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Los escarceos del PSC con el referéndum soberanista

Los socialistas catalanes abrazaron el derecho a decidir entre 2012 y 2015 e Iceta defendió en 2016 la vía canadiense.

Congreso extraordinario del PSC
Marta Pérez

El PSC rechaza la celebración de un referéndum sobre la independencia en Cataluña. Lo repite Salvador Illa por activa y por pasiva. Pero unas declaraciones suyas este miércoles, en las que afirmaba que "no habrá autodeterminación, pero sí consulta a los catalanes" despertaron los recelos en una parte de las filas socialistas y, sobre todo, en la derecha.

El problema de lo que dijo no fue tanto el contenido, porque esa es la posición del PSC desde hace años, como el día en que salió publicada la entrevista en El Confidencial. Fue justo después de que Esquerra hiciera pública su propuesta de referéndum, una combinación de los modelos escocés, quebequés y montenegrino, en el que aboga por un acuerdo de claridad y en el que fía un mínimo del 50% de participación y del 55% de síes es para dar por buena la ruptura. ERC está acelerando para incluir el referéndum cuanto antes en la mesa de diálogo.

Fuentes del PSC aseguran que la posición del partido no ha variado. "No habrá referéndum sobre la independencia", zanjan. El PSC propone una consulta que someta a votación un acuerdo, el que pueda surgir de la negociación en la mesa de diálogo. Una opción sería votar una nueva reforma del Estatuto, posibilidad que Aragonès no ha desdeñado estos días atrás. Las fuentes socialistas citadas señalan que las palabras de Illa fueron utilizadas por la derecha para atacar a Pedro Sánchez por sus pactos con ERC para reformar el Código Penal y para tratar de trasladar que el Gobierno es favorable a negociar la autodeterminación, rendido a Esquerra.

Los que han atacado al PSC se han aprovechado de que los de Illa sí han coqueteado en el pasado con el derecho a decidir. No hay que irse tan lejos como cuando el PSOE apoyaba en 1974 el derecho a la autodeterminación. En las elecciones de 2012, las que Mas convocó para lanzarse a tumba abierta con el 'procés', los socialistas catalanes, bajo la dirección de Pere Navarro, incluyeron en el programa electoral su apuesta por el "derecho a decidir a través de un referéndum acordado en el marco de la legalidad";más o menos la vía escocesa que también defendía Mas. Hacía un mes que cientos de miles de personas habían llenado las calles de Barcelona reivindicando la independencia y también los socialistas catalanes, que venían de la dura batalla del Estatuto y la sentencia del Constitucional, se vieron seducidos por los cantos de sirena del soberanismo. Las relaciones entre el PSC y el PSOE se tensaron al máximo, hasta el punto que en 2013, en un gesto inédito hasta la fecha, los socialistas catalanes votaron distinto que el PSOE en una moción de CiU a favor del derecho a decidir.

El "subterfugio"

Los flirteos con el referéndum duraron tres años. En las catalanas de 2015, los socialistas renunciaron a incluir en su programa la reivindicación soberanista, pues llegaron a la conclusión de que hablar del derecho a decidir no era más que un "subterfugio", en el que ellos habían participado, para apoyar la independencia. Mas planteó los comicios de 2015 como un plebiscito sobre la secesión y el PSC, durante todo el 'procés', se alineó con el bando constitucionalista.

Entre 2012 y 2015, bajo el paraguas soberanista, el PSC vivió sus años más convulsos. Miquel Iceta relevó a Navarro y la formación se partió, con la salida del sector soberanista. En las europeas de 2014, insistieron en incluir el derecho a decidir en su programa, pero ahí se produjo el punto de inflexión, al perder la mitad de sus votos. No obstante, en julio de 2014, el día después de ser elegido primer secretario del PSC, Iceta, ahora ministro de Cultura, afirmaba en TV3: "El PSOE no quiere una consulta, a ver si nos enteramos, lo ha dicho por activa, pasiva y perifrástica; nosotros, sí". Un mes antes, Joan Ignasi Elena, hoy consejero de Interior de la Generalitat con ERC, protagonizaba la primera escisión del sector soberanista del partido, que acabó saliendo en masa. Los históricos Maragall, Nadal o Tura dejaron la formación, que ya estaba apartándose del derecho a decidir.

A partir de 2015, el PSC guardó en un cajón su alma soberanista, aunque en 2016, Iceta aún defendió la vía canadiense como último recurso, si fracasaba la reforma constitucional que propugnaban los socialistas. Eran ya los años duros del independentismo. El Parlament había aprobado unos meses antes la declaración de inicio del 'procés' hacia la secesión, que culminó el 27-O de 2017. El PSC apoyó al PP en la aplicación del 155 y volvería a hacerlo, según han recordado esta semana los socialistas catalanes. Según el CEO (CIS catalán), en torno al 53% de los votantes del PSC estarían bastante o muy de acuerdo con un referéndum.