El candidato del PP, Juanma Moreno, afronta sus segundas elecciones andaluzas como una apuesta a doble o nada, con la vista puesta en una posible alianza con Ciudadanos que permita a su partido gobernar por primera vez, pero con la amenaza de unos malos resultados que debilitarían su posición interna.

"El reto es San Telmo", le dijo Mariano Rajoy en 2014 en el congreso de su proclamación como líder de los populares andaluces, cargo al que llegó casi por sorpresa por elección del entonces presidente del PP y de su número dos en el Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.

Casi cinco años después, tras perder sus primeros comicios cuando apenas llevaba doce meses de rodaje en el cargo, el popular cree más cerca que nunca alcanzar la Junta, con la necesaria cooperación de Ciudadanos, aunque una segunda derrota, en una comunidad donde siempre termina gobernando el PSOE, le complicaría su situación. De esa dificultad Rajoy también le advirtió: "Tú lo has querido".

Juanma Moreno (1970, Barcelona) fue elegido candidato en un proceso congresual que se celebró en marzo de 2017, más de un año antes de todos los cambios a nivel nacional, y las circunstancias han provocado que sea la primera prueba del nuevo PP de Pablo Casado, con el que mantiene una buena relación a pesar del apoyo explícito que dio a Sáenz de Santamaría en las primarias.

Moreno, que llegó a la presidencia del PP-A en 2014 para relevar a Juan Ignacio Zoido, se estrenó con un ciclo electoral completo negativo, con cuatro derrotas en las europeas, autonómicas, locales y generales, aunque cada vez con menos diferencia con el PSOE-A.

La repetición de las generales le permitió confirmar la tendencia al alza, ya que fueron los más votados, por lo que Moreno confía en que todos esos ciudadanos vuelvan a coger el 2D la papeleta del PP.

Las posibilidades de Moreno pasan por mantener su representación en el Parlamento (tiene 33 diputados) y confiar en que Ciudadanos suba, mayoritariamente a costa del PSOE, para sumar los 55 escaños que otorgan la mayoría absoluta en la Cámara andaluza.

Para ello, el PP trabaja en aumentar su grado de conocimiento y de popularidad entre los andaluces, por debajo de los niveles que tenía Javier Arenas según las encuestas, y en "sintonizar" con ese voto del interior tradicionalmente esquivo para los populares.

La línea política de Moreno, más moderada en sus mensajes que la de Pablo Casado, le ha llevado a proponer a Susana Díaz numerosos pactos durante la legislatura y supuso un sello diferente para el PP andaluz respecto a los años anteriores, en los que el partido había endurecido el discurso a causa de los casos de corrupción.

Moreno llegó al cargo con la vista puesta en estas elecciones, ya que tuvo poco tiempo antes de los comicios de 2015 para consolidarse en un partido que estaba viviendo un proceso de transición tras la renuncia como presidente de Javier Arenas en 2012 y el liderazgo "interino" de Juan Ignacio Zoido, que apenas duró dos años.

El candidato popular siempre ha pensado incluso que podría optar a la Junta en unas terceras elecciones, como hizo Rajoy hasta que llegó a la Moncloa, pero un mal resultado el 2D haría crecer las voces críticas con él, a nivel nacional y también dentro del propio PP andaluz, donde nunca ha faltado una cierta resistencia interna, sobre todo del sector "cospedalista" con fuerza en Sevilla.

Hijo de comerciantes y nieto de jornaleros, decidió unirse al partido cuando era un adolescente y lleva ligado al PP más de veinte años, en los que ha sido concejal, diputado autonómico y diputado en el Congreso, además de ocupar secretarías sectoriales en el PP.

Nacido en Barcelona -donde sus padres emigraron en los años sesenta- volvió con su familia a Málaga a los pocos meses de nacer y ya desde muy joven comenzó su carrera política en esta provincia.

Titulado y máster en Dirección de Empresas por la Escuela EADE de Málaga y licenciado en Protocolo, Moreno ha sido presidente de Nuevas Generaciones de Málaga, de Andalucía y a nivel nacional.

Tras un periplo como concejal, diputado autonómico y nacional, el 30 de diciembre de 2011, el Consejo de Ministros del nuevo Gobierno de Rajoy le nombró secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del Ministerio de Sanidad dirigido entonces por Ana Mato, desde donde después desembarcó en Andalucía.