Acusada de intoxicar con metadona a los sanitarios de la prisión donde trabajaba

La enfermera ha negado los hechos y la mala relación que sus compañeros dicen que tenía con el supervisor.

Cárcel de Huelva.
Cárcel de Huelva.
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La funcionaria del Cuerpo de Enfermeros de Instituciones Penitenciarias que trabajaba en la prisión de Huelva y que fue acusada de intoxicar con metadona a siete sanitarios en el año 2018 ha negado este martes los hechos durante el juicio que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva y ha aseverado que no se apropió de metadona para "echarla en la comida de los compañeros", así como también ha negado que mantuviera una mala relación con el supervisor de enfermería, que fue el primero en sufrir intoxicación.

Así lo ha manifestado a preguntas de la Fiscalía durante su declaración, en la que la acusada, enfermera de profesión, ha admitido que en desde 2017 era la responsable de la farmacia y que por motivos de la "cantidad" de trabajo que suponía, en algunas ocasiones salía más tarde de la hora que le correspondía durante los turnos de guardia, así como que preparaba con una compañera la metadona para los internos.

Asimismo, la acusación particular ha intentado establecer una correlación entre los días en los que se produjeron las intoxicaciones y las guardias que había realizado esta persona en la prisión, así como que estos habían coincidido con discusiones con el supervisor con quien, según testificales de varios compañeros de la acusada, "no mantenía una buena relación".

A este respecto, la acusada ha señalado que los días 21 de junio, 22 de septiembre y 14 de noviembre de 2018 -los días anteriores de tres de los casos de intoxicación-, se encontraba de guardia y que el cuarto día en que se produjo, el 9 de noviembre, se encontraba de turno de mañana, toda vez que ha negado también las discusiones.

En este punto, ha remarcado que en el modulo de Enfermería "podían entrar durante la mañana unas 30 personas, entre internos y trabajadores" y que "cualquier funcionario podía acceder" porque "nadie le iba a poner problemas", al tiempo que ha explicado que ella "siempre desayunaba en la cafetería" y no en la 'comunidad de desayuno', que era la zona en la que un grupo de compañeros lo compartían.

Preguntada por sus aspiraciones como supervisora del servicio, la acusada ha indicado que se presentó en varias ocasiones -2010 y 2016- pero que el puesto fue finalmente ocupado por el actual supervisor -que se intoxicó en varias ocasiones-, con quien ha admitido tener "opiniones diferentes" y "discrepancias por cuestiones laborales" pero "no enfrentamientos", así como también ha admitido que se le abrió un expediente que se paralizó por el procedimiento judicial.

Tras la declaración de la acusada ha testificado el supervisor de Enfermería, quien ha indicado que la primera intoxicación la sufrió el 22 de julio, cuando padeció un cuadro de vómitos y mareos tras ingerir un gazpacho que había traído de su casa y que guardó en la nevera comunitaria del personal sanitario, el cual le supo "amargo". El supervisor ha apuntado que dos meses después, el 23 de septiembre, volvió a sentir los mismos síntomas y acudió al hospital y que, tras ello hubo "dos días en los que perdió la noción del tiempo".

De la misma manera, ha apuntado que los síntomas de todos los afectados eran "los mismos" y que "coincidían" cuando la acusada "estaba de guardia" y cuando "había tenido discusiones laborales" con él. Así las cosas, ha explicado que comenzaron a hacerse pruebas de drogas para descartar una intoxicación alimentaria y que "dieron positivo por metadona".

Además, cuestionado por su relación con la acusada, ha indicado que "no se llevaban bien a nivel laboral" y que tenían "discrepancias, como se puede tener día a día con otros compañeros", pero que esta persona "siempre iba muy por libre" y "no llevaba bien que se le llevara la contraria", toda vez que ha indicado que "la única justificación que podía encontrar" al hecho de que la acusada pudiera ser la responsable de dichas intoxicaciones era que "quisiera el puesto de supervisor" y "quitarle de en medio".

Finalmente, ha explicado que "cualquier funcionario" de la prisión podía tener acceso a la farmacia "previa identificación" pero que "la metadona se encuentra en un armario de seguridad".

En este mismo sentido se han pronunciado el resto de testigos, compañeros de la acusada y afectados por la intoxicación, y que han testificado en esta sesión, donde han indicado que había "dos personas" que eran las responsables de la metadona y que los funcionarios y los internos "no pueden tener acceso a ella".

Uno de los testigos ha señalado que tras una discusión con el supervisor con motivo de una petición denegada para doblar turno, la acusada espetó "este se va a enterar", mientras que otro de los testigos ha señalado que estaba "obsesionada" con el puesto de supervisor y con que la persona que ostentaba ese cargo "todo lo que hacía era en contra de ella".

Por su parte, una testigo de la defensa, también compañera de la acusada pero no afectada, ha señalado que la farmacia "estaba abierta todo el día, desde las ocho de la mañana y hasta las diez de la noche", y que el armario estaba cerrado bajo llave "a veces", así como que las llaves estaban "al acceso de cualquiera" y que "no siempre había alguien en la farmacia". Asimismo, ha apuntado que había "protestas de diferentes compañeros" hacia el supervisor, entre ellos de la acusada. 

Peticiones de prisión y acusación de Fiscalía

Para la acusada, la Fiscalía solicita 23 años de cárcel al considerar que es culpable de un delito continuado de lesiones, por el que pide una pena de cinco años, así como de seis delitos de lesiones, por los que pide tres años por cada uno de ellos, mientras que la acusación ha detallado que solicitan "32 años por las agresiones, es decir cuatro año por cada uno de los ocho delitos"; y otro delito contra la salud pública, por el que se piden seis años y seis meses.

Asimismo, la Fiscalía pide su inhabilitación especial para empleo o cargo público y profesión de enfermera durante el tiempo de condena, así como el pago de indemnizaciones que van desde los 7.720 a los 11.190 euros para los afectados.

El escrito de Fiscalía señala que los hechos por los que será juzgada sucedieron entre julio y noviembre de 2018, cuando la acusada "con claro ánimo lesivo, aprovechando el acceso como enfermera a un armario con llave en la farmacia dentro de la enfermería" del centro penitenciario, al que tenía acceso, "procedió a hacerse con unas cantidades indeterminadas" de metadona "para introducirla en los alimentos que para consumo propio guardaban sus compañeros en la sala de descanso localizada en dichas dependencias".

Asimismo, apunta que esta era mezclada junto con Nordiazepam y, ocasionalmente, Pregabalina, así como indica que la ingesta de metadona por quien no está habituado mezclada con fármacos potenciadores "es susceptible de suponer un grave riesgo para la salud".

En este sentido, la Fiscalía manifiesta que, con motivo de ello, los compañeros de esta enfermera sufrieron intoxicación aguda con metadona, pregabalina y diacepam y trastorno adaptativo, por lo que tuvieron que ser médicamente tratados por diversos perjuicios para cada uno de ellos. 

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