Juicio del procés

Urkullu declara que Puigdemont rompió el acuerdo de adelanto electoral "porque su gente se rebelaba"

El lendakari ha confirmado su labor de mediación en el juicio y que Rajoy no era muy proclive a aplicar el artículo 155.  

El lehendakari, Íñigo Urkullu, a su llegada al Tribunal Supremo este jueves.
El lendakari, Íñigo Urkullu, a su llegada al Tribunal Supremo este jueves.
Efe/J. J. Guillén

El lendakari Iñigo Urkullu ha confirmado este jueves ante el tribunal que juzga el proceso independentista en Cataluña su labor de mediación desde el verano anterior al referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 y, en concreto, ha informado de que el 19 de julio de ese año mantuvo un encuentro en Moncloa con el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, con el que después también sostuvo numerosas conversaciones telefónicas.

Según ha declarado, el lendakari comunicó a Puigdemont que no podía ofrecerle garantías, pero sí la intuición de que Rajoy no aplicaría el artículo 155 de la Constitución si se disolvía el Parlament y se convocaban elecciones. Para ello, él hizo una propuesta de enmienda para la norma que en ese momento se tramitaba en el Senado.

La cuestión es que el presidente de la Generalitat exigía garantías -porque su propia gente se le estaba "rebelando"- y finalmente el acuerdo se frustró, Puigdemont decidió no convocar elecciones  y, al día siguiente, se votó la DUI.

Según ha explicado Urkullu, esta labor comenzó después de que el expresidente catalán Carles Puigdemont le trasladara el 19 de junio de 2017 la situación de "bloqueo absoluto" en las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno central, por lo que le pidió que "encauzara" el diálogo.

Urkullu a Rajoy: "Le dije que todo se estaba yendo de las manos"

El lendakari Iñigo Urkullu ha revelado que en su labor de intermediación, a petición del expresident Carles Puigdemont, se dirigió al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, a quien le advirtió de que "que todo se estaba yendo de las manos".

Urkullu, que ha comparecido este jueves como testigo en el juicio del "procés", ha explicado que su intermediación comenzó el 19 de junio de 2017 tras mantener un encuentro de cuatro horas con Puigdemonten el Palau de la Generalitat. Ese mismo día mantuvo un encuentro en la sala de autoridades del aeropuerto de Barcelona con la exvicepresidenta Soraya Saenz de Santamaría, a quien relató la reunión con Puigdemont y le solicitó una reunión con Rajoy, que se produjo el 19 de julio.

Ya el 21 de septiembre, tras los acontecimientos del día 20 en la Consellería de Economía, habló nuevamente por teléfono con Rajoy.

"Le dije que las cosas no debían seguir de la manera que se estaban conduciendo, hice la observación de que todo se estaba yendo de las manos y entendía que habían que medir mucho los pasos en orden a no provocar una fractura social", ha señalado.

A lo que Rajoy respondió "que en lo posible haría lo mínimo y cuidara lo máximo en todo aquello que se hiciera".

Urkullu trasladó a Puigdemont su intuición de que Rajoy no quería el 155

El lendakari Urkullu trasladó en la mañana del 26 de octubre de 2017 al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, su "intuición" de que el jefe del Ejecutivo central, Mariano Rajoy, "no era muy dado" a aplicar el artículo 155 de la Constitución.

"Puigdemont me requería alguna garantía y le dije que no podía ofrecer garantías, solo una intuición", ha explicado Urkullu en el Tribunal Supremo, donde ha declarado como testigo en el juicio del "procés" y se ha definido como "intercesor" o "enlace" entre ambas partes.

En la mañana del 26 de octubre -como el propio Puigdemont le comunicó a las 10.05- el "acuerdo" era disolver el Parlamento catalán y convocar elecciones, lo que anulaba la Declaración Unilateral de Independencia (DUI).

La misma mañana en la que el exconseller de Empresa Santi Vila comunicó al lendakari que el entonces ministro de Justicia, Rafael Catalá, le había pedido que el propio Urkullu "intercediera" ante Rajoy, según su relato.

El lendakari apreció que Rajoy no ofrecía una respuesta "taxativa", porque era "renuente" a cualquier paso que supusiera entrar en "una negociación que traspasara los límites de la Constitución", algo que, de todos modos, estaba fuera de las propuestas de Urkullu.

De hecho, ha negado que las propuestas de diálogo que puso sobre la mesa de ambas partes (y que Puigdemont respaldaba) no pasaban por una DUI, ni por exigir un referéndum, aunque sí ofreció abrir vías para llegar a una consulta "legal y pactada" al estilo de Quebec o Escocia.

Finalmente, Puigdemont decidió in extremis no adelantar elecciones, como había anunciado que haría, porque su propia gente "se estaba rebelando", en palabras de Urkullu, y querían sí o sí DIU, lo que se proclamó al día siguiente.

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