El presidente afronta su segunda moción de censura y la cuarta de la democracia

La registrada este viernes por el grupo socialista es la única que nace con alguna posibilidad de prosperar.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reivindica su legitimidad para gobernar
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reivindica su legitimidad para gobernar
Efe

De materializarse, la de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy será la cuarta moción de censura de la democracia y la segunda contra el actual presidente del Gobierno. Los antecedentes no son halagüeños para el aspirante socialista ya que las tres anteriores se saldaron con fracaso.

El lado positivo para Pedro Sánchez es que su iniciativa es la primera que, a priori, nace con alguna opción de prosperar, según apunta la aritmética. Ninguna de las tres anteriores ocasiones tuvo en ningún momento la más mínima posibilidad de reunir la mayoría absoluta que exige la Constitución para derribar un Gobierno y sustituirlo por otro.

1980
González contra Suárez

El PSOE presentó la primera moción de censura de la democracia contra un Gobierno de Adolfo Suárez que ya había entrado en fase de descomposición. Los socialistas, con 121 diputados frente a los 166 de UCD, no tenían posibilidad de ganarla. Se trató más bien de una maniobra política que a la postre les salió rentable a los socialistas, que demostraron que estaban preparados para gobernar y que contaban en Felipe González con un líder preparado para guiar al país.

Fue defendida por Alfonso Guerra y rechazada en nombre del Gobierno por el recién designado ministro de la Presidencia Rafael Arias Salgado, quien, además de con Guerra, tuvo que medirse con oradores como Manuel Fraga, Santiago Carrillo o Miquel Roca. En las 20 horas que se prolongó el debate se discutió de problemas acuciantes como la situación económica, el terrorismo etarra o la construcción del estado autonómico.

El desenlace fue de 152 ‘síes’, 166 ‘noes’, 17 abstenciones y 15 ausencias. El debate, retransmitido en directo por TVE, dejó patente la soledad de Suárez, al que solo respaldaron los diputados de UCD. Pese al resultado negativo para González, la moción de censura se interpretó como un preludio de la victoria socialista en las generales de octubre de 1982.

1987
Hernández Mancha contra González

El recién designado presidente de Alianza Popular Antonio Hernández Mancha quiso presentarse en sociedad con el registro de una moción de censura contra el segundo Gobierno socialista de Felipe González. Si la presentada en 1980 tenía mínimas posibilidades de salir, esta no tenía ninguna ya que el PSOE contaba con una cómoda mayoría absoluta en el Cámara baja. Fue una maniobra política para que el presidente de Alianza Popular, quien al igual que ahora Sánchez no contaba con un escaño en el Congreso, pudiera debatir cuerpo a cuerpo con el presidente del Gobierno.

Pero a Hernández Mancha el tiro le salió por la culata. No solo salió derrotado de su duelo con el vicepresidente Alfonso Guerra, sino que además hubo de soportar los dardos de los portavoces del resto de grupos parlamentarios. El resultado fue de 67 votos a favor (solo los de AP y Unión Valenciana), 195 en contra y 77 abstenciones. A partir de la moción, Hernández Mancha inició un declive que desembocó en el regreso de Manuel Fraga a la presidencia de la formación conservadora en 1989.

2017
Iglesias contra Rajoy

La moción de censura de Podemos nació muerta al no contar con el apoyo, como mínimo, del PSOE. No obstante, Iglesias decidió seguir adelante para denunciar la corrupción del PP y la austeridad del Gobierno. Muchos vieron también un dardo al PSOE, inmerso por entonces en la pugna entre Pedro Sánchez y Susana Díaz por el liderazgo del partido. El que resultara vencedor de los dos debería decidir de primeras sobre apoyar la iniciativa o apuntalar a Rajoy, se pensó en la formación morada.

La defensa de la moción corrió a cargo de Irene Montero, quien se explayó en los casos de corrupción que afectan a los populares. Mariano Rajoy la rechazó en persona y afirmó que un gobierno de Podemos sería "letal" para España. "No sé si usted, que tiene tantos amigos en la cárcel, puede decir que alguien no es de fiar", le respondió Iglesias.

El resultado fue de 82 votos a favor (Unidos Podemos, Compromís, Esquerra y Bildu), 170 en contra (el PP, Ciudadanos, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria) y 97 abstenciones (el PSOE, el PDECat y el PNV).

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