Las matrículas del futuro

Tráfico prevé que la actual nomenclatura se agotará en 2053 y ya empieza a diseñar las placas de dentro de 30 años que seguirán sin distintivos regionales

Coches en el centro de Zaragoza en el paseo Pamplona
Coches en el centro de Zaragoza en el paseo Pamplona
Oliver Duch

¿Es de los que se fija en la matrícula del coche que circula por delante? ¿Le llaman la atención combinaciones curiosas como 0007 KGB o con algún mensaje subliminal del tipo 6666 JDT? ¿Juega con la familia a ver quién encuentra antes la matrícula más nueva? Si es así, bienvenido al club. Tal vez la afición al asunto le venga de lejos, de cuando salía de vacaciones el siglo pasado y podía identificar sin esfuerzo a los ocupantes del vehículo echando un vistazo a la placa.

Puede que hasta en el recuerdo de los conductores más veteranos aún resuenen aquellos bocinazos a modo de orgulloso saludo que tejían las complicidades en territorios alejados de la patria chica. Unos códigos de la carretera que afloraban, por ejemplo, cuando uno de Bilbao adelantaba a un BI subiendo a pleno sol Despeñaperros o un malagueño se encontraba con un MA cruzando bajo la lluvia el paso de Subijana.

Las matrículas siempre han dado juego y lo seguirán dando. Incluso dentro de 30 años. Para entonces todos los vehículos serán eléctricos, pero deberán seguir llevando a cuestas su 'DNI' y, aunque aún quedan decenios, la DGT ya imagina el día después de la definitiva 9999 ZZZ.

El 2 de septiembre, pasamos de la 9999 LZZ a la 0000 MBB. Hemos tardado justo 22 años en alcanzar el ecuador de la actual configuración. Lo previsible es que la letra M aguante más de dos años. La L debutó en septiembre de 2019. Tráfico vislumbra que el actual modelo se agotará en 2053 y, de un modo aún muy embrionario, sus técnicos han comenzado a planificar ese momento bajo una serie de premisas, la más importante que el nuevo sistema permita un elevado número de combinaciones de letras y números para que, como mínimo, tarde otro medio siglo en agotarse.

Para ello están analizando los sistemas de países con un gran parque móvil, como Alemania (53 millones de unidades), Francia o Italia (45 millones) e incluso China (294 millones).

Las futuras placas seguirán prescindiendo de los distintivos provinciales, y también de las vocales para evitar palabras malsonantes tipo ANO, PEO o MEA o gracietas como REY, PUF o ZOO. En cambio Tráfico sí contempla la posibilidad de incluir información adicional, como la fecha de matriculación, la tipología europea del vehículo e incluso el logo ambiental, que ahora va en una pegatina en el parabrisas.

Y no descarta dos grandes novedades: las matrículas electrónicas y las personalizadas, vigentes en algunos países. Sobre el papel, las primeras serían una chapa física pero con un código QR o un microchip incorporado que contendría todo tipo de información: la fecha de matriculación, la clasificación ambiental, si ha pasado la ITV, si está corriente del seguro o si ha tenido siniestros. Las personalizadas, por su parte, tendrían un nombre o una palabra de libre elección, pero incluyendo siempre la información básica que establezca la DGT. Eso sí, ya adelantan que el capricho no saldrá gratis. De hecho, donde existen, el desembolso puede ser de miles de euros.

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