El Gobierno quiere que todos los colegios e institutos tengan comedor en 2030

El Ejecutivo lanza un plan de 200 medidas contra la obesidad infantil, que afecta a cuatro de cada diez niños y sobre todo a las familias pobres.

Educación sacó a concurso a mediados del año pasado el servicio de comedor escolar de la provincia de Zaragoza
Comedor escolar, en una imagen de archivo.
Javier Blasco.

No la provoca un virus ni se contagia por el aire, pero la obesidad infantil es una epidemia que azota el mundo occidental, y muy particularmente, los países mediterráneos. España ocupa el poco honroso tercer lugar de la Unión Europea con más niños por encima de su peso, el 40%. Dos de cada diez escolares de entre seis y nueve años tienen sobrepeso y otro 19% se encuentra incluso un escalón por encima, en la obesidad. Para frenar esta enfermedad, que provoca graves problemas de salud en el corto y en el largo plazo (primero, ansiedad o falta de autoestima; después, riesgos cardiovasculares y de muchos otros tipos), el Gobierno presentó ayer un ambicioso proyecto que busca reducir entre el 20 y el 25% el número de menores afectados por sobrepeso, lo que representaría también una reducción del 40% en la brecha social asociada.

El Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil (2022-2030) ha involucrado al Ejecutivo casi en pleno, pero también a representantes de la sociedad civil, como los deportistas Pau Gasol (su fundación ha hecho bandera de esta causa) y Teresa Perales o el cocinero Joan Roca. En la elaboración del documento han participado 15 ministerios y la Federación Española de Municipios y Provincias bajo la dirección del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, un liderazgo que se explica en que la obesidad afecta el doble a los niños de las familias con menos recursos.

Entre las 200 medidas esbozadas, destaca la propuesta de que dentro de ocho años todos los colegios e institutos cuenten con comedores escolares, espacios donde los niños se aseguran menús equilibrados. También se contempla el fomento de las becas comedor para la infancia en situación de vulnerabilidad. Ambas iniciativas requerirían el acuerdo con las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias en educación.

Según un estudio presentado esta semana por la ONG Educo, apenas el 11% de los alumnos de Educación Primaria se benefician de una beca comedor cuando al menos un tercio de los escolares españoles está en riesgo de pobreza y exclusión.

Además, el Gobierno quiere que los niños aumenten el 10% su actividad física; que reduzcan el sedentarismo en un 25%; que tengan un 10% más de horas de sueño (el descanso es otro de los pilares del documento) y que incrementen en un 50% la adherencia a la dieta mediterránea. Con ese fin, el plan apuesta por las tarjetas digitales para obtener ayudas alimentarias, la prescripción del ejercicio físico, la incorporación de educación sobre nutrición a los planes de estudios, la promoción de un sistema integrado de vigilancia de la obesidad infantil y sus determinantes, la apertura de los patios de los colegios fuera del horario escolar para que los niños puedan hacer deporte, la extensión de núcleos verdes en las zonas urbanas o el uso saludable de las pantallas.

Asunto de Estado

"No se trata de una tarea fácil", reconoció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "pero tenemos que resolver este problema, que es un asunto de Estado" y que empeora a causa de "la desigualdad social, exacerbada por la crisis financiera, la pandemia o el alza de los precios por la guerra". Sánchez no ofreció datos sobre la financiación del plan, pero "tendrá una consideración prioritaria en los Presupuestos Generales del Estado" y en los autonómicos y locales, y "se contará con la colaboración del sector privado, ya que será declarado Acontecimiento Excepcional de Interés Público".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la obesidad infantil como la "epidemia del siglo XXI". En España, cuatro de cada diez niños y niñas tienen exceso de peso (el 23% sobrepeso y el 17% obesidad). Por tramos de edad, el 35% de los niños de 8 a 16 años tiene obesidad o sobrepeso, porcentaje que asciende al 40,6% en el caso de los de 6 a 9 años, según datos de Unicef, que además, alerta de que con la pandemia, las cifras han empeorado. La desigualdad económica tiene relación directa con el sobrepeso. En los hogares con menos ingresos, el 23,7% de los niños padece obesidad, frente al 10,5% en los hogares con más medios. "El plan persigue que todos los niños, independientemente de su origen social, tengan un fácil acceso a los estilos de vida más saludables", aseveró el alto comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, Ernesto Gasco.

El exjugador de baloncesto Pau Gasol destacó que la estrategia "tendrá un impacto directo en la vida de miles de personas" y recordó que la obesidad acarrea "consecuencias emocionales como la baja autoestima o la depresión", pero valoró que "todos los niños y niñas tendrán la oportunidad de crecer de forma saludable, de disfrutar de un acompañamiento familiar, de practicar su deporte favorito, de hacer un uso consciente de las pantallas, y, en definitiva, de que los hábitos saludables impregnen la sociedad".

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