Europa

España y Francia plantean tres vías para crear un seguro europeo de desempleo

El objetivo es que complemente los sistemas nacionales de prestaciones por paro en casos de crisis.

Oficina de empleo del Inaem en Zaragoza
Oficina de empleo del Inaem en Zaragoza
Aránzazu Navarro

España y Francia han presentado a sus socios de la Unión Europea una propuesta técnica que plantea tres opciones para avanzar hacia la creación de un seguro europeo de desempleo, que permita complementar los sistemas nacionales de prestaciones por paro en casos de crisis.

Los posibles diseños pasan por un esquema para proporcionar liquidez a través de préstamos a los países, un sistema de reaseguro que funcione con transferencias no reembolsables o auténticos sistemas europeos que paguen directamente las prestaciones a los parados, según el documento al que este martes tuvo acceso Efe.

La propuesta fue presentada este lunes en los grupos de trabajo técnico del Consejo de Economía y Finanzas y busca impulsar el debate sobre este instrumento dentro de las discusiones sobre cómo reforzar la eurozona.

Los Gobiernos español y francés defienden, al igual que otros países y las instituciones comunitarias, que para salir al paso de la próxima crisis harán falta mecanismos que permitan intervenir para estabilizar la economía de los socios en dificultades y evitar la excesiva dependencia de la política monetaria.

Una posibilidad sería este seguro europeo de desempleo que vendría a complementar los sistemas nacionales si hay una crisis severa que dispare el gasto en prestaciones por paro y aumente las necesidades financieras, poniendo en riesgo el acceso a los mercados.

"Los gobiernos pueden acabar afrontando un difícil dilema: ignorar las preocupaciones de los inversores (...) o implementar recortes discrecionales en el presupuesto para compensar por el aumento automático de las prestaciones por desempleo", dicen España y Francia.

Para evitarlo, proponen un seguro europeo que se activaría en casos de crisis cuando se den dos condiciones: "que el nivel de desempleo nacional exceda una media a medio plazo y que esté aumentando al menos en una cantidad predefinida".

La propuesta conjunta no propone cifras, pero plantea tres modelos posibles.

El primero sería un esquema que proporcionaría préstamos a los países que afronten crisis o problemas de liquidez temporales, que luego tendrían que devolverlos.

Este podría tomar la forma de un esquema basado en compartimentos nacionales, que se hagan préstamos entre si, de un fondo financiado con contribuciones regulares de los sistemas de desempleo de cada país, o un instrumento que permita emitir deuda de forma común.

Este sistema, argumentan España y Francia, sería neutral fiscalmente a largo plazo, porque los Estados tendrían que devolver el dinero, y también "políticamente factible".

La segunda opción sería un fondo común de reaseguro financiado por los países con contribuciones regulares. Este podría hacer transferencias a los socios en crisis que, a diferencia de los préstamos, no tendrían que ser reembolsadas.

Se financiaría con aportaciones nacionales o una parte de las cotizaciones a la seguridad social, según la propuesta.

España y Francia admiten que este sistema implica mayor mutualización de los riesgos entre los socios, pero dicen que puede evitarse que se convierta en un sistema de transferencias permanentes entre países fijando límites a las transferencias o ajustando las contribuciones en función de la experiencia, por ejemplo.

Como última opción, se plantea la creación de "auténticos esquemas" de seguro por desempleo europeo, en los que las ayudas no pasen por los sistemas nacionales, sino que vayan directamente a los parados.

La propuesta identifica dos alternativas: la primera, un sistema en el que las prestaciones nacionales se amplíen con un sistema europeo, que sería financiado con aportaciones nacionales o cotizaciones.

La segunda sería un "esquema europeo totalmente integrado", que exigiría que las cotizaciones y prestaciones de la seguridad social sean uniformes en toda la eurozona y se gestionen de forma centralizada.

España y Francia reconocen que esta opción "requeriría profundos cambios institucionales y legales" que van "más allá del alcance" de las discusiones actuales.

La mutualización de los riesgos es tabú para países como Holanda o los nórdicos, que recelan de acabar pagando por la falta de salud económica de otros países.

Madrid y París contemplan que se pueda avanzar de forma progresiva en las tres opciones.

En diciembre, los líderes europeos decidieron priorizar los trabajos sobre el futuro presupuesto de la eurozona, pero encargaron continuar el trabajo técnico en materia de estabilización. 

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