Los acusados se desmarcan de Villarejo: "Éramos tontos útiles, marionetas"

El letrado Redondo, supuesto colaborador, en al menos tres proyectos de espionaje, ha calificado al excomisarío como el "jefe supremo y todopoderoso".

Entrada a la Audiencia Nacional.
Entrada a la Audiencia Nacional.
EP

Varios acusados del juicio del caso Tándem han tratado de desvincularse del excomisario José Manuel Villarejo hasta el punto de admitir que eran sus "marionetas", "tontos útiles" que necesitaba para sus negocios, mientras que su mujer ha deslizado que se sienta en el banquillo sólo por su relación con el expolicía.

Si el letrado de Rafael Redondo, presunto colaborador de Villarejo y uno de los principales acusados en el juicio por tres proyectos de espionaje, se ha referido este lunes al excomisario como el "jefe supremo y todopoderoso" que ejercía "un control férreo y absoluto", las defensas que han expuesto su informe final en la jornada de tarde que celebra la Audiencia Nacional han continuado con esta línea.

En defensa del inspector jubilado Antonio Bonilla, el abogado David Macías -también acusado en este juicio- se ha remitido a las palabras del propio Villarejo, que manifestó que "la labor de inteligencia consiste en colocar peones para obtener la información que uno necesita".

"Es verdad. Eso es justo lo que se ha demostrado en este juicio. El señor Villarejo sabía todo lo que hacía gracias a sus departamentos estancos y todos los demás, y me incluyo, éramos tontos útiles, marionetas del señor Villarejo", ha indicado.

Macías ha pedido la absolución de Bonilla, acusado de proporcionar información reservada de terceros para Villarejo pero que, según el letrado, actuó "con la convicción de hacer las cosas bien, de hacer las cosas para los buenos".

Como ha hecho anteriormente Redondo, la defensa de Bonilla ha asegurado que toda la información que obtuvo procedía de fuentes abiertas, al tiempo que le ha desvinculado del grupo Cenyt, tras el que se encuentra Villarejo, al señalar que su empresa únicamente prestaba servicios de análisis para este entramado.

Más tarde y en su propia defensa Macías ha defendido su inocencia, ha asegurado que simplemente era un empleado contratado por una empresa de Cenyt para ejercer como abogado, y ha alegado indefensión, no solo por considerar que se han vulnerado sus derechos en la causa, sino también por creer que la acusación de la Fiscalía es arbitraria e inconcreta.

También se ha desmarcado de los tres proyectos que se juzgan -Iron, Land y Pintor- la mujer de Villarejo, Gemma Alcalá, quien ha destacado la notoria rebaja en la petición de condena que realizó la Fiscalía para ella: de unos 80 años de prisión a cinco.

Su abogado Sergio Nuño Díez de Lastra ha asegurado que su participación en los hechos fue "nula", ha indicado que el "globo artificialmente" hinchado sobre una supuesta actividad delictiva de Alcalá, se ha "desinflado hasta desaparecer", y ha deslizado que la acusación en su contra parece estar más en sintonía con su vinculación personal con el excomisario.

El letrado Carlos Vaquero, que también defiende a Alcalá, se ha centrado, por su parte, en denunciar la vulneración de derechos que considera que ha sufrido su clienta a lo largo de la investigación.

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