La Palma se enfrenta ahora a la escasez de vivienda y a la ruina económica

El volcán amenaza el plátano, que genera la mitad de su PIB, y el Gobierno de Canarias compra pisos para alojar a los afectados.

Labores de recolecta de plátanos a contrarreloj en La Palma
Labores de recolecta de plátanos a contrarreloj en La Palma
Vocento

En el valle de Aridane, en la cara occidental de La Palma, las coladas arrasan las casas y las plantaciones de plátanos. "Esto es catastrófico. La mitad de la zona está afectada", explica Miguel Rodríguez, uno de los pequeños productores plataneros de la isla que todavía tratan de asimilar la nueva realidad. La erupción del volcán en Cumbre Vieja amenaza de pleno la vivienda y la economía de La Palma. Más del 50% del PIB de la isla y el 30% de su empleo depende de una fruta a la que se dedican 5.300 agricultores y que da sustento a unas 10.000 familias, la mitad en un territorio de 84.000 habitantes que se enfrenta ahora a la escasez de techos y a la ruina económica.

El Gobierno de Canarias anunció este jueves que ultima la compra de 257 viviendas de nueva construcción, que ya están acabadas o a punto de terminarse, en La Palma para alojar allí en las próximas semanas a centenares de personas. Además, el Ejecutivo insular ha adquirido otras 23 casas en El Paso y se está poniendo en contacto con los propietarios de casas vacías en la isla. A ello se sumarán otras 150 viviendas de una docena de promociones que podrían estar listas a finales de este año o en 2022. Por ahora, los desalojados han sido trasladados a alojamientos turísticos y el Gobierno de Canarias estudia el modo de proporcionarles una vivienda provisional hasta que se les pueda instalar en su definitivo hogar. Entre las opciones, plantea la instalación de módulos y casas prefabricadas.

El techo y el sustento de los palmeros están en el aire. Al contrario que en el resto de Canarias, el principal motor económico de La Palma no es el turismo, sino la agricultura, que aquí se basa en el plátano. La isla produce el 34% de todos los plátanos del archipiélago, solo por detrás de Tenerife (42%), pero con una tercera parte de su extensión. De las plantaciones palmeras salen cada año 150.000 toneladas de plátano y la erupción amenaza de mil formas a todas ellas, ahora y en el futuro. "Primero están los cultivos afectados directamente por el magma, pero luego están las cenizas, que se incrustan en los cogollos y los asfixian", explica Hilario Batista, responsable de la asociación agraria COAG en La Palma. "Además", continúa este agricultor, "tenemos que pensar que las coladas de lava han roto las infraestructuras de agua. Hay que regar una vez por semana y desde el domingo a las 15.12, ninguna plantación de la isla ha recibido una gota de agua. Y las reparaciones de estas infraestructuras van a llevar mucho tiempo. Y por si fuera poco, las carreteras están cortadas. Yo, por ejemplo, no he podido acceder a mi finca porque en el suelo había 35 centímetros de ceniza", lamenta Batista.

Para aumentar la sensación de zozobra, los productores ya saben que las aseguradoras no se van a hacer cargo de las pérdidas. El seguro colectivo que ampara a los agricultores de la isla cubre inundaciones o vientos huracanados, pero no la erupción de un volcán. Las pérdidas van a ser "enormes", vaticina Batista, que ve el futuro muy negro: "Las fincas por las que pase la lava van a quedar inutilizables durante veinte años". Así que ahora se encomiendan a las ayudas públicas del Gobierno de Canarias y del Estado.

Aguacate y vino

En La Palma, el cuasi monocultivo agrícola del plátano sólo lo rompen las plantaciones de aguacate y los viñedos. La isla produce 432.000 kilos de uva al año y 800 viticultores participan de alguna de las 21 bodegas de la Denominación de Origen La Palma, aunque la mayoría de ellos no se dedica exclusivamente al vino. Eva María Hernández es la gerente del Consejo Regulador de La Palma y mientras habla, contempla por la ventana de su despacho una gran nube de ceniza. "Ya contábamos con que esta iba a ser una vendimia mala porque aquí hemos sufrido una gran sequía por el cambio climático. Ahora, algunas bodegas ya están notando que la ceniza ha llegado a la uva y han tenido que parar la vendimia, pero la mayoría de los viñedos está al otro lado de la isla y todavía es pronto para valorar las pérdidas", asevera Hernández. "Pero el gran drama no es la producción, sino que ya tenemos noticias de que varios viticultores han perdido sus casas, lo han perdido todo, por la lava. En esas circunstancias, hablar de la uva es casi una frivolidad", razona.

Precisamente como "frivolidad" se calificaron las declaraciones de la ministra de Turismo, Reyes Maroto, el pasado lunes, cuando aseguró que la erupción del volcán podría ser un "reclamo" para la llegada de visitantes a la isla. El comentario pareció inoportuno, pero mostraba una realidad: algunos hoteles de La Palma han comenzado a recibir llamadas de turistas atraídos por los volcanes. El presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), el canario Jorge Marichal, aseguró este jueves que la prioridad es dar respuesta a las familias afectadas, pero que "a medio plazo" la erupción puede convertirse en un recurso turístico "por sus fenómenos naturales".

El presente, sin embargo, es mucho más sombrío para el sector. Ningún gran hotel ha sufrido las coladas de la lava, pero el corte de las carreteras, las dificultades para desplazarse y los problemas que las cenizas pueden causar en el espacio aéreo de la isla llevan la incertidumbre a un sector que emplea a 4.000 personas y genera casi un 40% del PIB palmero.

La columna de humo alcanza los 4,2 kilómetros de altura

La columna de humo del volcán de La Palma alcanzó este jueves los 4,2 kilómetros de altura. La colada, con puntos de hasta 12 metros de altura, no llegará hoy viernes a la costa. El frente de lava ya ha destruido 374 edificaciones y se ha bifurcado en dos brazos, uno de los cuales se ha detenido. Al llegar a un terreno plano, la montaña de lava se ha extendido hasta 600 metros y ocupa una superficie de 166 hectáreas. Según los científicos, el abombamiento del suelo, resultado del empuje del magma, se cifra en 28 centímetros. La sismicidad ha bajado, aunque han proseguido las explosiones en las bocas eruptivas. El número de evacuados se mantiene estable y representa 6.000 personas. El de Cumbre Vieja es uno de los 50 volcanes activos en el mundo.

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