra entre los socios que comparten el Consejo de Ministros y, por otra, la de los socialistas con los aliados de la investidura del presidente Sánchez, que con la excepción del PNV, se alinearon con los postulados de Unidas Podemos.

En otra jornada tensa, el grupo parlamentario socialista fracasó en el doble intento planteado en la Mesa de la Cámara baja y en la Junta de Portavoces para intentar imprimir más ritmo a la proposición legislativa con la que pretende reformar la norma estrella del Ministerio de Igualdad, un reajuste convertido en objetivo prioritario de la Moncloa. El fiasco para el PSOE llegó por el desmarque tanto de la formación que dirige Ione Belarra como de Esquerra y EH Bildu, en una divergencia sin precedentes que va a llevar, en la práctica, el pleno de toma en consideración de la iniciativa socialista al 7 de marzo, la víspera del Día de la Mujer. Si no media un acuerdo, el partido de Sánchez dependerá en esa sesión del PP.

En la Mesa -el órgano que regula el funcionamiento y los calendarios del Congreso- y por primera vez en la legislatura, los tres representantes de Unidas Podemos se abstuvieron ante una medida legislativa que lleva la firma de su socio de coalición. Los morados se pusieron de perfil ante la petición del PSOE para aplicar la vía de urgencia al procedimiento parlamentario a partir de que la reforma del PSOE supere su primer pleno, el de la toma en consideración. La abstención le bastó al partido de Belarra e Irene Montero porque la adopción de la solicitud precisaba de unanimidad. El gesto se vio realzado, además, porque el PP y Vox sí respaldaron, en cambio, a los socialistas.

Estos últimos tropezaron por segunda vez y dos horas más tarde en la Junta de Portavoces, que reúne a representantes de los grupos parlamentarios de la Cámara baja. Aquí, Unidas Podemos encontró el aval de ERC y EH Bildu para rechazar la intención del PSOE de precipitar el pleno de toma en consideración de su reforma al martes 21 de febrero. Otra intentona inédita, ya que los socialistas no cuentan con cupo de proposiciones de ley la semana que viene en las cuotas que se reparten por grupos para no colapsar las sesiones. El pleno queda fijado, finalmente, para el 7 de marzo, horas antes de un 8-M que puede ser crítico si la izquierda llega a esa sesión dividida, pendiendo del PP y con el feminismo acusando la falla. "Esto sería trágico", constató tras la Junta el portavoz del grupo morado, Pablo Echenique.

Los socialistas optan por no elucubrar ante un escenario tan espinoso e inciden en que su voluntad es sacar adelante un acuerdo con todos los que prestan cobertura a la ley, entre los que no incluyen al partido de Alberto Núñez Feijóo en un intento de evitar el 'abrazo del oso'. "La urgencia está en parar la sangría, en parar las rebajas de penas. Esto hay que corregirlo cuanto antes para que la sociedad en su conjunto entienda que esto es una buena ley, porque ahora no lo está entendiendo", subrayó Patxi López. El portavoz del PSOE, que volvió a descartar que su grupo vaya a forzar un pleno extraordinario, no ocultó su malestar por el desmarque de sus socios y les reprochó que no presenten alternativas. En privado, los socialistas también se quejan de que Podemos les quiera presionar, en este contexto de alto voltaje, con las leyes que ambas formaciones aún tienen pendientes.

El secesionismo, con Igualdad

Esquerra y EH Bildu, que habían mantenido un perfil bajo desde que estalló la crisis, se han visto obligados a tomar parte ante el cisma en el Gobierno y, en consonancia con Unidas Podemos, pidieron este martes al PSOE que "no tire para adelante" sin el plácet de la ministra de Igualdad y que sigan negociando. Ahora, con dos semanas más de margen. "Sería marciano sacar adelante una mejora de una norma sin las creadoras del texto; es decir, sin el Ministerio de Igualdad", señaló el portavoz de Esquerra, Gabriel Rufián, antes de advertir al PSOE que si "quiere tirar millas" sin Irene Montero, "Esquerra no va a estar en ello". En la misma línea, el diputado de EH Bildu Oskar Matute avisó de que "no tendría sentido" que Igualdad "no estuviera en la negociación".

A la vista del lío, el PP salió a pescar afeando a los soberanistas vascos y catalanes su cautela hacia la reforma del PSOE: "Aquellos que tenían mucha prisa por modificar el Código Penal, cuando se tratan de proteger a las mujeres no se ponen de acuerdo", censuró Cuca Gamarra.

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